Perdón. [C.H. Argentina]

D O C E

Un día nublado, eso era. Cataluña estaba completamente en un ambiente gris y algo depresivo, aunque no tanto como cierto país albiceleste.

- Se acerca la hora - Dijo un hombre, un tanto más alto que él a sus espaldas.

Él suspiró. - Ya sé, pero no puedo evitar sentirme nervioso... - Admitió aquel país más bajo.

- Anda Arge, no seáis pesimista - Le animó aquel español, acercandose a la silla donde estaba el argentino. - Vuestra decisión no parecerá la mejor, y no digo que lo sea, pero cuando lo hagáis, todos verán que no estaréis tan mal - Palmeó el hombro derecho de su "hijo".

- Supongo, hasta ya se me está pegando tu acento jodido español - Bromeó un tanto decaído el albiceleste.

- Joder, que nuestro acento es precioso - Rió y fue hacia el refrigerador en busca de algo de agua. - Anda, anímate tio, regresa a cuando eras un crío y te llamaba para cenar - Sonrió al recordar aquellos años.

- Tenés razón - Admitió y sonrió por el recuerdo. Carraspeó y puso una expresión seria. - ¡Joder Plata! ¡Eres un crío decente, no debiste ensuciaros con lodo! Ve a ducharte, ya está la cena hecha y nos estarán esperando para zarpar a las diez - Imitó Argentina al español en aquellas épocas donde era llamado Virreinato del Río de la Plata.

- ¡Jaja! Que chaval, lo haces de maravilla joder - Posó una mano en su rostro mientras sonreía y soltaba alguna que otra risa. - ¿Recordáis eso todavía? ¡Joder! Ese día zarpamos a Nueva España y allí lo conociste - Recordó España mientras dejó su botella de agua en la mesa de la cocina.

- Jaja sí, aún siendo controlado por Imperio Español se comportaba como todo un indígena y, era genial - Sonrió al recordar su primer cruce con México.

- Ustedes dos sois como gemelos, os lo juro - Se apoyó en la mesa con ambos codos. - Nueva España estaba encantado al enterarse que conocería a "otra alma en pena que fue obligada a dejar de ser quién es" , como decía él - Rió levemente al decir aquello.

- Andá viejo garca, eras tremendo pelotudo en aquellos años - Alzó la mano hacia atrás mientras sonreía. - No me gustaría ver a Imperio otra vez la verdad - Suspiró.

- Tranquilo Arge, sólo existe España y así me quedaré - Le dijo con una voz tranquila. - Anda, espérame aquí mismo, tengo algo para ti - Habló luego de pensar y se levantó para salir de la cocina.

- Okey... - Dijo por lo bajo Argentina.

En todo ese tiempo que estuvo de huésped en Cataluña, España lo cuidó mucho, como si quisiera recompensar todos los años de dolor que le causó en sus años de Imperio Español.
Cuando bajó nuevamente, Argentina estaba recostado sobre la mesa, pero se levantó al escuchar a España sentarse nuevamente.

- He guardado esto por años y, joder... - Sacó de su espalda un parche, uno con el escudo español y los colores de la bandera de fondo.

- ¡Ostia! ... Hace mil no veía ésta cosa - Fue lo primero que dijo Argentina al tomar aquel parche entre sus manos. España se sorprendió al escuchar un acento español más marcado en el argentino, pero no dijo nada.

- Creo que es el momento - Mencionó y se levantó. Caminó hasta estar en frente de Argentina, el cual se había arrodillado luego de levantarse. - Argentina - Dijo con un tono serio.

- España - Respondió el albiceleste con igual seriedad.

- ¿Cómo te llamaremos de ahora en más? - Preguntó el español, temiendo por la respuesta del menor.

- Supongo que me llamareis como... - Argentina no lo había pensado, por lo que miró a España.

- Joder que eres lerdo - Se dió un "facepalm" y bufó molesto. Debía pensar un nombre rápidamente. - Y que te parece... "Las Provincias del Terreno de la Plata" - Preguntó no muy convencido por su idea.

- Me parece bien, no quisiera ser llamado Virreinato o "Rio de la Plata" nuevamente - Sonrió de lado, tratando de no quitar su seriedad.

- Perfecto - Asintió el mayor. - Desde hoy, ya no serás conocido como Argentina - Comenzó a decir y tomó el parche. - Hoy, serás nuevamente una colonia española, dirigida por mi, y vivirás bajo el nombre de Las Provincias del Terreno de la Plata. - Comenzó a ponerselo al menor. - Estarás bajo mis órdenes, tu gente nacerá y vivirá como gente española, tus costumbres serán prohibidas y sólo serán parte de la sombra de tu pasado como país libre - Se lo colocó. - Desde hoy, estás bajo el mando de la gran España - Finalizó, alejandose al ver a Argentina cambiar.

Sus colores albicelestes se esfumaron, siendo reemplazados por la bandera española. El parche pareció aferrarse más a su ojo derecho y sufrió un desmayo, donde España lo sostuvo.

- Ya ya mi niño... Todos vosotros estáis en buenas manos... - Susurró con una ligera preocupación y comenzó a acariciar la cabeza de Plata.

Al otro lado del mundo, todas las provincias que alguna vez conformaron a la República Argentina cambiaron, obteniendo los colores españoles a la vez que un desmayo.

- ¡Baires! ¡Weon que chu-... - Se alejó del menor al ver los colores. - No no... ¡BUENOS AIRES! - Gritó al verlo sin conciencia.

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El dibujo quedó medio feo...
En mi mente se veía mejor u.u