Perdón. [C.H. Argentina]

V E I N T E

- Jaja, que boludo - Dijo un soldado joven, sonriendo aún.

- Y bue, que querés? Era chico - Le respondió el que le contó una anécdota graciosa de su juventud.

- Pero alta mina tenés - Halagó uno de sus compañeros y todos rieron otra vez.

- ¿Todos bien? - Preguntó CABA entrando a la carpa. Un soldado cercano a la entrada alzó una botella de agua a la capital. - No gracias, tomen ustedes - Negó con una sonrisa. - ¿Todos listos para mañana? Baires me acaba de decir que ya están las coordenadas y los pilotos despegarán a las 4am - Informó.

- Los españoles y los tanos tienen huevos - Habló uno, mirando su cuchillo y luego a la capital.

- Y papito, de dónde son tus ancestros? - Burló la capital, causando la risa de todos. - Dale, duermanse que en 3 horas y media nos vamos, que el viaje es de media hora - Y luego de un "Si señor" se fue.

Se estarían enfrentando en tierras "chubutenses" (por llamarlas de alguna forma), ya que no querían perder vidas inocentes en la ciudad. Chubut (aún llamado Hispania), había sido resguardado en el norte del país, por que España no necesitaba a ninguna provincia herida.

- Descansá CABA - Le dijo Baires a su hijo, mientras miraba hojas de mapas e información.

- No puedo - Respondió. Él miraba una cadenita con un dije de sol en ella.

Baires volteó a verlo, se sorprendió y dejó los documentos en la mesa que había ahí. Se acercó hacia el menor y se sentó a su lado, abrazandolo y sacando una cadena igual.

- También lo extraño - Dijo de la nada. - Seguro y se estaría cagando de risa por el temor ajeno - Sonrió levemente imaginando aquello.

- Ya sé viejo, pero es extraño que-...

- Que no haga nada, sí - Rompió el abrazo y guardó la cadena dentro del uniforme. Se levantó. - Dormite. - Dijo seriamente y volvió a la mesa a ver sus estrategias.

(...)

- Joder... - Suspiró.

España revisaba documentos, estos les decían, en resumen, que tenían las de perder. Ellos usaban balas plásticas para no matar, sino herir, pero el bando enemigo daba todo de sí.
Ya habían pasado dos meses, dentro de 13 días cumplirían los 3 desde el inicio. El resto del mundo estaba en silencio ante tal guerra, los únicos metidos fueron Alemania y Portugal, ya que Buenos Aires no quería conflictos con EEUU metiendo a Rusia en la guerra suya.

- Spagna, hai visto Plata? (España, has visto a Plata?) - Preguntó el italiano al entrar a la oficina.

- ¿Plata? ¿No ha ido contigo y Portugal? - Preguntó sorprendido el mayor, recibiendo una respuesta negativa del más bajo.

Al instante se dirigió a la puerta y salió, siendo seguido algo detrás por su pareja. Caminó unos momentos hasta llegar a un cuarto; tocó, pero no recibió respuesta alguna, por lo que decidió entrar sin más.

- Plata qué estás-... - Y calló al ver a su colonia en el suelo, sentada. - ¿Plata? - Se acercó lentamente, como si temiera lo peor.

Italia veía la situación desde el marco de la puerta, temiendo muchas cosas. España hizo voltear a su hijo al apoyar su mano en el hombro ajeno.

- No, me llames "Plata". - Ordenó de forma seria y cortante la colonia mientras empujaba a su superior.

- ¿Pero qué dices? - Gritó algo molesto.