Perdón. [C.H. Argentina]

V E I N T I D O S

- Fue un honor haberlo conocido, señora - Dijo Bs. As. a aquella mujer vestida de negro. - Juan realmente no debió asistir, no tuve que haber permitido aquello... - Baires estaba dolido, hizo que una mujer mayor y una joven perdieran a alguien muy importante.

- No te preocupes Buenos Aires, él nos va a acompañar siempre... - Dijo con lágrimas la mujer.

Baires asintió, y volteó a la mujer más joven. - Señorita, mis hombres han encontrado esto en un bolsillo de Juan - Y le entregó una fotografía y un anillo.

Ella sólo atinó a comenzar a llorar, teniendo aquella foto de ambos sonriendo y aquel simple pero muy bonito anillo de compromiso.

- Lamento mucho las molestias... - Dijo Argentina, con una cara muy decaída. - Juan será recordado como un gran piloto, un gran hombre - Buscó algo entre su ropa, hasta encontrarlo. - Señora, le entrego la medalla de Juan Echeverría al valor en combate - Con una caja negra, abierta, se la entregó. - Derribó a un avión y neutralizó dos tanques que se dirigían a la base improvisada mientras caía. Salvó muchas vidas gracias a ello - Argentina miró con tristeza a la señora, por su culpa perdió a su hijo y la joven a su pareja.

Se quedaron en silencio, mientras ambas lloraban a la tumba de aquel joven llamado Juan. Argentina palmeó el hombro de Buenos Aires y luego lo abrazó; Baires tenía un gran cariño a Juan, puesto que conoció al abuelo de él y por ende, a su familia entera, cosa que los hizo cercanos aunque suene extraño.

(. . .)

- Chupala - Dijo el argento haciendo un gesto "italiano" de un montoncito con la mano.

- Dah, dale Arge - Dijo Uruguay y observó a su hermano beber una Quilmes.

- No, dejate de joder - Lo miró serio y volvió a tomar aquella bebida.

- Me obligaste - Dijo serio el menor. Se preparó bajo la mirada del albiceleste y luego, gritó. - PARAGUAY ARGENTINA NO QUIERE CUMPLIR SU RETOOOOOO!! - Y sin mucho, Paraguay se asomó por la puerta de la cocina.

- Argentina, eres gallina si no lo haces - Dijo simple y volvió a lo que hacia: lavar platos.

Argentina casi escupe su cerveza, y lo miró, aunque ya no estaba ahí, por lo que vió a Uruguay.

- Ya escuchaste bo' - Sonreía victorioso.

(. . .)

- ¿Qué? - Preguntó aquel país muy confundido.

- ¿Quieres ser mi vieja wey? - Preguntó nuevamente el argentino, con un acento mexicano muy norteño (como burla) y con una cara de pocos amigos mirando hacia un costado.

- Pff... Con más ánimos, no wey? - Sonrió divertido. - Ya we, quién te retó a qué? El "Gran Argentina" no hace estas cosas sin decir "NoHomo" antes - Se apoyó en el marco de la puerta, sonriendo con gracia.

- Uruguay, besar al que toque y saliste vos - Cruzó sus brazos.

- ¿Dónde está el chamaco? Señala con la mirada carnal - Le dijo tranquilo.

Argentina hizo lo pedido, México miró de reojo y sonrió aún más. Procedió a acercarse a Argentina, mientras él retrocedió nervioso.

- Calmate we, no es para tanto - Le quitó el gran sombrero al albiceleste (por que, sí, estaba vestido de mariachi por órdenes de Uruguay) y lo colocó tapando ambas cabezas.

Uruguay sacó una foto desde lo lejos, sonriendo con mucha diversión. México se alejó y le guiñó al sudamericano ya que tenía una cara de confusión.

- Pero, no lo cumpl-... - Fue interrumpido por México y su risa.

- El peque pensará que sí, para algo sirven los sombreros carnalito - Rió levemente. - Hasta luego compi - Y cerró la puerta con una sonrisa que demostraba lo divertido de la situación.

Luego de eso, Argentina y Uruguay se reunieron para ir a la casa del primer nombrado.

- ¡Alto chape! - Dijo Uruguay viendo la foto del celular.

- Si si, ya, contento enano? - Preguntó Argentina aún molesto por aquel reto.

- Obvi - Guardó su celular.

Siguieron caminando en silencio, no era incómodo, por lo que estaban tranquilos. Aunque Uruguay estaba muy conversador.

- Y... ¿Todo bien con el nuevo presi? - Preguntó el más bajo y miró de reojo al más alto.

- Seh, hace unos 5 meses asumió y no hizo ninguna cagada todavía - Sonrió. - Vamo' a ver qué carajos hace en un año y medio de mandato - Guardó sus manos en los bolsillos del pantalón.

- Ya le pidió comercio a mi presi, juancito es re piola viste? - Sonrió.

- Ojalá tuviera buena suerte como vos - Dijo Argentina.

- Dale Arge, ya van casi 5 años, deja de pensar en eso! Además, sos vos en todo sentido y es lo que importa - Lo abrazó tras aquellas palabras, lo que alegró al del sol en medio.

Cuando pasaron por un barcito se escuchó el inicio de unos gritos en la TV, y Argentina miró, sacando una sonrisa a la luz y haciendole una señal a su hermano.

- ATR PERRO CUMBIA CAJETEALA PIOLA GATOOOOOO - Gritaron animados los dos y captaron la atención de los jóvenes que estaban ahí.

- ¡Temazo! - Dijo Uruguay y pidió una cerveza casi al instante.

- ¡Ea ea ea! - Animaba Arge a una parejita empezando a bailar aquel ritmo. - ¡Dame una Brahma! - Dijo sonriente.

Uruguay lo miró con una sonrisa, se estaba comenzando a divertir en aquella noche de sábado, y eso era todo lo que quería para su hermano. Hace cuatro años volvió a ser la celeste y blanca, dejó a España y se hizo un país mejor por su cuenta.
Argentina había mejorado mucho y parecía que seguiría así. Sus exportaciones agricolas habían aumentado y había comenzado con pequeñas fábricas de la industria textil, cosa que realmente le hizo bien. En otras cuestiones, seguía siendo un tercermundista a cara de EEUU, pero los demás lo veían como una futura potencia, cosa que sus cercanos sabían no iba a ser posible.

- ¡ME VAS A EXTRAÑAR! - Gritó Argentina bebiendo su cerveza junto al grupo de jóvenes que se divertían en su previa.

Habían sido unos meses muy tensos para toda Latinoamérica, en especial para los 3 que habían recibido cartas. Cartas... Todo inició por unos simples papeles, que sin haberlos leído hubiera sido todo mucho peor, pero ahora no importaba, Argentina estaba bien, todos eran una gran familia y él volvió a tener su esencia.

Después de todo, era lo único que necesitaba. Ser él mismo.

Fin.