C U A T R O

1.1K 112 14
                                    


Unos días más pasaron, Paraguay y Uruguay estaban aún preocupados, seguían intentando ingresar al país albiceleste para buscar a su hermano, pero ninguno de sus intentos había funcionado.
Perú tuvo reuniones con Ecuador, y obviamente estaban más que bien y seguían siendo "panas" como decía el ecuatoriano o "broders" como lo hacía el peruano. El único problema, es que ahora Chile estaba paranoico con el tema de las cartas.

- Ya nos vamos a enterar Perú - Le dijo Bolivia al otro lado de la línea.

- Ya que pe' ... - Dijo junto con un suspiro.

- Te dejo, La Paz está molestando otra vez - Se le escuchó algo molesto. - Nos hablamos - Saludó con un timbre alegre en su voz.

- Nos vemos - Saludó Perú y colgó.

Ambos países estaban al pendiente de Chile por ser vecinos y amigos, los únicos cercanos que tenía ya que Argentina no contaba en esos momentos.

- Weon... ¿Cuándo va a llegar la wea esa? - Se preguntaba mientras caminaba de un lado a otro nervioso, casi que comiéndose las uñas.

- Quedate quieto, me estás poniendo nervioso - Dijo Santiago de Chile, su capital. - Tacna me acaba de decir que Perú sigue preocupado por vos, asi que calmate - Le pidió en un tono claramente molesto.

- Ya po' , si dejai de joder con ese celu - Y se lo quitó.

- ¡Mi celu! ¡¿Qué mierda tengo que ver culiao?! ¡No jodai! - Gritó claramente enojado la capital.

- Ya ya, callate - Se lo devolvió.

- Pvta la wea - Susurró molesto el menor y revisó su celular. - ¿Y porqué tanto alboroto? - Preguntó al mirar a su "padre". - El argento está loco, y? - Alzó los brazos como diciendo "Es su problema".

- ¿No comprendes Santi? - Le dijo Chile, con una mirada de preocupación. Santi (como le decían) negó con la cabeza. - ¡Genial! ¡Mi propia capital no sabe nada! - Gritó mirando al techo como pidiendo que Jesús se lo lleve ahora. - ¡Hasta Catamarca lo sabe! ¡Y no es capital de Argentina! - Le gritó, Santiago se ofendió por eso.

- ¡Sabía que te veías con Cata! - Lo señaló el menor, estaba sorprendido y ofendido.

- ¿Y qué? Se comporta mejor que tú! - Lo señaló mientras mantenía una mirada fija, llena de molestia.

Un silencio tenso se formó en el ambiente, por poco y se podía cortar con los dedos. Si en esos momentos el celular de aquella capital no sonaba, ambos comenzarían a pelear como siempre hacían.

- ... - Miró la pantalla con el ceño fruncido, luego levantó la vista por unos segundos hacia el más alto y volvió al celular. - Cierra el pico - Le dijo de una forma neutra a como siempre hablaba.

Santiago respondió a la llamada, le hizo una seña a Chile y se alejó para hablar con el contacto. Chile moría por dentro, sus nervios por la carta habían vuelto y Santiago lo estaba ignorando, por lo que no podía pelear para estar tranquilo.
Por otra parte, Santiago charlaba con cierto amigo del país vecino.

- ¿Entonces? - Preguntó y escuchó atento al contrario. - Ya Santi, sé cómo están las cosas - Le dijo firme y serio. - Bien, te dejo, que tengo a Chile conmigo - Santi le habló de algo más, sacando una mueca a la capital. - Santiago del Estero, si dejas que eso pase, juro, por mi bendito completo que guardé en el refri, que te vas a cambiar el pvto nombre, cachai eso? - Preguntó muy enojado al final. Santi volvió a hablar. - Bien, nos vemos Santi - Y la capital colgó la llamada, dejando salir un suspiro. - ¿Ahora cómo se lo digo? - Miró algo de reojo a Chile, el cual daba vueltas a la mesa ratona de la sala de estar.

Santiago del Estero le había dicho el siguiente movimiento de Buenos Aires en representación de Argentina, y claramente eso no lo podían permitir. ¿Porqué el amigo de su padre actuaba así? Debía averiguarlo, y ya sabía cómo.

Encendió nuevamente su celular y buscó rápidamente cierto contacto, dudó por unos momentos, pero marcó. Sonó tres veces y por fin atendieron.

- Hola - Saludó y recibió lo mismo del otro lado. - Necesito saber algo, España - Le dijo con su respectivo tono de preocupación.

Perdón. [C.H. Argentina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora