D I E S I O C H O

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- ¡¿QUÉ?! - Gritó Terrenos al escuchar a su gobernador.

- Si señor, nos ha dejado esta carta. - Se la entregó, y la colonia empezó a leerla.

Terrenos la leyó bajo la mirada de España, que estaba ahí por querer estar con su colonia. Cuando terminó de leerla, le hizo una seña al hombre y éste salió de la oficina.
Terrenos suspiró.

- Padre, yo... - Volteó a verlo, estaba, triste?

- No Terrenos, no os preocupéis... - Le dijo con calma el mayor. - Buen Aire puede ser así, lo conoces - Comenzó. - Si desea su libertad, luchará por ella... - Eso último lo dijo con seriedad.

Un tono simpático empezó a sonar. Era el celular de España.

- Ah, es Italia, iré a responder - Sonrió levemente y eso calmó a Terrenos.

España salió de la oficina hacia el pasillo y atendió.

- Joder, que capullo, estaba con Terrenos - Quejó el adulto hacia el celular. - ¿Qué? No, no podéis hacer aquello - Dijo sorprendido. - ¡Valencia! Dile a tu hermano que no puede-... ¡Joder escuchame! - Gritó.

"No iremos a una guerra con nuestra descendencia."

Fue lo último que escuchó el país antes de que la llamada se cortase. Pensó unos segundos para calmarse y luego llamar a Italia, el cual debía saber la situación por el tratado que habían hecho hasta hace unos tres días.

- Italia - Dijo, serio. - Ah, te lo dijeron?... - Calló para escuchar el grito de preocupación del italiano. - ¿Sicilia también?... Ya veo - Dijo en cuanto pudo hablar. - Ya cariño, ya... - Intentó calmarlo, pero ¡ve a calmar a un italiano enojado! - Daremos guerra, pero sabes que debemos-... Ita, escuchame... - Italia no le dejaba hablar, estaba realmente alterado por la simple palabra "Guerra". - Amore... - Llamó con un leve acento italiano, pero seguía sin ser escuchado. - Italia, escuchame joder! - Pegó el grito, el cual hizo callar al menor y, sin darse cuenta, llamó la atención de su colonia. - Italia, sé qué pasaste en aquellas épocas, sé que detestas la palabra, pero es lo que será... La guerra nunca es buena, pero en este caso... - Italia habló, más calmado. - Lo sé cariño, lo sé... Pero, no es lo que querías? - Preguntó, rascando su nuca. - Buen Aire es perfecto para esto, él podrá cariño... - Le dijo con confianza. - Si, si, no haremos demasiado... - Volvió a callar, dejando hablar a su pareja. - Te prometo que trataremos de no durar más de 4 meses, bien? Luego de que todo termine, iremos a Cerdeña de vacaciones como la primera vez... - Sonrió al decir aquello. - También te quiero, hasta luego - Colgó la llamada y suspiró.

Decidió ir a la cocina para tomar algo de agua, dejando el pasillo en silencio. Pero detrás de la puerta, Terrenos de la Plata había escuchado todo lo dicho por su colonizador, y ya se hacía una idea de qué planeaban.

- No... No puede, no puede... Sólo pasaron meses, e-estoy mejor así... - Repetía con pánico la colonia. - P-papá no va a hacer una guerra... N-no lo haría, y Baire... - Y calló.

Se había dado cuenta.

Ser una colonia no era tan bueno como creía.
¿Acaso había pensado en sus hijos al tomar la decisión? No.
¿Había pensado en su gente, en su cultura? No, no.

Terrenos de la Plata fue un error.

Perdón. [C.H. Argentina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora