Juguemos a Confiar [KongpobxArthit]

Cap10

-Kongpob, lo siento yo no quise- hablo Arthit, mientras se acercaba hacia mi, pero M lo interrumpió.

-Acabas de lastimarlo, eres un idiota o que- dijo M mientras se paraba para darle pequeños empujones a Arthit- no entiendo como el puede salir contigo- Arthit lo esta ignorando- MALDITO CABRON ESCUCHAME- grito para luego darle un golpe en el rostro.

Arthit se toco la parte dañada para luego mirarlo fijamente y volverse a tirar encima suyo.

Ambos me estaban ignorando, a ninguno le importaba lo que me había pasado, lagrimas salieron de mis ojos, no aguantaba esta situación así que explote- USTEDES DOS VAYANSE DE MI CASA O LLAMARÉ A LA POLICIA- grite molesto, ambos voltearon a verme.

-Pero Kongpob- trato de hablar Arthit pero lo interrumpi.

-DIJE QUE SE LARGARAN LOS DOS, AHORA- volví a gritar, ellos me miraron  pero no dijeron nada.

M comenzó a acercarse a mi , quiso  colocar su mano sobre mi hombro pero lo detuve con la mirada- Ni te atrevas a tocarme- amenace, el se detuvo y siguió con su camino.

Cuando al fin salieron de mi casa, cerré con llave para que nadie puediera entrar, luego de eso me senté en el piso tapando mi rostro, para poder liberar todo lo que había acumulado.

Me sentía tan miserable, talvez si fue mi culpa que todo esto pasar, talvez si le hubiera puesto algún limite a M esto no hubiera ocurrido, pero no podía cambiar lo que ya estaba echo.

Prometí que no volaría a lastimarme, ni hacer cualquier cosa que pusiera en peligro mi vida, es por ellos que me levante y comencé a caminar dirigiéndome a la cocina.

Cuando llegue saque la primera botella de vino que tenía, talvez esto me ayudaría a olvidar todo lo sucedido esta tarde, además podría ahogar mis penas.

Comencé a caminar con la botella en mis manos hasta llegar a mi habitación, me encerré dentro de ella y comencé a beber todo su contenido.

Con cada trago que daba más lagrimas salían de mis ojos, momentos como estos hacían que me diera cuenta que no tenía a nadie a mi lado, sin Arthit y sin mi madre estaba completamente solo en el mundo.

Talvez fue mucho pedir un amigo aparte de el, cuando M llego para disculparse y  decirme que quería ser mi amigo me sentí un poco confundido pero feliz, por fin alguien quería mi amistad, pero con todo lo que paso hoy no sabia que era lo que pasaría en un futuro.

La botella que traía ya se había terminado, y aun no me sentía para nada mareado, fui hacia la puerta para poder abrirla y cuando llegue a esta escuche unos pequeños gritos.

Al inicio pensé que eran alucinaciones mías, pero con el transcurso de los segundos las voces se hicieron más claras.

Eran tres hombres enmascarados  que estaban rebuscando todo a su paso, comencé a asustarme, quería llamar a la policía pero  mi teléfono estaba en la sala.

Salí de mi habitación lo más callado que pude, no quería que ninguno me escuchara para que la situación no empeorara, pero los efectos de la botella de vino que había tomado se hicieron presentes.

Comencé a tambalearme de un lado a otro, todo a mi alrededor daba vueltas, trate de acercarme a una mesita que se encontraba en el pasadizo, camine hasta allí para apoyarme y evitar que cayera, pero accidentalmente tire un jarrón al piso, fui ahí cuando esos hombres comenzaron a subir, se habían dado cuenta de mi presencia.

Trate de correr lo mas rapido posible para llegar a mi habitacion y encerrarme en el, pero uno de ellos me alcanzo tumbandome al piso.

-Quédate quieto niño bonito- hablo mientras se sentaba encima mío, para luego acercar su rostro a mi cuerpo y oler mi aroma.

El pánico comenzó a invadirme, tenía  miedo de lo que pudieran hacerme- Pueden llevarse todo lo que quieran, pero no me lastimen- hable lo más rápido posible.

Dos de ellos comenzaron a susurrar, estaban decidiendo que es lo que harían, pasaron unos minutos y uno hablo- Ata su manos- dijo, volví a moverme para que no me tocaran  pero el que tenía encima me dio una bofetada.

-Te dije que estuvieras quieto, no quiero arruinar ese lindo rostro- mis lagrimas caía desesperadamente, pedia que alguien viniera a rescatarme.

-AYÚDENME - comencé a gritar, mis piernas daban pequeñas patadas para poder sacar a la persona que seguía encima mio.

El que se encontraba parado en un ricon viéndome, busco en su bolsillo un pequeño pañuelo, lo hice bola con las manos y me lo metió en la boca para que dejara de gritar.

Luego termino de amarrar mis manos uniendolo con la baranda del pasillo y se arrodillo cerca mío-Muévete- dijo empujando al que tenía encima para que el ocupara su lugar- Los dos baje y esperen me abajo, terminaré pronto- ambos asintieron y se fueron dejándonos solo en aquella posición.

-Eres un chico muy guapo, no sabes las cosas que quiero hacer contigo- hablo mientras pasaba sus manos por mis pecho.

Saco una pequeña navaja de su bolsillo y comenzó a pasarlo por todo mi cuerpo dando pequeñas punzadas, tenía miedo de lo que el pudiera hacerme.

-Shh, no quiero que llores cariño, vas a ver que lo terminaras disfrutando- dijo cuando vio que seguía llorando.

Con aquella navaja corto el polo que traía puesto dejando mi pecho descubierto, para luego repartir asqueroso besos, trate de moverme nuevamente, pero cuando lo hice sentí que su navaja presionaba mi vientre.

-Si no quieres que te lastime, sera mejor que te quedes quieto- dijo para luego seguir con lo suyo.

Mis esperanzas de que alguien viniera a rescatarme habían desaparecido, trataba de ignorar todo a mi alrededor, mi mente comenzó a divagar olvidando lo que me estaba pasando.

No se cuanto tiempo estuve de aquella forma, volví a mi realidad cuando sentí que aquel idiota ya no estaba encima mío, cuando voltee mi cabeza vi que el estaba tirado en el piso quejándose de dolor.

Trate de pararme para poder huir, pero no pude ya que mi cuerpo comenzo a doler, una silueta se movio acercándose  a mi cuando, rezaba que no me hiciera nada malo.
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