Jimin sólo tiene 18 años, como es tradición en Busan ha sido comprometido a quién ha logrado pagar el precio de su mano, el problema es que las apariencias engañan y la realidad dista mucho de las ilusiones que el joven omega se hizo.
El encuentro c...
Jimin se encontraba listo para bajar a cenar, el baño lo había dejado físicamente adormecido, y bajo una tranquilidad envidiable, una joven beta pelirroja se presentó ante él llevando un sencillo pero pulcro traje sastre de falda y sacó azul oscuro.
-Joven Jimin, mi nombre es Lisa, seré quien se encargue de sus necesidades a partir de ahora y hasta que se mejore, acompáñeme por favor, el Señor Min lo espera para cenar- acompañado de la beta bajó lentamente las escaleras, no había tenido oportunidad de familiarizarse con absolutamente nada de su nueva casa, ahora podía ver que toda estaba decorada con esos ostentosos adornos de oro y piedras preciosas, se preguntaba cómo el alfa se atrevía a traer gente extraña a su hogar, porque independientemente de ser técnicamente un mueble más habría cabido la posibilidad de que él robara algo, tal vez en alguna otra situación que incluyera su ignorancia a la clase de gente que era su familia se habría arriesgado a ser descubierto adueñándose de alguna de esas joyas, actualmente ya no le importaba, para él su familia había muerto justo en su noche de bodas, y después de la ultima llamada a su madre.
- Toma asiento Jimin- indicó el alfa señalando el puesto a su lado. -Espero que la comida preparada sea de tu agrado- el omega asintió y comenzó a comer lentamente, aunque desconocía el tiempo sin ingerir alimento no tenía apetito, sin embargo se forzó a comer lo servido en su plato en completo silencio. -¿Cómo te has sentido? Le pediré a Lisa que te muestre la casa después de cenar solo hay unas pocas zonas a las que no tendrás acceso- asintió nuevamente sintiéndose repentinamente deprimido.
-Lamento molestarlo Señor Min, lo busca el Señor Kim Namjoon, dice ser urgente- interrumpió Lisa.
-Lamento dejarte Jimin pero debe ser importante para que aparezca a esta hora, Lisa, en cuanto Jimin se encuentre listo muestrale la casa, que se mantenga en esa habitación, utilizaré la principal- el alfa se retiró dejando a Jimin acompañado únicamente de la beta.
-Me siento satisfecho Lisa, ¿podemos ver la casa? Me gustaría subir a dormir- murmuró tímido.
-Por supuesto Joven Jimin, nosotros bajamos por el ala este, la que está más cercana al despacho del señor Min, la habitación asignada es utilizada por él la mayoría del tiempo, aunque todas son igual de impersonales, el señor Min no es una persona muy afectiva hacia nada ni nadie, de este lado tenemos las habitaciones del servicio administrativo, es decir yo y el chófer Kim, esa puerta da a las habitaciones de la servidumbre, de este lado tenemos la habitación principal, donde dormirá el señor Min ahora que usted ha llegado- el omega siguió caminando sin poner mucha atención a la verborrea de la beta.
-El señor Min mencionó algunos pocos lugares a los que no tengo acceso- interrumpió a Lisa.
-Oh, únicamente el garage, nadie mas que el chófer entra ahí, su estudio, ni siquiera la servidumbre puede pasar a limpiarlo, y la sala de juntas, está aun lado del recibidor, es donde se reúnen los altos mandos de Corea- llegaron al inicio de las escaleras del ala este. -Eso sería todo Joven Jimin, el estudio es la siguiente puerta después de su habitación- Jimin subió lentamente cuando escuchó un estruendo en el estudio seguido de unos fuertes murmuros.
-Es imposible que estén entrando por la costa de Busan, exterminen a todo aquel que entre, si Sooman no va a movilizar a sus patrullas ni solicitar apoyo a Seúl nos tendremos que hacer cargo- la voz del alfa Min se lograba a escuchar fuerte y clara por el enojo.
-¿Que sucederá con los que ya están en Busan?- el alfa Kim preguntó.
-Eliminen a todo el que sea encontrado, hablaré con los generales de Seúl para solicitar autorización, que estén cerca, en cuanto se de luz verde todos morirán- el Omega asustado se metió a su habitación, no tenía sentido lo que el alfa decía, ¿matar a todos en Busan? Aún si su familia no pensó en él, la preocupación por ello le llenó el pecho de sentimientos negativos, necesitaría recaudar más información antes de avisar a su familia para poder salvarlos.
Se recostó esperando conciliar el sueño sin pesadillas al menos una vez, de cierta manera el no sentir su cuerpo dolorido le era extraño, se sentía soñando y la espera de despertar y regresar a la pesadilla que estaba viviendo le traía ansiedad, lentamente el sueño fue llegando a él dándole descanso.
Escucho unos lúgubres lamentos venir desde fuera de su habitación, aún con miedo se levantó para averiguar que lo ocasionaba, unos lúgubres lamentos lo hicieron detenerse con miedo fuera de la puerta y poner más atención, el poco color que había recuperado estando en Daegu le abandonó tras darse cuenta de lo que ocurría. Eran los gritos de una mujer, el sonido te piel golpear, los lamentos, alcanzó a distinguir ligeros gruñidos, el movimiento de alguna madera, sus piernas cedieron haciendolo caer de rodillas asustado, todo ruido se detuvo y tras unos minutos la puerta se abrió, una Omega salió cojeando y con la cabeza gacha, el repentino asco en su estómago hizo subir su cena por su esófago arrojando todo el contenido a pies del alfa Min.
Jimin se encogió en su sitio sollozando más fuerte, sintió unas manos sujetar sus hombros y se congeló esperando el golpe que sabía vendría.
-¡Por Dios Jimin! ¿Te sientes bien? Llamaré al doctor, ¿necesitas algo? ¿Agua? ¿Alguna pastilla?- aún sin moverse fue puesto de pie con suavidad, el olor de la omega impregnado en el mayor al tenerlo mad cerca lo hizo dar arcadas nuevamente. -Tranquilo, te tengo- ayudó a llevarlo a su habitación y regresandolo a la cama lo arrojó. -Si te sientes mal puedo llamarle al médico, le llamaré- confirmo el alfa.
-¿Qué le hacía a la omega que salió?- el sentimiento de posevidad lo asustó, los celos en su estómago y el miedo en su pecho de regresar a lo que le sucedía lo había temblar ligeramente.
-No es de tu incumbencia, no somos pareja, yo realmente no soy tu alfa, pero no le hice nada de lo que seguramente cruza tu cabeza, disculpa si te desperté- el alfa se alejó, sin embargo la mirada triste del Omega lo confundió e hizo sentir incómodo, el deseo de explicarse y justificar su actitud quemando en su consciencia. -Buenas noches Jimin- Jimin permaneció pensando y temiendo lo peor, se sentía confundido y desconfiado, se dio cuenta que tristemente ya no podía confiar en nadie y eso le deprimía.
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Perdón quería hacerlo un poco más largo pero han pasado cosas en mi vida y no estoy anímicamente muy bien, no quisiera arruinarlo poniendo mucha paja o yéndome a otro lado en la historia y sacando un hijo perdido debajo de una piedra o algo así.
Gracias a quienes leen, comentan y dejan su estrellita motivadora.
