Rewrite The Stars ➰ || Alec Lightwood [#2] (COMPLETA)

031. Culpable.

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➰Rewrite The Stars/Capítulo Treintaiuno➰

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           Marcus, Katia y Magnus se encontraban revisando a todas las personas que habían sido invitadas a la fiesta, para que pudiesen retirarse. Alec se encontraba de pie junto a la castaña, observando cómo revisaba todo el cuerpo de una shadowhunter con su magia. Marcus revisaba a la pareja de la chica que estaba siendo revisada por su hermana, y Magnus revisaba a Raj.

Simon, Clary, Jace e Isabelle se encontraban de pie a unos metros de distancia, observando a los brujos hacer lo suyo, buscando el libro perteneciente al Gran Brujo de Brooklyn.

El par de hermanos Campbell terminaron de registrar a la pareja, por lo que les permitieron irse. Ambos hermanos se giraron hacia el brujo Bane y el shadowhunter Raj, observando cómo terminaba de registrarlo, él era el último en el lugar.

—Estaba a punto de conseguir un trío... —Habló de pronto el shadowhunter, alternando la mirada entre todos los presentes, quienes lo observaron con incredulidad, mientras Magnus terminaba de revisarlo—... y, ¿ustedes se dejaron caer en un hechizo? —Inquirió, demostrando cierta molestia en su tono de voz.

Magnus rodó los ojos, mientras el de ojos avellana avanzaba hasta él, para después empujarlo por el pecho en dirección a la puerta, provocando que el moreno se girase y comenzase a caminar hacia la salida, siendo acompañado por el hijo mayor de los Lightwood. Katia frunció sus labios.

— ¿Es el último? —Inquirió el rubio mayor, frunciendo su ceño y metiendo sus manos a los bolsillos de su pantalón, hablando con cierta impaciencia en su voz.

Incluso Maryse y Max ya se habían retirado, la mujer había dicho que Max tenía que descansar para recibir su primera runa, por lo que los únicos que quedaban dentro del desván eran el par de hermanos Campbell, el brujo Bane, el par de hermanos Lightwood, Clary, Simon y Jace.

—Parece que somos los únicos brujos aquí —Respondió Magnus, elevando sus brazos, para después dejarlos caer hasta sus costados, liberando purpurina de sus manos, eliminando sus salvaguardas.

—Magnus, ¿qué pasa si no encontramos tu libro de hechizos? —Inquirió la pelirroja, observando cómo el brujo mencionado se giraba hacia ellos con un brillo de desesperanza en sus ojos.

—Esa no es una opción que quieras explorar —Respondió el de ojos oscuros, elevando la barbilla y el dedo índice, en dirección a la ojiverde menor, manteniendo un ceño fruncido por molestia y preocupación—. Ese libro puede deshacer cada hechizo que hay lanzado —La mandíbula de la castaña se tensó al instante, mientras observaba que Magnus bajaba el tono de su voz y fijaba la mirada en el suelo—. Desde lo básico hasta lo complejo —Recuperó su tono de voz fuerte—. En nuevas y viejas lenguas... —Su ceño se frunció a un más, y fijó su mirada en el suelo, recibiendo miradas curiosas—. Champenois —Susurró, provocando que los labios de la castaña se separaran al instante.

—Es un viejo dialecto francés —Explicó la castaña ante las miradas confusas que los shadowhunters le lanzaban al brujo mayor. Alexander, quien había regresado un par de segundos atrás, la observó con curiosidad.

Katia le lanzó una mirada al brujo Bane, quien susurró una palabra en francés que la chica no alcanzó a escuchar, pero en su mirada pudo distinguir que ya sabía de quién hablaba.

—El gato pelirrojo —Dijeron Magnus y Katia al mismo tiempo, mientras el primero volvía a activar las salvaguardas del edificio.

La castaña comenzó a caminar en dirección hacia su habitación, siendo seguida por Magnus, quien la alcanzó un segundo después. El vampiro, el brujo Campbell y el resto de shadowhunters los siguieron por el interior del desván.