Tsuna no estaba seguro de cómo llegó ahí. Solo se dejó llevar por un impulso mientras regresaba al hotel donde se estaba hospedando junto con sus amigos. Desvió sus pasos a un sendero alterno, miró a su alrededor, se aseguró de sostener bien la bolsa de compras con las bebidas, y después se dedicó a mirar a su alrededor. Le gustaba aquel pueblito tranquilo, alejado del bullicio, donde podías caminar incluso a media noche y nada ocurriría.
—Qué extraño.
No supo cómo, pero llegó a una especie de camino entre los árboles. No recordaba el haber pasado por allí en el día, aunque debía aceptar que en la noche todo parecía diferente. Estaba oscuro, no tenía alguna casa como referencia, y pensó que lo mejor era volver. Pero algo extraño pasó. Una luz se encendió sobre el camino, y poco después tres más.
Se quedó admirando el raro fenómeno, intentando hallar una explicación a aquellas lucecitas brillantes que de una a una se iban encendiendo, hasta que recordó que la señora del hotel donde se quedaban dijo que las luciérnagas abundaban por ese lugar y deberían organizar una salida nocturna para verlas.
—Wow, son demasiadas.
Tsuna se atrevió a colocar un pie en el camino en medio de los árboles, sonriendo porque cada vez se encendían más lucecitas que le daban guía de hacia dónde ir. Olvidó por un minuto que no conocía aquel sitio y podía perderse, y se internó en aquel camino que lo llevaba al bosque. Soltó unas risitas mientras intentaba atrapar aquellas luces, olvidó su asco por los insectos y se fascinó con las luciérnagas.
Todo fue divertido.
Hasta que se halló en medio del espeso bosque, y sin saber la dirección del camino que tomó.
Suspiró antes de golpearse mentalmente, siempre era torpe y ese día no fue la excepción. Pero no entró en pánico, solo giró sobre sí mismo buscando alguna guía, decidiendo si quedarse ahí sería mala idea. El clima no era malo, así que podría aguantar hasta la mañana, pero... estaba seguro de que sus amigos notarían su ausencia.
—¿Qué haces aquí?
Tsuna casi salta por el susto, pero logró contenerse al escuchar el sonido de la bolsa en su mano. Giró suavemente para buscar al autor de esa voz y se halló con la mirada azulina de su guardián de la nube. Se tocó el pecho aliviado, en parte, porque al menos no era un extraño o un fantasma. Y sonrió.
—Lo mismo pregunto.
—Me gusta esto —Hibari dio una rápida mirada a su alrededor.
—Yo acabo de descubrir que también me gusta.
Se miraron por un momento antes de que Tsuna captara un doble sentido en sus palabras. Enrojeció al instante, pero tuvo que calmarse. Se quedó en silencio después de eso, y siguió admirando las luces brillantes que revoloteaban a su alrededor. Jugó a apartar a los insectos y rio suavemente mientras seguía caminando por allí, deseando hallar el final de aquel espectáculo.
No se dio cuenta de que Hibari lo seguía.
No entendió que aquella nube silenciosa llegó hasta ahí en su búsqueda.
No se fijó en que aquel chico quería protegerlo en silencio.
Se quedaron ahí, juntos, hablando apenas, disfrutando de las luciérnagas, y mirándose de vez en cuando. Los dos, sin darse cuenta que su sentir era mutuo.
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Fictober 2019 [KHR] [1827]
FanfictionConjunto de drabbles correspondientes a la actividad del grupo Motín Fanficker en Facebook. Pareja Hibari x Tsuna del fandom Katekyo Hitman Reborn.