Acmé es el período de mayor intensidad de una enfermedad, cuando los síntomas llegan a su estado crítico. En eso pensaba Tsunayoshi mientras corría desesperado por el aeropuerto, incluso dejando atrás a Mukuro quien fue su escolta en esa reunión. Sinceramente no le importaba nada más que llegar a casa lo más pronto posible.
—Tus hijos están en su acmé.
No pidió más detalles, solo pudo decirle a Reborn que en ese preciso momento estaba bajando del avión y que iría a casa lo más rápido posible. Ni siquiera le explicó algo a su guardián. Corrió con todas sus fuerzas, desesperado, sin desear pensar más en esa horrible palabra. No supo ni cómo tomó un taxi y amenazó al conductor para que acelerara a fondo.
Solo quería llegar.
Cuando estuvo en la entrada de la mansión, ordenó a su guardia que se encargara del pobre hombre al que asustó. Después solo corrió hacia la puerta y la destrozó con tal de pasar. Ya no sentía pesadez en sus extremidades, tampoco se fijó en el sudor que recorría su frente. Subió las escaleras en busca del mensajero del infierno.
—Ya llegaste.
—¿Dónde? —jadeó sin poder decir más porque no podía respirar.
—Espera... quiero que tu esposo llegue también —sin inmutarse, Reborn levantó su manga para ver el reloj—. Y es... justo ahora.
Un azabache ingresó tan agitado como el propio jefe de Vongola, con la chaqueta suelta y el cabello algo revuelto. Apretó sus piernas y buscó algo que le diera información. Tsuna estuvo a punto de mandar al diablo a aquel niño de azabaches patillas y gestor de su peor pesadilla dada en los últimos minutos, pero los brazos de Kyoya lo aprisionaron.
—Yo... —intentó decir, pero se aferró a la espalda ajena en busca de alivio. Tenía miedo.
—Estás... bien —soltó Kyoya antes de sujetar el rostro del castaño y besarlo desesperadamente, incluso si estaba jadeando.
—No, Kyoya... es... ¡son nuestros hijos!
—¿Qué?
—¡Acmé! —pudo decir entre su agitación.
—Sí, sí —dijo Kyoya—. Tú estabas en el ac...
Ambos se miraron antes de entender la treta, y giraron rápidamente hacia el culpable de aquel susto de muerte. Reborn se hallaba cruzado de brazos, mirándolos analíticamente, calculando el tiempo de respuesta del par de padres. No sonrió, no dijo nada, solo se agitó para aplaudir dos veces y revisar su reloj.
—Perfecto —dijo—. Su tiempo de respuesta es casi el mismo.
—¡Reborn! —Tsuna quería matarlo.
—Niño —susurró Kyoya antes de sujetar su tonfa—, explícalo.
—Sinceramente quería probar su nivel de vocabulario y comprensión. Al parecer ambos fallaron —sonrió de lado—. Acmé tiene otro significado en el área de gimnasia.
En gimnasia, la palabra acmé se aplica al momento de máximo esfuerzo en un ejercicio. Fue esa la explicación de Reborn, quien esquivó los ataques de Kyoya e ignoró la expresión vacía de un Tsuna que encendió sus llamas. Obvió todo aquello para decir que no los llamó por nada. Porque era cierto que los dos cielitos estaban en su acmé y que Tsuna experimentaba el suyo de forma distinta.
Los dirigió a un cuarto aparte, donde sonaba música de fondo y dos niñeras cuidaban de los pequeños herederos. Reborn pidió silencio mientras abría la puerta y ahí los padres pudieron respirar en paz. Porque el acmé al que se refería Reborn, era el esfuerzo máximo de ambas criaturas para pararse solitos, sostenidos apenas del dedo meñique de las niñeras, caminando temblorosamente con toda la fuerza de sus piernitas de bebé.
—Sus primeros pasos —sonrió Tsuna, atrayendo la mirada de sus hijos.
—¡Dada! —fue el grito coreado de ambos niños al ver a los dos adultos en la puerta.
Kyoya ingresó con calma, Tsuna igual, con lágrimas en los ojos. Poco después, Hikaru y Sora cayeron de sentón sobre su pañal, porque fue demasiado ejercicio para sus pobres piernitas.
Notas finales:
No iba a hacer algo sad. Obviamente me pasé pensando durante dos días para hacer este pequeño drabble. XDDD
Fue difícil.
Krat los ama~
Besos~
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Fictober 2019 [KHR] [1827]
FanfictionConjunto de drabbles correspondientes a la actividad del grupo Motín Fanficker en Facebook. Pareja Hibari x Tsuna del fandom Katekyo Hitman Reborn.