El odio era una reacción negativa hacia una persona, algo tan intenso que el producirle un daño físico a la persona odiada sería tan... gratificante. Todos lo entendían, por eso, debían tener cuidado cuando Kyoya estaba molesto, porque de esa forma odiaba a medio mundo. Pero había alguien a quien no podía odiar, porque lo era todo para él. Tsunayoshi Sawada, el décimo cielo de Vongola, era el único inmune al odio de la fiera nube carnívora..., y sabía aprovecharlo.
—Kyoya —Tsuna sonreía con aquella dulzura innata—, ¿me odiarías si alguna vez te fuera infiel?
—No —bebió su té—, pero mataría al involucrado.
—Oh, creo que me esperaba esa respuesta.
Gokudera, quien estaba en el comedor revisando los papeles junto a su jefe, intentando pasar desapercibido, tensó sus hombros; porque entendió hacia dónde iban esas preguntas y el por qué su adorado cielo de castaños cabellos alborotados estaba liderando aquella venganza meticulosa y cruel.
—Kyoya —Tsuna sonrió—, ¿qué harías si te dijera que cierta persona intentó coquetear conmigo? —Gokudera casi se atora con su propia saliva.
—¿Quién fue? —el aura neutra de la nube cambió repentinamente a una oscura.
—Tal vez lo malinterpreté —el castaño negó antes de tomar su taza.
—Herbívoro —entonces miró a la tormenta quien ya no pudo escapar—, habla.
—Fue el líder de los Yasen —no pudo evitar hablar, porque no quería ir a la enfermería de nuevo.
Kyoya terminó su té con calma, tomó sus tonfas de la mesa, besó los labios del castaño, y después salió despacio. No dijo nada, ni siquiera mostró sus verdaderas intenciones, mucho menos preguntó algo que le diera pista de la ubicación de aquel líder mafioso. Porque la nube tenía sus propias fuentes de información, gustaba de darle ventaja a su presa, y disfrutaba de una cacería sigilosa y mortal.
—Yo no dije nada —canturreó el castaño que comía una galleta—. ¿Verdad, Hayato?
—Cierto.
Gokudera sabía que detrás de esa sonrisa tan feliz y radiante, se hallaba un alma vengativa que deseaba ver a su enemigo destrozado. Oh, cruel presente, porque Reborn le enseñó demasiado bien al décimo cielo, y el resultado era ese.
La tormenta presenció en la mañana cómo aquel líder aliado intentó rozarse demasiado con el castaño, obviamente defendió a su cielo, pero el daño estuvo hecho y ahora... esperaba que el pobre desgraciado conservara al menos sus dientes para que se disculpara con Tsunayoshi.
—Juudaime, ¿quiere que prepare las defensas por si hay represalias?
—No —Tsuna dejó su taza vacía y después sacó su teléfono—, yo sé que los Yasen no serían tan estúpidos, más aún cuando... puedo hacerlos desaparecer.
Era escalofriante el accionar de su líder, el odio que podía ocultar de esa forma tan sutil, la forma en que manipulaba a su nube para que hiciera el trabajo sucio. Pero más sorprendente era saber que Kyoya estaba consciente del juego, lo disfrutaba, y a la vez demostraba que sus celos podían pasar a un odio casi mortífero en cuestión de segundos.
—Kyoya —Tsuna hablaba por teléfono y Gokudera solo escuchaba atento, interesado en el desenlace de esa historia—, olvidé mencionar que... besó mi mejilla e intentó ir más allá.
Nota mental: no ganarse el odio de Tsunayoshi Sawada y por consiguiente el de Kyoya Hibari.
Notas finales:
Me reí feo con este.
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Fictober 2019 [KHR] [1827]
FanfictionConjunto de drabbles correspondientes a la actividad del grupo Motín Fanficker en Facebook. Pareja Hibari x Tsuna del fandom Katekyo Hitman Reborn.