Todo cambió con un solo anuncio. Fue un pequeño momento de pánico en medio de su calmada noche. Kyoya se preguntaba si los nacimientos siempre eran así de imprudentes.
—Sus hijos ya dieron la alarma, juudaime —Gokudera se cubrió los ojos por si acaso, antes de entrar a ese cuarto tras derribar la puerta—. Trasladaron a Ivette a la clínica que reservamos para el procedimiento —, era algo urgente, por eso no se detuvo con las formalidades.
—Está bien, Hayato —rio bajito por lo alterado que estaba su tormenta—. Bajaremos en un momento.
Kyoya suspiró sobre el cuello del castaño antes de levantarse. Sintiendo una mezcla de emoción y furia, porque era de noche y se suponía que... No importaba, eran sus hijos.
Actuó con calma, al igual que Tsunayoshi, los que estaban alterados —por extraño que pareciera—, fueron todos los demás guardianes. Tal vez era porque hace dos meses Kyoko dio a luz y tuvieron que escucharla gritar por el dolor, así que les dejó un trauma o algo así.
Llegaron en unos quince minutos, les informaron que deberían esperar, y Tsuna tuvo que pedirles a todos que se calmaran. Como no funcionó, le pidió a Yamamoto que los bañara en llamas del tipo lluvia para que así todos terminaran sentados y con sus cuerpos casi dopados con una tranquilidad forzada. De esa forma la espera sería más tranquila.
Kyoya tomó la mano de Tsuna, entrelazó sus dedos y esperaron en silencio.
—Son tan pequeños —susurró Tsuna cuando pudieron ver a sus hijos en los cuneros.
—Lo son.
Fue ese instante, el que se quedó grabado en su memoria y en su alma. Aquel momento donde presenció el respirar de sus hijos y los vio apretar los puños. Fue algo que se quedó impregnado en todo su ser y no se borraría por nada.
—Es como un tatuaje en mi alma —dijo mientras abrazaba al castaño.
—¿A qué te refieres?
—Este recuerdo —besó la mejilla de su cielo—, va a ser como un tatuaje imborrable.
—Tienes razón —acarició el rostro de Kyoya y sonrió—, es un tatuaje. Uno que vamos a compartir —rio antes de elevarse un poco para alcanzar los labios de su ser amado.
El tatuaje que tendrían grabado en su corazón, sería la imagen de aquel par de bebés dentro de la cuna. Ambos con una suave mata de cabellos castaños más oscuros que los de Tsunayoshi, que dormían con sus bracitos estirados, pataleaban suavemente y hacían muecas con sus pequeñas boquitas. Fue hermoso.
—Mamá tuvo razón —rio Tsuna al ver el gorrito rosado que completaba el pequeño vestuario blanco—. Era una niña.
—Y el que la escondía era el niño —sonrió Kyoya.
—Ahora ya no dormiremos bien —comentó Tsuna entre risas—. ¿No te vas a poner de malhumor?
—No podría..., porque si se trata de ellos, nada más me va a importar.
—Eso fue muy lindo.
Ese fue el nacimiento de su pequeña familia de cuatro. Misma que se extendía hacia todos los demás guardianes y familia. Y después crecía un poco más con los amigos cercanos.
Sí. Vongola sería más animada a partir de ese punto.
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Fictober 2019 [KHR] [1827]
FanfictionConjunto de drabbles correspondientes a la actividad del grupo Motín Fanficker en Facebook. Pareja Hibari x Tsuna del fandom Katekyo Hitman Reborn.