Deslizó la punta de su nariz sobre aquella piel, sin rozarse, a milímetros de distancia, con cuidado y en silencio. No había mejor momento en el día o noche que ese, donde su mayor perdición estaba alejado del mundo terrenal y se hundía en un profundo sueño debido al agotamiento. Disfrutaba mucho de esos momentos, porque eran suyos.
Admiraba aquel rostro impasible, aquella expresión serena y delicada. Sonreía ante el suave respirar ajeno y de las veces que apretaba los labios antes de separarlos de nuevo. Se perdía entre los movimientos del pecho acompasado y tranquilo. Se sentaba a su lado solo a mirar por unos momentos, gustoso de que la penumbra de su habitación le diera un encanto mágico a aquella figura iluminada, apenas, por la luz de la luna colada entre las persianas mal cerradas.
—En verdad hermoso —susurraba tan bajito como le era posible, porque no quería despertarlo.
Después simplemente se cambiaba, deshacía el cansancio del día, revisaba el radiotransmisor de bebé para verificar que Hikaru y Sora durmiesen plácidamente, se cepillaba los dientes entre los lindos recuerdos de ese día, y sigilosamente se deslizaba por entre las sábanas para tomar su lugar en aquella cama. Así era comúnmente. De vez en vez no llegaba a más, pero en otras era descubierto en ese pequeño lapso, donde volvía a mirar al amor de su vida dormir plácidamente.
Aquellos brazos le rodearon la cintura, ese rostro se acercó al suyo, y poco después, esos párpados se separaron para que una mirada adormilada se juntara a la suya.
—Lamento despertarte —sonrió con dulzura.
—Pensé que llegarías más tarde —Kyoya soltó un sonidito parecido a una queja mientras se acomodaba para abrazarse a su cielo y volver a cerrar sus ojos.
—Pude escapar —besó con delicadeza los labios de Kyoya y se acomodó también—. Kyoya... —arqueó una ceja y acarició la mejilla ajena—, tus labios tienen sabor a sandía... y un poquito a pasta dental.
—Lo sé —suspiró—. Sora quería sandía... y yo también.
—No me quejo —sonrió antes de besarlo de nuevo—, me gusta tu sabor.
—Tú sabes a fresas con miel.
—No es así —dejó que Kyoya se acomodara en su pecho.
—Hikaru lloró hasta hace poco —se quejó entre murmullos.
—Yo me hago cargo desde aquí —rio por lo bajo, ya que Kyoya no solía quejarse muy a menudo—. Tú puedes volver a dormir.
—Descansa —Kyoya no dijo más, se quedó dormido de nuevo.
Tsuna acarició los cabellos azabaches mientras lo admiraba dormir por un rato. Pensó seriamente en que era la primera vez que sentía el sabor de la sandía sobre los labios de Kyoya, y le gustó, pero más le gustaba cuando esos labios tenían sabor a helado de vainilla o chocolate, porque rara vez Kyoya degustaba eso, pero también le gustaba el sabor del té verde tradicional.
En realidad.
Le gustaba cualquier sabor mientras los probara por medio de los labios de Kyoya.
Y esperaba que el sentimiento fuera mutuo.
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Fictober 2019 [KHR] [1827]
FanfictionConjunto de drabbles correspondientes a la actividad del grupo Motín Fanficker en Facebook. Pareja Hibari x Tsuna del fandom Katekyo Hitman Reborn.