GUERRA DE ALFAS

Capítulo 32: ADIÓS

Narra Dylan:

Al entrar a casa me encontré con la mayoría de mi familia reunida en la sala; como esperé, todos se alarmaron y confundieron cuando nos vieron llegar.

Pero luego de explicarles dejaron de molestar, lo que si no tomaron bien fue que le pidiera a mí padre que Terry se quedará a dormir aunque luego de una buena mentira aceptó.

Le preste algo de mi ropa y lo lleve a una de las habitaciones de huéspedes para que se cambiará mientras que yo hice lo mismo.

Al terminar me dirigí a la habitación de Noah y le expliqué lo que sucedió.

Noah: Pensé se había marchado. SUSURRO POR LO BAJO, PARA EVITAR DESPERTAR AL BEBÉ.

Dylan: Es muy insistente, tengo que admitirlo. APOYE.

Noah me miró por algunos segundos y luego se quedó pensativo.

Dylan: No quiero influir en tus decisiones. Pero se que tienes grandes motivos para estar molesto con él y querer separarte; incluso al principio quise romper sus huesos en miles de pedazos pero...

Noah: Pero....

Dylan: Ese chico estuvo día y noche cuidando de ustedes dos. No le importó que nadie lo quisiera ahí, no le importó que la mayoría de los que estábamos ahí quisieran lincharlo.
Hizo todo porque el realmente está arrepentido y te quiere.

Pude ver una pequeña sonrisa dibujada en el rostro de mi hermano por algunos segundos.

Me acerqué más a él y lo abracé fuertemente mientras susurraba unas palabras.

Dylan: Por lo menos escuchalo.

Noah correspondió mi abrazo inmediatamente y seguido de eso pude escuchar unos quejidos del dolor.

¿A caso estaba llorando?

Noah: No sabes lo mucho que me alegré que estés de vuelta.

Algo dentro de mi terminó rompiéndose completamente ante ésas palabras. Nuevamente les causaría dolor.

Me separé rápidamente de él y limpie los rastros de lágrimas que aún quedaban en sus mejillas. Este sonrio nervioso y yo hice lo mismo.

Dylan: Esta en mi habitación por si quieres hablar con él.

Pensé que Noah entendería lo que trate de decirle e iría a hablar con Terry pero permaneció en su actual posición.
Su mirada indecisa viajaba del pequeño Robert hacia mi.

Dylan: Ve...LO EMPUJE SUAVEMENTE. Cuidare de Robert.

Una sonrisa como las que hace mucho tiempo no veía apareció en su rostro y con un "te quiero" salió corriendo de la habitación.

Suspire pesadamente y me dirigí hacia la cuna en la que descansaba tranquilamente Robert, coloqué mis manos sobre el borde de la cuna y lo mire mejor.

Había tanta tranquilidad en su rostro, ausente a lo que ocurría a su alrededor.

Por lo visto está noche sólo seremos tu y yo. DIJE AL PEQUEÑO MIENTRAS LO ABRIGABA MEJOR.