GUERRA DE ALFAS

Capítulo 31: ILUSIONES ROTAS

Narrador general:

La fuerte lluvia caía sobre el cuerpo de Dylan, quién desde hace ya más de una hora se encontraba sentado bajo un árbol.

No le importaba enfermarse, lo único que quería era borrar el dolor en su pecho, quería dejar de llorar, el no era así. No después de lo que sufrió años atrás con su primera novia y aquella que rompió en miles de pedazos su corazón e hizo que no volviera a creer en el amor.

Hasta hace unos meses atrás se encontraba bien. Tenía una buena vida, no pensaba en nada y nadie más que en el mismo y sobre todas las cosas; no le había entregado su corazón a nadie.
En momentos como estos Dylan preferiría seguir en prisión y no viviendo eso.

Todos tenemos diferentes formas de aliviar el dolor; una forma que difícilmente todos entenderán.

Dylan no fue la excepción a éso.

Tal vez muchos lo consideraron un cobarde, incluso el mismo. Pero marcharse de la manada e incluso el país había sido la mejor opción en ese momento.
Él jamás quiso regresar a ese lugar en el que a pesar de haber vivido grandes momentos de su vida, sólo le recordaba los peores. El tiempo lo había ayudado a aliviar su dolor, el tiempo fuera y su forma de vivir ayudaron a cambiarlo o eso fue lo que pensó.

Si le fueran dicho que al volver terminaría sufriendo nuevamente por amor, él hubiera preferido quedarse encerrado el resto de su vida en esa cárcel del cual su padre lo liberó.

Hubiera preferido que clavaron mil dagas de plata en su cuerpo pues ningún dolor se comparaba con el que estaba viviendo en este momento, nisiquiera lo que ocurrió años atrás con su antiguo amor había dolido tanto como el rechazo de su mate y el chico que amaba.

Por más que su orgullo herido le dijera que no, Thiago se convirtió en alguien fundamental en su vida desde el momento en que lo vio. Al principio le pareció una estupidez, pensó que ese extraño sentimiento que nacía en su pecho era a causa de Marcell.
Pero al convivir más con él las cosas cambiaron dastricamente.

Dylan conoció facetas que le gustaron; por muy masoquista que sonará, le gustó que se le enfrentará y no cayera rendido bajos sus encantos, le agrado esa parte sensible que mostró cuando se volvieron a ver. Thiago era alguien de palabra, un gran amigo y apoyó, y era capaz de alegrar hasta el peor de los días con su sonrisa.

Definitivamente era alguien que quería ver cada vez que regresaba a casa.

Pero lamentablemente, el no lo era para Thiago y lo había descubierto de la peor forma.

FLASHBACK
Dylan y Thiago se habían convertido en buenos amigos. Aunque no tenían nada en común, se complementaban de gran manera.

Ahora que la salud de Noah estaba bien y había sido dado de alta, Dylan podía hacer aquello que desde hace algunos meses atrás había querido.

Pedirle al pelirrojo que salieran, pero de forma diferente a la de amigos.
Dylan quería una oportunidad, quería darle otra oportunidad a su corazón de amar y esperaba que en está ocasión no volverán a herirlo.

Dylan: Así que estas legalmente divorciado. REPITIÓ MAS PARA SI MISMO, SINTIENDO UNA GRAN TRANQUILADAD EN SU PECHO.

Thiago: Así es. VOLVIO A DECIR SIN UN APICE DE TRISTEZA. Y lo mejor de todo es que no obtuvo un quinto de mi dinero.