Mi Ladrón

Capítulo 19:

-No Sueltame, Sueltame por favor! -Mis manos sudaban, mis mejillas estaban mojadas por mis lágrimas y me sentía impotente.
-Tranquila muñeca, no te va doler mucho-dijo dejando escapar su olor a licor y cigarrillo.
-Dios por lo que mas quieras no me hagas daño-decía tratando de safarme de su agarre mientras el besaba mi cuello. Estaba aun encima mio y con su lengua trazaba mi garganta hasta llegar a mi pecho.
-No por favor! No por favor! No...

Mis ojos se abrieron de golpe sentándome en la cama rapidamente mientras podía sentir mi corazón latir tan fuerte como si se fuera a escapar de mi pecho, froté mi frente agradeciendo que solo era un sueño, entonces sentí el olor a cigarrillo. Luke..

Me levanté introduciendo mis pies en las pantuflas, caminé algunos pasos hasta llegar a la puerta de mi habitación, miré a través del pasillo y entonces noté a Luke y Alex hablar en la cocina, me acerqué un poco para escuchar lo que decían pues escuché mi nombre en una oración. ¿Ya pagó mi Tío?

- De verdad amigo  no sé que hacer y mucho menos que decir- dijo alguien por su tono de voz se escuchaba como Luke. Entonces sentí el olor a cigarrillo, de nuevo.

-No quiero sonar como mi madre pero te lo dije, para eso son las reglas y sabes como son las cosas.- reprochaba Alex.

-Lo sé, lo sé. Te juro que traté de no enamorarme pero..No lo sé amigo, con ella todo es tan diferente. Siempre que estoy a su lado me siento tan..feliz.

-Suena muy lindo y todo pero que vas hacer- pregunta Alex en tono de comprensión.

-No quiero ser un imbécil y decirle al jefe que le pagaré lo que debe su tío para que ella se quede conmigo más tiempo. Quiero que ella sea feliz, y sé que el estar libre depende de su felicidad. Y no lo voy a impedir, es sólo que..- hizo una pausa y suspiró dejando salir una bocanada de humo, o eso parecía ya que el olor no tardó en llegar- no quiero perderla- Retrocedí un poco y mis pies tropezaron con la puerta. Demonios.

-Oíste eso- dijo Alex levantándose de su silla alarmado. Rápidamente entré a mi habitación, me metí en las cobijas y cerré los ojos. Ellos se cercioraron de que yo seguía ahí, regresaron a la cocina y cambiaron de tema.
Lo que había escuchado revolvió mi cabeza por completo, ¿Luke estaba igual de confundido que yo?. Mi corazón latía cada vez más fuerte, y me gustaba el hecho de saber que sentía lo mismo que yo por él. Debía pensar la manera de encontrar una solución para este caos. Y pronto.

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Los días eran opacos y fríos como el clima en Suiza. Los días pasaban y todo seguía igual.
Luke seguía siendo un chico amoroso, pero no como antes, todo había cambiado desde ese día. Las noches eran largas, frías y lluviosas, el humo del cigarrillo era costumbre pues Luke no dejaba de fumar.

Mientras estaba acostada en mi cama pensando que sería de nosotros, llegué a la conclusión de que lo que estábamos haciendo era estúpido, porque los días pasaban y pasaban y nuestros días juntos eran cada vez menos, días en los que podríamos disfrutar de nuestro momento y no apartandonos cada vez más.
Así que me levanté de la cama rápidamente, tomé mi abrigo sin pensar en lo que estaba haciendo y a que me iba a enfrentar después de todo. Yo sólo pensaba vive el hoy porque mañana no se sabe. Me dirigí hasta el patio trasero, porque sabía que estaba ahí. Ese martes caían grandes gotas, el césped estaba totalmente húmedo y ahí estaba Luke sentando en medio de la lluvia.

Caminé hacia él con seguridad y me paré en frente de el,mientras las gotas caían en mi abrigo. El se levantó mirándome confundido mientras las gotas caían de su cabello a su cara, suspiré mirando sus ojos grises, y en medio de la lluvia tomé su cara en mis manos y lo traje hacia mi besandolo, tratando de demostrarle con eso cuánto lo necesitaba en mi vida. Un beso prohibido,  nuestros labios húmedos, y su lengua hacia maravillas con la mia explorando la clandestinidad de no poder estar juntos lo cuál en ese momento no tenía lugar entre nosotros. Eramos él y yo en medio de la lluvia. Nada más.
Podía sentir su respiración agitada, mientras me besaba con deseo. Me alejé un poco de él para admirar sus ojos, los cuáles tenían un color azúl, ese azúl que amaba ver en el.