13. Recuperando

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—¡Keller tiene a los Ghoulies!— gritó alguien de los que se encargaba de vigilar a los chicos. Todos de inmediato comenzaron a correr a sus vehículos, aunque Kevin, Reggie, Cheryl, Betty y Verónica no sabían porque.
—¡Váyanse ya!— les grité y lancé las llaves a las manos de Reggie, de inmediato subieron a la camioneta de mi padre, en la que estaban todos viendo la carrera. Y antes de que Verónica pudiera decir algo, les grité que yo vería a los chicos. Obligué a Reggie a arrancar los motores con ayuda de Cheryl y estaban por irse cuando el auto apareció por el camino. Jug bajo acelerado y fui hacia él, aunque Tall Boy me ganó la palabra.
—¿Qué demonios hacia el sheriff aquí, niño?— lo empujó. Jughead estaba muy molesto, se le veía en la cara y el empujón no le había hecho ningún bien.
—¡Yo no sabía qué vendría!— respondió Jug, pocas veces lo había visto así de enojado. Ellos seguían intercambiando palabras y ligeros empujones que subían de nivel rápidamente. Archie gritó algo que no pude escuchar y Jughead quedó sorprendido, pero no en el buen sentido de la palabra. Corrí hacia ellos antes de que la cosa se hiciera más grande.
—¡Largo, Tall Boy!— me puse entre ellos dándole la espalda a Jughead, aventé al hombre con mis manos y él soltó un bufido —Sabes que él te busca.— solté refiriéndome al sheriff y él se retiró.
—¿Qué carajos, Archie?— gritó Jughead y lo empujó también. Esta vez corrí en medio de ellos y mandé a mi hermano a llevarse uno de los autos que habíamos traído. Mi pobre Jones estaba furioso, su cara ardía y su rostro era el vivo retrato de la furia misma. Me subí al lado del conductor y después de decirle varias veces, él también entró en el asiento del copiloto y conduje lejos de ahí lo más rápido posible. En el camino, él no decía nada, se limitaba a mirar por la ventana y seguramente a maldecir todo mentalmente.

Al llegar a Sunny-side el bajó de inmediato, me agradeció por haberlo traído y corrió al trailer, cerró con un portazo pero ambos sabíamos que eso no me detendría. Llamé a Pop's y pedí cuatro hamburguesas con todo, dejé un rato a Jughead en su trailer esperando a que el coraje se le pasara un poco y que no terminara volteando su casa. Para cuando volví, todo estaba muy silencioso así que tomé la bolsa con la comida y corrí a la puerta, entré ya que está estaba abierta y me encontré con un Jughead Jones tan molesto que apenas podía contenerse. Creo que es la primera vez que lo había visto así.
—Traje la cena.— dije despacio, abarcando el terreno cuidadosamente. Al mismo tiempo, dejé la bolsa en la mesa y lo miré un segundo.
—Gracias, linda.— susurró sin embargo el tono de su voz lo delataba. Estaba parado frente a la ventana y las venas de su cuello sobresalían del mismo. Necesitaba ayudarlo a calmarse o solo terminaría en una estupidez, Jug puede ser muy listo pero cuando está enojado, la impulsividad nubla su juicio.
Me acerqué a él y pasé mis manos por sus hombros dándoles un ligero apretón, estaba extremadamente tenso. Logré escabullirme frente a él, puse sus manos en mi cintura, las mías en su cuello y lo acerqué a mi. Lo apreté tan fuerte que sentí que por primera vez, yo lo rompería. El agarre por su parte fue débil al principio pero al sentir el mío, me apretó también. Acariciaba su cabello mientras susurraba a su oído que todo estaría bien, aún sin separarnos, caminamos hacia la cama y lo obligué a sentarse conmigo. Me puse frente a él y tomé su rostro entre mis manos.
—No fue tu culpa. Tú no hiciste nada malo.— le dije mirándolo directo a los ojos —Sé que no fue la mejor manera, qué tal vez solo nos los quitamos de encima por un rato pero conservamos el parque y las calles. El lado sur será más seguro gracias a las serpientes. Nosotros cuidaremos que esto no se vaya a caer. Esta no fue una victoria pero tampoco fue una derrota.— sermoneé y él pudo aceptar eso. Esas palabras venían desde lo más profundo de mi corazón y eran la pura verdad, a mi parecer. Jughead agachó la cabeza y se acurrucó en mi, dejando esta en mi hombro. Me apretó de la cintura y me hizo caer sobre él. Reímos un poco ya que ambos nos dejamos caer en la cama totalmente y entonces él aprovechó para enrollarse en mi, pues puso sus piernas al rededor de las mías y estaba tal como un niño pequeño necesitando amor. Lo abrace, acaricie su cara, su cabello, jugamos un poco con nuestras manos y lo abrace un poco más. Entre alguno de esos abrazos logré escaparme por las hamburguesas que había traído y las comimos sentados en la cama disfrutando el uno del otro. Nada más. Justo como merecíamos después de tanto. En medio de nuestra plática, su teléfono sonó y unos segundos en la llamada ya lo habían alterado demasiado, cuando colgó me pidió que esperara en el trailer.
—Por ningún motivo salgas de aquí, ¿de acuerdo? por favor, Skye.— tomó mi rostro entre sus manos y me miró directo a los ojos, estaba muy serio, tanto que asustaba. En una especie de trance de confusión asentí sin decir nada, depositó un casto beso en mis labios y salió corriendo con su chaqueta. Lo que me recordó que yo había dejado la mía en la camioneta de Tall Boy ya que me la había quitado por el terrible calor que hacía y entonces supe que no sería nada fácil recuperarla.

Our New Mystery || Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora