26. Podría...

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—¿Qué es eso?—  preguntó Jughead con el bote de pastillas de Cheryl en mano. —Pudiste morir ¿lo sabes?— exclamó furioso mientras yo intentaba recuperarme. —¿Qué demonios, Skye?— me regañó un par de horas pero al final ambos sabíamos que era por preocupación, entonces después de hablar y prometerle que no lo haría de nuevo, terminamos acurrucados en la cama.

Corría de prisa a los vestidores de animadoras, que estaban solos a esta hora. La sensación de vacío en mi estómago se hacía presente y sentía el ardor subir por la garganta. En cuanto llegué, corrí a encerrarme en el del fondo y dejé que todo saliera. Me sentía asqueada y el vómito me daba aún más náuseas. Saqué mi botella de agua y enjuague mi boca para después jalar la cadena, estaba sentada en el piso del cubículo cuando escuché que alguien aclaró su garganta y la puerta de mi baño se abrió lentamente.
—¿Te encuentras bien?— preguntó Cheryl con una expresión preocupada, la volteé a ver con la única mirada que tenía en ese momento, estaba aterrorizada. —Oh no...— susurró entendiéndolo y yo seguía en shock.
Me ayudó a levantarme y me llevó a las bancas de los mismos vestidores.
—Mmm... muy bien entonces, ¿cuándo pasó?— preguntó mirándome a los ojos como perforando mi alma.
—Hace un par de días, así que es imposible saber.— comenté.
—¿Cuándo se supone que debe llegar?— siguió cuestionando.
—Hoy es Miércoles... podría iniciar hoy, pero debería llegar el Viernes, aunque podría atrasarse hasta el siguiente Lunes. — hablé preocupada. Mi período debería llegar la siguiente semana o incluso hasta la próxima, pero justo entre esos días podría saber.
—Bien, es muy pronto para saberlo así que supongo que solo queda esperar...— habló calmada.
—Se lo diré.— exclamé y ella saltó en incredulidad. —Tengo qué. No podría aguantar la espera yo sola. Además, Jughead merece saber que podría estar embarazada.— expliqué.

Decidí no volver con los chicos ya que las preguntas me bombardearían y quería evitar eso por ahora, para mi suerte el timbre sonó avisando que debíamos volver a clases, fui al salón y me senté al fondo. Estaba muy preocupada, no puedo estar embarazada, simplemente no. Tenía que empezar a pensar en que haría en caso de que si lo estuviera.
—¡Señorita Andrews!— escuché y entonces salí de mis pensamientos para encontrarme con el profesor parado frente a mi y la clase entera mirándome fijamente. —¿Está de acuerdo con el señor Jones?— él volteó a ver a Jughead, quién estaba a pocos asientos de mi y regresó la mirada conmigo.
—Lo siento... yo...— intenté enfocarme pero mi respiración comenzaba a agitarse y mi cabeza daba vueltas. —Debo irme.— tomé mis cosas y salí apresurada. Corrí buscando un lugar donde pudiera despejarme y me crucé con la puerta trasera, salí a la cancha de fútbol y vi las gradas. Subí hasta la última fila, me senté e intenté recuperar el aliento; apoyé mi cabeza en mis manos y cerré los ojos intentando no llorar. Era demasiado estresante y aterrador, no podía cargar con este peso yo sola y definitivamente debía decirle a Jug.
—¡Skye!— escuché su voz a lo lejos que me hizo levantar la mirada, entonces vi como corría hacia donde yo estaba. Subió las escaleras tan rápida y hábilmente que me sorprendió un poco. —¿Te encuentras bien?— preguntó Jughead una vez a mi lado.
—Hola...— intenté sonreír y tranquilizarlo.
—¿Qué ocurre?— preguntó poniéndose frente a mi, no me quitaba los ojos de encima y me ponía más nerviosa de lo que ya estaba.
—Debo decirte algo.— solté por fin, el asintió y se sentó a mi lado. Intenté hablar pero las palabras no me salían, lo único que producía mi boca eran balbuceos nerviosos y bocanadas de aire. Entonces él tomó mis manos entre las suyas, me miró enternecedoramente demostrándome su apoyo y yo no pude contenerme más, bajé la mirada intentando no dejar las lágrimas caer pero me fue imposible. Sollozos comenzaron a salir de mi boca y el aire se me había escapado por completo, intenté tranquilizarme y no montar una escena pero ya era demasiado tarde. Tan pronto empecé a llorar, Juggie no dijo nada y se acercó a mi, me envolvió en sus fuertes brazos y yo me hundí en su pecho buscando la tranquilidad que tanto necesitaba. Sentía como besaba mi cabeza y acariciaba mi espalda, no decía nada, solo me demostraba que estaba ahí.

Después de unos minutos intenté con todas mis fuerzas parar y podría decirse que lo conseguí.
—Lo siento, monté todo un teatro ¿no?— limpié mi mejilla y reí al imaginar lo qué pasó dentro del salón después de que salí corriendo.
—Mmm... algo así, pero no te preocupes por eso, Cheryl actuó muy rápido y te cubrió, le dijo al señor Johnson que recién te habías enterado que tú madre tenía otra hija...— reímos sabiendo que eso ya era algo pasado, me sentí tan agradecida con Cheryl. A veces podía ser un completo dolor de cabeza, pero ella sabía lo que se sentía la traición y raramente lo hacía, claro que dependía de la persona o situación. Yo aún no había levantado la vista, estaba jugando con las mangas de la sudadera de mi novio que tenía puesta. Jug levanto mi cara del mentón delicadamente y me miró con ternura, una lagrima más escapó de mi ojo y él la limpió de inmediato. —¿Qué te sucede, linda?— no quitó su mano de mi rostro.
—Jug yo...— comencé, no era bueno guardármelo más. —podría... yo podría...— me costaba respirar y entonces me di cuenta que estaba guardando mucho aire así que bajé la mirada, solté un suspiro y volví a conectar con sus ojos. —estar...— no me salía la palabra, la más importante, la que definiría todo. El estaba estupefacto, creo que había entendido todo. Trago saliva y sin cambiar la mirada con la que intentaba tranquilizarme, me preguntó.
—¿Embarazada?—

Our New Mystery || Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora