Bloodless

Capítulo VI: Caritas de Cachorro.

El resto del día pasó rápido. Me mantuve limpiando la casa de pies a cabeza, horneando otro pastel y regando las plantas del jardín trasero. Yo y Gavriel no volvimos a hablar, pero al menos me ayudó a limpiar el desastre que habíamos creado en la habitación. Y para cuando Corinna y Cameron llegaron a la casa, el aire olía a pan de nuez y Pinolen olor lavanda.

― ¿Nos perdimos de algo?― Cameron miró alrededor, llevando una mano hacia el fondo de su bolso de mensajero, seguramente tratando de alcanzar sus dagas de titanio.

―Absolutamente nada interesante. De hecho, como que me puse toda hogareña y horné pan!― exclamé fingiendo felicidad.

―Estabas aburrida.― Cory señaló.

―Un poquito.

―Bien.― ella dejó su bolso Channel a los pies del diván color granate de la sala y se sentó en el, luciendo como una diva total. ―Estoy esperando una buena explicación para lo que pasó la noche pasada.

Solté un suspiro antes de relatarle todo lo sucedido la noche anterior, pero dejé a un lado lo que había pasado esta mañana con Gavriel. Traté de explicarles un poco sobre mi plan para recuperar mi espada, pero, obviamente, Cory pensó que era muy arriesgado.

―Pienso que si sólo hablas con Wolf el podría darte una nueva.

―Pero no quiero una nueva, quiero mi antigua espada.― repliqué. Sentía que estaba haciendo la ridícula cara de cachorrito que Wolf siempre hacía cuando quería conseguir algo, pero no me importaba mucho en estos momentos.

―No lo sé.― Cameron intervinó. ―Wolf suele ponerse un poco... indispuesto con las armas que tenemos. Sabe que no hay muchas provisiones.

―Pero jamás dejaría a Aria sin armas.― Cory usó un tono de voz exasperado. ―Quiero decir, es su chica.

No, técnicamente no lo soy: quería decir, pero me mordí el interior de la mejilla. Se suponía que Cameron pensaba que seguíamos saliendo.

―Incluso con Aria puede molestarse. No porque sea su chica eso la excluye de la ira de Wolf.

Me tragué una carcajada. ¿La ira de Wolf? Lo sabía mejor.

―Pienso que deberíamos esperar, Aria.― Cory se dirigió a mí. ―Sólo trata de ver si el vampiro quiere llegar a un acuerdo, si es así, quizás la información no sea tan difícil de obtener y puedes recuperar tu espada.

Yo quería recuperarla malditamente mal.

Era el único recuerdo que tenía de mi madre. Lo único que me había dejado además de la intocable cuenta en el banco, pero esto era mucho mejor que todo el dinero. Significaba que mi madre sabía pelear por nosotros los dhampir. Ella seguramente había hecho que varios vampiros tragaran sus propias cenizas mientras usaba esa daga. Cuando era pequeña siempre imaginaba a mamá luchando contra una docena de sanguijuelas, matando a cada uno sin siquiera romper en sudor. Me sentía importante cada vez que blandía esa espada, como si estuviese tocando una pieza maestra de alguien demasiado importante.

Necesitaba conseguir esa espada de regreso.

―Claro.― dije con voz vacía.

Cameron recibió una llamada de Wolf, diciéndole dónde se reunirían y a qué hora, por lo cual él tuvo que salir a conseguir el material que necesitaba. Cory pronto obtuvo un mensaje de texto de Wolf, en donde le pedía que hablara conmigo, a lo cual Corinna Siddions arqueó una de sus perfectamente-depiladas cejas, pero no preguntó al respecto. Ella sabía que yo le diría todo cuando fuese el mejor tiempo. El mensaje también decía que me podría tomar el día libre, a lo cual esta vez no puse ninguna excusa.