Capítulo X: Golpes Bajos.

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Cada hueso de mi cuerpo dolía.

Cuando abrí los ojos a la mañana siguiente el dolor sólo me hizo querer cerrarlos de nuevo. Sentía como si hubiesen pasado un camión por arriba de mi cuerpo. O un piano hubiese caído desde un edificio justo sobre mi espalda. O un puente hubiese colapsado justo cuando caminaba debajo de el.

O todo junto.

Consecutivamente.

La noche pasada había sido salvaje, y no con la más divertida definición.

***

Era un diferente club nocturno, pero la atmósfera alrededor de nosotros era técnicamente la misma. Humanos siendo devorados por vampiros, chupasangres excitados por tanta piel limpia y sangre nueva...

El olor a sangre era casi sofocante.

Wolf pasó a mi lado y rozó mi cintura con sus dedos, mandándome una sutil sonrisa mientras decía en mi mente:

Haz el primer movimiento, muñeca.

No hesité al tomar el vampiro más cercano por la parte posterior del cuello de su camisa de lino y lanzarlo lejos de la chica drogada que estaba siendo drenada.

Los ojos del vampiro se abrieron con shock, y antes de que pudiera hacer algo más, Cameron y un chico de la manada con nariz torcida tomaron al vampiro por detrás y lo esposaron.

―Escoria del infierno.― escupió Wolf a mi lado, jugueteando con su par de dagas de titanio.

Cassie y una chica afroamericana sujetaban a una vampiro ebria, arrastrándola hasta la puerta de salida. No podía ver a Cory, pero sabía que seguro estaba haciendo las llamadas necesarias para que el resto del grupo viniera por los detenidos.

Alguien me jaló del cabello por detrás, haciéndome tambalear sobre mis tacones. Una vampiro pronto estaba sobre mí, gritando obscenidades mientras me tumbaba sobre la pista. Los demás espectadores sólo hicieron un círculo mas grande para avistar la pelea de gatas y comenzaron a gritar apuestas.

Por el rabillo de mi ojo vi a Wolf sacudir la cabeza con entretenimiento.

Jodido bastardo...

Golpeé con mi puño la nariz de la vampiro, y un feo crack se escuchó. Ella me miró sorprendida lo un par de segundos antes de tratar de llegar a mi cuello. Cubrí mi cara con mis antebrazos y lancé una patada contra su abdomen, arrojándola hacia el lado opuesto y ganando tiempo para levantarme. Ella lucía mas molesta, definitivamente. La palma de su mano chocó contra mí mejilla, y podría visualizarme con una expresión de horror al sentir el fuerte golpe. La pistola seguía en mi cinturón, pero no quería causar una escena más grande sacándola y disparándole, así que sólo usé la culata del arma para golpear un costado de su cabeza cuando vino nuevamente hacia mi. Ella cayó inconsciente en el piso, y pronto Cameron se acercó a tomarla fuera.

―Sabes, me hubieses evitado un gran problema si sólo hubieras hecho el esfuerzo de quitarla lejos de mi cara― mascullé.

―Las cosas no son fáciles, Ari. Además necesitabas un poco de movimiento.― respondió dándome una sonrisa sardónica.

Tenía que agregar que no fue la única pelea que hubo en el club después de esa. Y al parecer era como una clase de bienvenida ya que nadie intercedió por mí cuando un tipo me arrojó contra la barra de bebidas y por poco quiebra una botella contra mi cabeza.

Afortunadamente por mí, el hombre estaba borracho y sus reflejos no funcionaban tan bien, así que ágilmente me pude zafar de su agarre y encajé la pistola contra sus costillas, disfrutando el sonido de algo quebrándose cuando lo hice.

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