Capítulo 17

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Ninguno dice nada, se limitan a mirarse cada pocos segundos, intentando asimilar lo que acaba de ocurrir. Ruth siempre tuvo sospechas acerca de su verdadera familia, era imposible que Raquel y Calixto fuesen realmente sus padres biológicos.

Para ella fue muy duro descubrir quién era su verdadera madre, no porque fuese una mujer humilde o bondadosa, sino porque ella misma tuvo miles de oportunidades para contarle la verdad y por miedo o culpabilidad jamás dijo nada.

Aníbal se aclara la garganta, es casi probable que algún invitado, el novio o sus sobrinos se acerquen tras la larga ausencia de la novia, esto se tiene que resolver cuanto antes o le arruinará el día a su primogénita.

- Ruth, entiendo que te hayas podido molestar con todo esto, cuando vine aquí para rescatar a Juan y a la señora, jamás pensé que podría encontrarme contigo; eres la viva imagen de mi difunta sobrina, Libia.

La joven no ignora esas palabras pero ahora no puede apartar la mirada de su madre, la cual no levanta la cabeza, quizás por vergüenza o por culpabilidad; se vuelve a repetir la misma historia.

- Mamá, realmente llegué a creer que las mentiras entre nosotras se habían terminado. Me presentaste a Aníbal y fuiste incapaz de decirme de quién se trataba.

- No puedo suplicarte que me perdones Ruth, pero tienes que entender que Aníbal regresaba a Canadá con su otra familia, él hizo su vida y yo tuve que darte en adopción porque no podía permitir que vivieses lo mismo que yo.

Aníbal observa la hora en su reloj se ha hecho más tarde de lo que pensaba, saca una tarjeta y se la da a Ruth.- es mi número de teléfono, imagino que os iréis de luna de miel, ahora olvida todo esto y disfruta de tu día.

Y sin decir una palabra más, el hombre se marcha sin ser visto, Eva observa a su hija, ya había visto esa expresión antes, decepción e ira.

- ¡Chicas, ¿qué estáis haciendo aquí?!- Quintina, ajena a todo lo que acaba de pasar, coge las mujeres y las lleva con los invitados. Ninguna se imaginaba que la boda tendría semejante sorpresa.

El resto de la velada transcurre con normalidad, Leandro vuelve a deleitar a los invitados con un baile sensual, Benito charla animadamente con una vieja amiga de Antonio; parece que hasta se están gustando.

- Óscar, ¿no te parece extraño el tiempo que se han ausentado Eva y Ruth?- Jimena sí ha estado al loro y se ha fijado en el rostro de la novia cuando han regresado a la fiesta, es como si hubiese visto un fantasma.

- Óscar, ¿no te parece extraño el tiempo que se han ausentado Eva y Ruth?- Jimena sí ha estado al loro y se ha fijado en el rostro de la novia cuando han regresado a la fiesta, es como si hubiese visto un fantasma

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Por fin llega el momento en el que los novios deben tomar el avión para irse a una isla exótica a pasar su luna de miel. Óscar decide llevarlos, Jimena aprovecha ese momento para hablar con Ruth, le pide a Antonio que se siente delante.

- Ruth, ¿estás bien? Cuando has vuelto te he notado ausente, rara.

- Estoy bien Jimena, de verdad, no te preocupes. No tenías por qué acompañarnos, podías haberte quedado en la fiesta.

- Se estaba volviendo un poco sosa, Leandro ha conocido a un chico y se ha marchado, mis hermanas también se han retirado por mis sobrinos...en fin, ¿estás segura de que no pasa algo más?

La joven duda de si debería contarle lo de Aníbal, quizás si lo comparte con alguien en voz alta...Óscar y Antonio hablan de las diferentes islas donde se puede practicar surf.

- Está bien pero no puedes contárselo a nadie Jimena, es un asunto muy serio y delicado.- Jimena, llena de curiosidad, se inclina para evitar que los chicos las escuchen. -Aníbal Guerrero ha estado hoy en la Hacienda, hace un par de horas.

 -Aníbal Guerrero ha estado hoy en la Hacienda, hace un par de horas

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- ¿El tío de los muchachos? ¿Y a qué ha venido?

- Está aquí por un asunto de negocios pero vino a la Hacienda para hablar con Eva y...conmigo.

- ¿Contigo? No lo comprendo, ¿para qué querría ver a Eva? ¿Es que la conoce?

- Más de lo que podríamos imaginar, al parecer tuvieron una relación hace varios años, concretamente, veinticinco.

Jimena abre la boca ante esa nueva y jugosa información, va a ser muy complicado mantener esa información para ella sola.

- ¡Espera!- susurra de pronto la joven Elizondo al caer en la cuenta de que Ruth cumplió los veinticinco hace unos meses.- ¿me estás diciendo que es posible que Aníbal sea tu papá?

- No es que sea posible, está confirmado, él es mi papá. Al parecer Eva no le dijo que estaba embarazada; entonces tuvo ese accidente y ahí fue cuando conoció a la que es su mujer.

- ¿Y tú cómo estás? Porque me imagino que enterarte de algo así el día de tu boda...debe de ser como una bomba. ¿Y Eva?

- Estoy confundida, no lo sé, Aníbal estuvo aquí cuando rescató a Juan y a tu mamá, Eva no fue capaz de decirme la verdad, no tenía derecho a ocultarme algo así.

- Bueno...debes entender que para ella tampoco fue fácil, quiero decir, empezó su vida como pudo, viéndote crecer en la distancia, preocupándose por ti a pesar de que Raquel siempre la alejaba en cuanto podía. Tras varios años se encuentra con el tío de los muchachos que resulta ser su primer novio y el padre de su hija...pobre Eva, ¿no?

Ruth no responde, ni siquiera se ha despedido de su madre antes de subir al auto, tenía miedo de decir algo de lo que pudiese arrepentirse.

Los cuatro llegan al aeropuerto, Óscar y Jimena se despiden de los recién casados. En el camino de vuelta, Jimena piensa en Eva, esa mujer es una caja de sorpresas, primero se puso de parte de los muchachos cuando quisieron vengarse por la muerte de Libia, todo porque Gabriela le obligó a dar en adopción a Ruth. Ahora resulta que Ruth es hija del tío de los muchachos, por lo que ella es su prima, de ahí el increíble parecido a Libia.

A la mañana siguiente...

Las empleadas y los vaqueros se han levantado con el sol para dejar la Hacienda como antes, Franco deja dormir un poco más a su mujer, hoy estará todo el día en su despacho trabajando; así que es mejor aprovechar cada minuto.

Antes de bajar se asoma al cuarto de su hija, la pequeña está profundamente dormida, Franco le besa la frente antes de salir en silencio; se lleva el escucha bebés por si acaso.

Eva está sujetando una taza de té ya congelada, no sabe el tiempo que lleva ahí ni le importa. Franco le da los buenos días y obtiene como respuesta un silencio nada bueno.

- ¿Eva? ¿Estás bien?- la mujer cruza sus ojos con los de Franco pero es como si no le estuviese viendo.- ¿Qué ocurre? ¿Es por Ruth?- en ese momento Jimena llega al comedor, raro de por sí porque ella adora dormir.

- Oye Franco, tengo que hablar con Eva a solas, ¿puede venir a mi hacienda?

- Por supuesto.

Pasión de GavilanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora