Capítulo 5

2.9K 86 30
                                    

N/A: Hola a todos y a todas, tengo que avisar de que el lunes partiré para trabajar de nuevo. ¿Por qué digo esto? El trabajo va a ser duro y no sé cuándo volveré a ponerme a escribir, intentaré buscar tiempo para al menos un capítulo cada dos días o así; depende del nivel de cansancio y sueño. ¡Espero que os guste!

Unos meses más tarde...

Las casas están casi terminadas, Óscar y Jimena llevan días escogiendo muebles, la distribución de las habitaciones, el color de las paredes, los suelos...Norma y Juan también han hablado de cómo quieren que sea su hogar y ambos decidieron algo sencillo, a ellos no les van los lujos tanto como a sus hermanos.

- ¡Estoy tan emocionado mi ratoncita!- Jimena recibe un beso apasionado de su marido, Óscar parece un niño chiquito el día de Navidad o su cumpleaños.

- Intenta calmarte mi amor, sabes que quedan un par de meses para que nuestra casa esté terminada del todo.

En ese momento Franco se acerca para hablar con su hermano, el dueño de la Hacienda no ha escatimado en gastos, quiere que tanto Óscar como Juan disfruten de las mismas comodidades y todo tipo de lujos.

- Eres el mejor Franco, no puedo creer que esta mansión vaya a ser nuestra, ya me veo aquí celebrando fiestas a todo dar.- Jimena cruza los brazos, eso no le ha entusiasmado mucho.

- Un momento Óscar, ni creas que vas a librarte del trabajo simplemente porque ya no vivas en la misma casa que Franco; él nos ha prestado el dinero para construir nuestro nuevo hogar, no vas a vivir la vida de un Rey.

Su marido le responde con una cara seria, en el fondo su mujer tiene toda la razón. Franco insistió en gastar su fortuna para estas dos construcciones, y son casas bastante amplias, con jardines, piscina...lo menos que puede hacer es continuar con el negocio.

- Mi Flaco, cuenta conmigo para lo que necesites, te devolveré hasta el último centavo.- este va a decirle que no pasa nada pero la mirada de Jimena le intimida bastante.

- No me dejes solo con las finanzas y todo irá bien. Disculpadme, pero tengo que acompañar a Sarita al médico. Hoy nos dicen el sexo del bebé.

- ¡Espero que sea una niña!- exclama Jimena muy entusiasmada.- buena suerte.

Una hora más tarde...

Sarita, con el vientre de una embarazada de cuatro meses, camina de un lado para el otro nerviosa.

- Mi amor, todo va a ir bien, ¿qué te preocupa?- su mujer se sienta junto a él y apoya la cabeza en su hombro.

- Nos van a decir si vamos a ser papás de un niño o de una niña, ¿no estás nervioso?- Franco ladea su cabeza para ver el rostro de su mujer, está tan hermosa como siempre.

- Claro que lo estoy, nos van a acribillar a preguntas cuando regresemos a la Hacienda; eso me preocupa mucho más.- una mujer nombra a la pareja y ambos entran a la sala del ginecólogo.

Esa misma noche...

Ruth, Antonio, Eva, Jimena, Óscar, Norma, Juan y Juan David están cenando y charlando de varios temas en la parte trasera de la Hacienda, la temperatura es ideal para permanecer fuera.

Juan David es el primero en ver a sus tíos, corre hacia Franco para que este lo coja en brazos.

- ¡Hola campeón! ¡Cada día estás más grande!- su sobrino, una vez en el suelo, corre hacia sus padres.

- ¡Sarita!- Norma y Jimena se levantan para abrazar a su hermana pequeña, sus manos acarician el vientre abultado.- ¿qué os ha dicho el médico?

La pareja comparte una tierna mirada, Franco saca la ecografía, las hermanas la cogen para observarla pero, evidentemente, les cuesta mucho distinguir nada.

- ¡Es una niña! ¡Vamos a tener una niña!- exclama Sara sin reprimir las lágrimas, esta vez el resto se levanta para darles la enhorabuena.

- ¿Y qué, habéis pensado en algún nombre?- Franco rodea la cintura de su mujer con el brazo, esta vez le toca a él responder.

- Martina, nuestra princesa se llamará Martina.- Juan y Óscar se alegran mucho por su hermano, es hora de que la suerte vuelva a sonreírles; pronto otro miembro llegará a esta gran familia feliz.

Al día siguiente...

A mitad de mañana, Rosario se acerca a la Hacienda de los Reyes, Sara le envió un mensaje diciéndole que tenía que darle una gran noticia, ya que la cantante no sabe que su amiga está embarazada.

- Buenos días Señorita Montes.- Eva acompaña a la mujer hasta la sala para esperar a Sarita.

- ¡Rosario, qué bueno que viniste! Veo que recibiste mi mensaje.- la expresión de la cantante es de alegría hasta que observa la barriga de su amiga.

- Sara... Dime que esto es la gran noticia.- comenta señalando el vientre de la mujer que toma asiento en el sofá.- ¡estás embarazada!

- De cuatro meses, siento si no te lo dije pero es que hemos estado muy ocupados estos últimos meses y además, Pepita nos comentó que has conocido a alguien.

Rosario quiere enfadarse con su compañera por irse de la lengua pero está tan feliz con su novio que decide dejarlo pasar.

- Se llama Sebastián, es un encanto. Me trata como si fuese una princesa, me permite ser libre.

- ¿Te gusta?- pregunta Sara con curiosidad, la muerte de Armando fue un duro golpe para Rosario.

- Me agrada su compañía y me divierto con él, todavía es pronto para decidir si quiero algo más formal. De momento soy feliz a su lado.

- Me alegra mucho escuchar eso Rosario, de verdad que sí. Si te preguntas el sexo del bebé, va a ser una niña.

- ¿Puedo?- pregunta la cantante antes de posar su mano sobre el vientre, Sara se sube la camisa.- Guau, es...increíble.

- Martina, esta es mi amiga Rosario, tendrá que venir alguna noche para cantarte canciones de cuna.

- ¿Martina? Es un nombre muy bonito.

Franco aparece en ese momento, llega de trabajar en las oficinas de su empresa.- ¡Rosario, qué alegría volver a verte! ¿Cómo estás?

- Bien, Sarita me ha dado la gran noticia, enhorabuena.- dos besos sin ningún tipo de incomodidad, eso quedó atrás.

- Estamos muy felices, oye, ¿quieres quedarte a comer?

- Gracias por la oferta pero hoy tengo mucho trabajo en el bar, otro día quizás.- la cantante no miente, pero el hecho de que Franco esté creando su familia tan rápido...le sigue produciendo sensaciones que prefiere no sentir.

- Te acompaño a la puerta.- comenta Sara, Franco le ayuda a levantarse.- no es necesario, deberías descansar.

- Mi amor, Rosario tiene razón, yo le acompaño.

Franco y Rosario no intercambian muchas palabras durante el trayecto hasta el coche, no sienten nada el uno por el otro pero aun así...es complicado mantener la normalidad con una historia como la que ellos vivieron.

- Bueno, supongo que ya nos veremos, me ha encantado veros Franco.

- Tus visitas siempre serán bien recibidas.

Pasión de GavilanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora