Capítulo 20

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- ¿Astrid?- repite Gabriela llevándose el dedo índice a los labios.- no es un nombre que haya escuchado antes pero me gusta, ¿de dónde lo has sacado?

Norma se incorpora en la cama y observa su abultado vientre, es increíble que Juan pueda disfrutar y experimentar este embarazo.

- Creo que si te lo cuento, pensarás que estoy loca.- su madre le coge las manos y se las acaricia con suavidad.- pruébame, quizás te sorprenda, estoy intentando cambiar y tener la mente más abierta.

- Hace unas semanas, tuve un sueño...creo que no podré olvidarlo jamás, fue tan...realista...- Norma traga saliva y comienza a revivir lo que vio aquella noche en su subconsciente.

Los primeros rayos de sol aparecen con una tonalidad distinta, dorados como el oro pero al mismo tiempo con un toque naranja; la mezcla de ambos colores es digna de admirar.

Norma está sentada en una roca, observa con una sonrisa a su marido que no deja de jugar con Juan David. A los pocos segundos, la mujer siente que alguien le vigila, mueve los ojos de un lado hacia el otro.

- Hola Norma, ¿me permites que te acompañe?- Libia Reyes cruza las piernas y dirige sus ojos a su hermano mayor.- ¿cómo te encuentras?

- ¡¿Libia?! ¡¿Qué estás haciendo aquí?! Normalmente suele ocurrir alguna desgracia cuando te apareces en sueños.- Es entonces cuando Norma se lleva las manos a su vientre.- ¿Es por mi bebé?

- Tranquila Norma, no he venido para advertir ni para nada malo, es más, tu hija tendrá una salud de hierro, será una niña valiente, muy querida por todos sus amigos y familia.

- No lo entiendo, ¿has aparecido simplemente para decirme todo eso?

- Bueno, sé que así te quedarás más tranquila, y seguro que mi hermano agradecerá que te haya visitado, la pequeña Astrid será muy afortunada de pertenecer a vuestra familia.

- ¿Astrid?- Pero Libia ya ha desaparecido.

- ¿En serio Libia ha seguido en vuestras vidas?- pregunta Gabriela totalmente desconcertada e intrigada.

- De alguna forma, sí. No es corriente que aparezca en nuestros sueños, es más común saber de ella a través de Ruth; al parecer tienen una especie de conexión.

- ¿Y en qué otras ocasiones estuvo?

- Bueno...gracias a Libia...Juan y yo pudimos casarnos y no ser víctimas mortales de Dínora en nuestra boda; aunque ese día lo recordarás de una manera distinta, ¿no?

- Fue una pesadilla, pensé que te había perdido para siempre. Así que Libia no se fue del todo...- Gabriela se levanta de la cama y comienza a caminar de un lado para el otro.

- Mamá, sé que su recuerdo para ti es doloroso, al fin y al cabo, fue la amante de mi papá. Se suicidó por nuestra culpa, no se merecía el trato que le dimos.

- No, la joven no tuvo nada que ver con el comportamiento de tu padre, su imagen me atormenta desde entonces, es increíble que los muchachos no me guarden ningún rencor después de aquello.

- Hemos superado diversas adversidades para llegar hasta donde estamos, los hermanos Reyes te adoran, después del calvario que viviste con Juan... ¿Crees en serio que podría odiarte?

Norma observa la hora en el reloj de su mesita, ¿cómo se ha pasado el tiempo tan deprisa? Seguro que Juan y Juan David no tardarán en llegar a la casa para ducharse antes de cenar.

- Mamá, se ha hecho muy tarde, no me gusta que cojas el auto a estas horas, ¿por qué no os quedáis el abuelo y tú a pasar la noche?

En ese momento un Juan David nervioso entra por la puerta directo a la habitación de su madre, el pequeño frena en seco al verla en la cama.

- ¿Estás enferma?- pregunta el joven yendo ahora más despacio para sentarse a un lado de la cama.

- No mi príncipe, es que hoy no me encontraba bien, mañana seguro que estaré mejor, ¿cómo te lo has pasado con papá?

- ¡Genial! ¡Papá ha enseñado a Trueno a levantarse sobre las dos patas traseras! Dice que cuando sea más mayor podré probar yo.

- Ya veremos...- Gabriela se divierte con esa escena, ya se ha acostumbrado a ver a su hija ejercer como una madre responsable, pero todavía le hace gracia; sobre todo porque Norma tuvo una época rebelde con la edad de Juan David.

- ¡Norma!- Juan interrumpe a la familia.- Gabriela, Don Martín ha preguntado por ti, dice que le apetece quedarse esta noche, no puede separarse de sus nietos.

- Tu mujer me comentaba que podríamos pasar aquí la noche, llamaré a las empleadas para que no nos esperen a cenar, ¿seguro que no seremos ninguna molestia?

- ¡Para nada! De hecho, el resto de la familia nos espera para cenar en la Hacienda de Franco, ¿qué os parece si vamos?

Juan David y Gabriela se adelantan, Juan ayuda a Norma a levantarse de la cama.

- No me gusta el día que he tenido hoy, me siento una completa inútil todo el día en la cama, no he podido ayudar a nadie.

- No me gusta el día que he tenido hoy, me siento una completa inútil todo el día en la cama, no he podido ayudar a nadie

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- No digas eso, hoy le has dedicado el día a nuestra hija, seguro que te lo agradecerá, a veces es necesario descansar.

En la Hacienda de Franco...

Martín no aparta la mirada de Martina, esa pequeña ha empezado a gatear, desde el momento en que Franco y Sarita se enteraron de que iban a ser padres...la casa fue preparada para que Martina no cogiese nada que llevarse a la boca.

- ¡Ya estamos aquí!- Juan y Norma llegan justo a tiempo, la familia pasa un rato agradable. Óscar y Franco hablan de su viaje a Estados Unidos, todo lo que pudieron ver mientras no estaban con los negocios.

Jimena se ríe con las elocuencias de su sobrino que no para de hablar, ambos son iguales, risueños, divertidos e incansables. Norma echa un vistazo a lo que se ha creado, es el momento, a excepción de Ruth y Antonio...cree que ha llegado el momento de revelar el nombre de su hija.

- ¡Chicos! ¿Podéis prestarme atención un momento?- todos dejan de hablar e incluso los cubiertos sobre la mesa.- me parece que ha llegado la hora de revelaros el nombre del futuro miembro de esta gran familia.

- ¡¿En serio?! ¡Qué maravilla!- exclama Jimena ansiosa por saberlo ya.

- Os tengo que decir que Libia tuvo mucho que ver en esa decisión, no me preguntéis por qué, ni yo misma puedo explicarlo pero bueno, allá va.- nadie dice nada, Norma coge la mano de Juan.- nuestra hija se llamará, Astrid Reyes Elizondo.

- nuestra hija se llamará, Astrid Reyes Elizondo

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Pasión de GavilanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora