Capítulo 24

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Como era de esperar, Ruth no podrá asistir al bautizo, tiene que guardar reposo después del accidente en la tienda de modas de su primo.

- Lo siento muchísimo Franco, me duele no poder estar con vosotros en ese día tan especial.- este se sienta a un lado de la cama ya en el piso de su hermanita y Antonio.

- No tienes de qué preocuparte, tu salud y la de ese bebé es lo que importa ahora, todo el mundo sabe de tu estado actual; nadie te mirará mal por no asistir.

- Pero me contratasteis como fotógrafa, ¿quién se ocupará ahora de las fotos?

- Ya pensamos en eso, en serio hermanita, no te comas más la cabeza.

Franco tiene que regresar ya a la hacienda y es consciente de que Ruth va a seguir dándole vueltas al mismo tema. Lo primordial ahora es que se recupere y que su bebé crezca.

- Querré saberlo todo al día siguiente, ¿podréis venir a comer? Estarán Melissa, Leónidas Doña Concha,Leandro y Benito. Por favor.

- Lo consultaré con Sarita y después te digo, ¿vale? Ahora tengo que irme, mañana es el gran día y Gabriela me necesita para un tema de la decoración.

- Pensaba que ya estaba todo listo.- Franco besa la frente de Ruth.- y yo también, pero ya conoces a mi suegra, es la primera vez que celebramos algo tan importante después de toda la tragedia. Quiere que todo salga a las mil maravillas.- responde él.

- Bueno, pues ya me enseñareis fotos, os echaré de menos.

- Y nosotros a ti. Te quiero.

En la Hacienda Elizondo...

Gabriela lo revisa todo una y otra vez, Franco conoce a muchas personas importantes, algunos de sus socios y abogados asistirán a la fiesta y es por eso que necesita que la decoración esté impecable.

- Mamá, ¿no crees que estás exagerando un poco?- Sarita persigue a su madre por la hacienda, intentando calmarla. Martina se entretiene con su tía Jimena, Óscar y ella serán los padrinos de la pequeña.

Sarita se alivia al ver llegar a su marido, quizás él pueda convencer a su mamá de que no es necesario revisarlo todo de nuevo

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Sarita se alivia al ver llegar a su marido, quizás él pueda convencer a su mamá de que no es necesario revisarlo todo de nuevo.

- ¡Vaya, todo ha quedado muy bonito!

- ¿Verdad que sí?- Sarita agarra el brazo de Franco y lo lleva hasta donde se encuentra Gabriela.- Mi amor, ¿puedes decirle a mi madre que no tiene que preocuparse por nada más? Que todo ha quedado perfecto.

Franco avanza unos pasos y se sitúa al lado de su suegra, Gabriela apenas le ha prestado atención, revisa la lista de los invitados.

- ¿Gabriela?- esta se sobresalta y al alzar la cabeza se encuentra con su yerno, el cual esboza una gran y sincera sonrisa.- Puedes parar, te has esforzado más de lo necesario, no queríamos algo tan lujoso.

- Desde vuestra boda...no hemos vuelto a celebrar nada a lo grande, y cuando me dijisteis que queríais celebrar aquí el bautizo de mi nieta...me hicisteis la mujer más feliz del mundo. No quiero que ocurra nada.

- Y así será, la decoración es más que maravillosa, Sarita está preocupada por ti, necesitas descansar, mañana es el gran día y necesitamos que la abuela tenga la energía a tope.

Gabriela sonríe, es cierto que no ha parado ni un solo instante, y aunque su nieta no vaya a ser consciente de dónde o con quién esté...sigue siendo un día importante.

- Vale, ha llegado el momento de descansar, gracias Franco, por todo.

- Te mereces disfrutar de la familia, y Martina no puede tener una abuela más maravillosa.

Esa misma noche...

Óscar y Jimena decidieron que la noche antes del bautizo se reunirían todos en su casa, y allí se encuentran todos ahora. Todos excepto Ruth y Antonio.

- Menos mal que entraste en razón, mamá, has estado muy alterada con el tema del bautizo.- Juan y Norma están sentados en el sofá, él posa su mano sobre el vientre de su mujer; no queda mucho para que la pequeña Astrid llegue al mundo.

- Lo sé y lo siento, pero ya me conocéis Jimena, necesitaba que todo quedase perfecto, esta princesa se merece lo mejor.- Martina esboza una sonrisa con las tonterías que le hace su abuela.

Todos charlan y ríen, Sara no aparta la mirada de su hija, la pequeña no tardará en reclamarla para su toma del pecho. Efectivamente, a los pocos minutos Martina comienza a quejarse, señal de que ya es hora de irse a descansar, mañana será un día largo e intenso.

 Efectivamente, a los pocos minutos Martina comienza a quejarse, señal de que ya es hora de irse a descansar, mañana será un día largo e intenso

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Ya en la hacienda de Franco y Sarita...

Franco le ha cambiado el pañal a su hija, le ha puesto el pijama y le ha cantado una nana, la cual ha caído en cuestión de segundos.

Sarita apoya sus manos en la cuna y se queda embobada mirando a su hija, Franco rodea su cuerpo con los brazos y permite que su mujer apoye la cabeza en su pecho.

- No puedo estar más enamorada de ella.

- ¿Serías capaz de matar a aquella persona que le hiciese daño?

- ¿Lo dices por lo de tu secuestro e intentos de asesinato? Creo que si viese que alguien intenta herir a nuestra hija, sería capaz de lo peor.

- La protegeremos con nuestra vida, esta preciosidad nació fruto del amor verdadero, estuve muy ciego para no ver cómo eres en realidad.

- ¿Y cómo soy? Si puede saberse...

- La mujer más testaruda, cabezota, hermosa, inteligente, divertida que he tenido el placer de conocer. Será divertido contarle cómo nos conocimos, ¿no?

- Bueno...habría que omitir alguna que otra cosilla pero sí, nuestra historia es digna de contar.

Sarita prefiere obviar el momento en el que fue brutalmente golpeada por su madre, Franco intuyó que algo había pasado pero jamás descubrirá lo que ocurrió de verdad. Ya no es necesario remover el pasado, gracias a todo aquello dejó de ocultar su relación y pudo ser feliz con el amor de su vida.

 Ya no es necesario remover el pasado, gracias a todo aquello dejó de ocultar su relación y pudo ser feliz con el amor de su vida

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Pasión de GavilanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora