Capítulo 23

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N/A: Con esto de quedarse en cuarentena...me ha venido una inspiración que no esperaba pero que pienso aprovechar al máximo, en cuanto todo esto termine, dudo que toque el ordenador en un tiempo; así que...a ponerse las pilas. #Yomequedoencasa

Franco observa el local desde el coche, ha estado así durante un buen rato, no sabe si es una decisión acertada. Los momentos que pasó en el Bar Alcalá...fueron intensos, para bien y para mal.

- ¡Franco!- Pepita asusta al menor de los Reyes.- ¡¿Qué estás haciendo ahí?!

- Pepita, me sorprende verte por aquí.

- ¿Y eso por qué Franco? Que tenga un hijo no quiere decir que vaya a dejar de trabajar, Arthur y yo somos los dueños del bar; Rosario quiso que fuese así.

- Hablando de Rosario, ¿puedo hablar con ella? El otro día la vi en la tienda de modas y conocí a su nuevo novio.

-  Héctor es todo un caballero, la trata como una reina y quiere llevarla a lo más alto en el mundo de la música, eso sí, siempre respetando los deseos de Rosarito.

- La verdad es que nos hemos visto poco, pensé que nuestra relación cambiaría pero la noto distante, como si le doliese todavía verme.

- Creo que ese tema es para que lo hables con ella, me imagino que estará dentro preparando la actuación de esta noche.

Franco se arma de valor y con paso decidido entra al local, este se lleva una gran sorpresa al ver que no parece el mismo bar. Han actualizado la decoración, ahora hay un escenario bastante amplio para que las bailarinas puedan bailar a su gusto.

- ¿¡Franco?! ¡¿Eres tú?!- Panchita corre para abrazar al muchacho.- ¡Qué alegría volver a verte! Te veo muy bien.

- Panchita, estás mejor que nunca, me gusta cómo habéis decorado el bar, parece más acogedor y se ve más grande.

- Rosario quiso darle un lavado de cara tras la muerte de Armando, y el dinero de Arthur Klaus también fue una gran ayuda.

- Me alegra escuchar eso, de verdad que sí, ¿está Rosario aquí?- Panchita ladea la cabeza señalando los camerinos.- Gracias.

Franco toca la puerta antes de entrar, una voz que ya conoce le da permiso. Rosario observa al recién llegado desde el espejo.

- Franco, ¿a qué se debe esta inesperada visita?- este cierra la puerta y se acerca a la mujer.- ¿ha ocurrido algo?

- No, simplemente quería verte, has estado desaparecida últimamente. Sé que las giras ocupan gran parte de tu tiempo, pero nunca sabemos si estás en la ciudad. ¿Te hemos hecho algo? Porque pensé que todo se había superado.

- Para nada Franco, ¿cómo se te ocurre? Simplemente he estado muy ocupada, eso es todo.

- Rosario, voy a hacerte una pregunta y necesito que seas completamente sincera conmigo, ¿te duele permanecer cerca de mí? Porque si es así...no quiero ser el culpable de tu tristeza.

La mujer continua mirando a Franco desde el espejo, una escena que se repitió varias veces, antes de que ella lo traicionase sabiendo lo que él sentía.

- Al principio sí, me odiaba a mí misma por sentir esas cosas, quería alegrarme por Sarita y por ti, de verdad. Pero la muerte de Armando fue difícil de superar a pesar de que discutíamos mucho.

- ¿Y por qué no dijiste nada? Tanto Sarita como yo pensamos que podríamos ser amigos, que todo quedaría atrás.

- Y así será, te lo prometo, ahora estoy más centrada, tengo a Panchita, a Pepa y a Héctor; ya he salido hacia delante.

Pasión de GavilanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora