Luego de entrar a la casa, saludé a los abuelos y la tía de mi mamá; almorzamos todos en familia hice lo posible por no cruzar mirada con Lizzie y finalmente me fui a mi habitación donde había estado encerrado toda la tarde meditando sobre mi actitud anteriormente. Pero de repente unos toques en mi puerta, me hacen volver a la realidad y tardo unos segundos en abrir la puerta, pues tenía el presentimiento de que era Lizzie y no sabía cómo actuar. En efecto era ella, estaba hermosa parecía un jodido ángel y tuve que hacer uso de la poca cordura que me queda para no soltarle algo indebido o una mirada inadecuada, sin embargo segundos después ya la tenía pegada contra la pared y su rostro a centímetros del mío. Si no hubiera llegado mi hermano, no sé qué demonios hubiera pasado pues al parecer ella y yo estábamos sumergidos en una especie de estúpido trance.
Luego de que David y Lizzie se fueran esperé unos minutos, caminando de un extremo de la habitación al otro decidiendo si lo mejor era ir o quedarme. Sin embargo luego de unos minutos termino alistándome y saliendo hacia la playa sin mencionarle nada a la familia. Ahora estoy en medio de una fiesta donde no conozco absolutamente a nadie y es cuando me pregunto ¿A qué demonios vine? así que opto por tomarme un trago de whisky mientras logro localizar a Lizzie, y en efecto, unos minutos después logro divisarla entre el resto de la gente, está bailando con el idiota ese que se le ocurrió decir que yo era un amargado. No lo soy. A unos cuantos metros de ella está mi hermano, como siempre no pierde el tiempo, ya está ligando con la hermosa rubia que tiene al frente, seguramente terminará la noche entre las sábanas de mi hermano o en cualquier sitio porque conociéndolo ningún lugar para él es malo cuando se trata de sexo.
Me quedo observando cuando se acercan a la barra y empiezan a beber unos cuantos tragos pero luego mi atención se ve atrapada por una chica de cabello castaño claro y ojos verdes, llega a hacerme compañía la cual me viene muy bien, no quiero que la gente piense que soy un pobre idiota antisociable. Aunque bueno, en parte puede que lo sea.
⸻Hola, guapo⸻saluda la chica.
⸻Hola, hermosa⸻saludo depositando un beso en su mejilla.
⸻Vaya, me encanta tu acento ¿De dónde eres? ⸻pregunta curiosa.
⸻Soy de Estados Unidos, específicamente de Connecticut.
⸻Me encantan los extranjeros⸻comenta y empieza a acariciarme el rostro. Me salió bien coqueta la castaña.
Me suelto de su agarre y tomo un trago para disimular. La compañía ya me está empezando a incomodar. Y no es que no me guste, porque sí que lo hace sin embargo mi atención quiere posarse en otro lado.
⸻Vamos a bailar⸻ se levanta y tira de mi mano sin embargo yo me resisto, no soy de esos que les guste bailar, para eso tendría que tener por lo menos cinco tragos encima y hasta el momento llevo dos. No son suficientes. Se lo hago saber, pero no tiene efecto alguno, ella logra su objetivo y segundos después ya estoy en la pista de baile.
De igual forma no le quito la vista de encima a Lizzie, ese tipo no me da para nada buena vibra, hay algo malo en él. No sé cómo explicarlo porque lo cierto es que nunca lo había visto en mi vida pero simplemente percibo que no tiene buenas intenciones.
La castaña intenta besarme y se lo permito, pero cuando se finaliza el beso dirijo mi mirada hasta donde hace unos instantes se encontraba Lizzie. Ya no está, me separo de la chica y empiezo a mirar hacia los lados hasta que finalmente la encuentro, el tal Bill la lleva de la mano, ella un poco más atrás de él. No lo pienso dos veces decido seguirlos.
⸻Lo siento, debo irme⸻ le informo.
⸻No, no te vayas si la estamos pasando muy bien⸻comenta mordiéndose el labio y pasando su mano por mi pecho.
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No era mi intención amarte (+18)
Teen Fiction¿Del amor al odio hay sólo un paso? ¿Que hacer si lo prohibido se vuelve tentador? Lizzie y Seth no se ven desde que eran unos adolescentes, por algo que ocurrió entre ellos. Ahora son adultos y todo ha cambiado, el odio se ha convertido en algo más...