ɱɛɳtiʀɑร 【 ɦɑʀʀy Pѳttɛʀ / ɗʀɑʀʀy 】

◤ Cɑpítuʆѳ 8 ◥

Mientras Tom y Lucius estaban en la planta baja de la mansión, Hiren se encontraba tumbado sobre la cama de la habitación de su padre, sumido en un profundo sueño.

En aquel sueño se encontraba en un lugar muy oscuro, iluminado sólo por un brillo en la lejanía, caminando por un sendero de piedra de color rojo. Extrañado, intentó encontrar el sentido de aquello pero no se le ocurría nada que pudiera explicar por qué estaba ahí.

― Hiren... ― oyó un susurro detrás de él diciendo su nombre y se giró de golpe, viendo a un hombre con una túnica negra que le tapaba todo el cuerpo e impedía distinguir sus rasgos faciales. ― Me alegro de verte...

― ¿Quién eres? ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí?

― Todo a su tiempo, pequeño Hiren. ― dijo con una sonrisa. ― Primero para empezar, soy Lord Death, el amo de la muerte. Y la razón de que estés aquí es que quiero pedirte un favor. ― Hiren inclinó la cabeza, sintiendo curiosidad por aquello. ― Quiero que reúnas las reliquias de la muerte y me las traigas. ― dijo Lord Death. ― Te daré parte de mis poderes y varias habilidades que ningún otro mago tiene para que logres tu cometido.

― ¿Y... qué conseguiré si consigo completar la misión, si no fallo en el intento?

― No sé si tú lo considerarías algo especial pero... esos poderes que te brindo serán para ti por siempre, y tú te convertirás en mi heredero, el nuevo señor de la muerte... ― dijo con una gran sonrisa.

― ¿Sólo... sólo eso recibiré... después de pasarlo... tan mal..? ― preguntó con la cabeza bajada.

― Si no ves bien que sólo te de mis poderes, piensa que con mis poderes podrás vengarte de los que te hicieron daño.

― Yo no soy de hacer esas cosas... ― dijo mordiendo su labio inferior.

― Bueno... entonces... si consigues completar tu misión, puede que me replantee traer de vuelta a James, Lily, Sirius y Cedric... ― dijo en voz muy baja, casi inaudible.

― ¿Qué..? ― los ojos de Hiren se llenaron de lágrimas y levantó su mirada. ― ¿Es en serio..?

― Claro... ― dijo con una sonrisa triste al notar los ojos llorosos de Hiren. ― No llores Hiren... ― el menor se mordió su labio inferior. ― Agh, está bien. Consigas o no la misión, traeré de vuelta a esas cuatro personas... Así que no estés triste... ― dijo posando una mano sobre el hombro de Hiren, que comenzó a temblar. ― No estés mal... nieto... ― Hiren dejó de llorar al escuchar esas palabras, miró sorprendido al hombre frente a él y el mayor suspiró de alivio cuando dejó de ver llorar al menor.

― ¿Por qué me miras así? ― preguntó Lord Death confundido.

― Tú... me... has llamado nieto... ― susurró.

― Mierda. ― dijo agarrando la cabeza entre sus manos. ― Se supone que no deberías haberte enterado todavía de que era tu abuelo. ― suspiró. ― Pero no se me ocurría otra cosa que decir para que te calmaras.

― Tú... ¿en serio... eres mi abuelo? ― preguntó con los ojos aguados.

― Sí... lo soy. ― dijo posando una mano sobre su nuca. ― Encantado de conocerte, Hiren. Yo soy Tom Ryddle, el padre de Tom. ― dijo extendiendo su mano hacia el menor. Éste la agarró. ― Y... Créeme cuando te digo que no soy lo que tú piensas. Durante toda tu vida te hicieron creer que mi hijo era malo... Pero eso no era verdad. Y también hay muchas cosas de la familia de Snape y de la mía que tampoco son verdad, sólo son palabras sin sentido que te dijo Dumbledore para hacerte estar de su parte ― dijo apretando los puños. ― Como por ejemplo, que Tobias Snape era un muggle. Fue Dumbledore quien bloqueó su núcleo mágico, además de que fue él quien le lanzó un Imperio para que maltratara a Eileen Prince, su esposa, y a Snape. Y también es mentira lo que dijo sobre que yo era un muggle. Yo era un mago, como tú y Tom, pero el maldito director de Hogwarts bloqueó mi magia para que pareciera más creíble que era un humano. ― dijo con rabia. ― Y otra de sus mentiras es lo que pasó con Merope. Al contrario de lo que te contaron, yo siempre quise a Merope desde el momento en el que comencé a ser su amigo, no desde que ella supuestamente me 'dio' la poción Amortentia. ― dijo serio. ― Y otra cosa que hizo Dumbledore fue hacerme dejar a Merope, fue él quien me lanzó un Obliviate para que me alejara de ella y la historia que te contara fuera más creíble... ― dijo con los ojos ardiendo en furia. ― Así que Hiren... no me odies, porque yo no soy como Dumbledore te contó... Yo no soy...