Las clases ya habían empezado en el colegio de Hogwarts. De nuevo, como los años anteriores, el profesor de Pociones era Severus Snape, la profesora de Transformaciones era Minerva McGonagall, el maestro de Encantamientos era Filius Flitwick, la profesora de Herbología era Pomona Sprout, la profesora de Adivinación era Sybill Trelawney y los demás profesores excepto el de Defensa Contra las Artes Oscuras ― que ahora era Snape ― eran los mismos que los anteriores años.
Pero los alumnos ya no eran como antes. Draco y Hiren ya no se peleaban en clase, el trío de oro ya no se hablaba, ni siquiera se saludaban cuando estaban por los pasillos, todos los Slytherin parecían haber cambiado y se habían vuelto mucho más serios; los Gryffindor se habían vuelto más inexpresivos que antes; los Ravenclaw ya no eran tan habladores y los Hufflepuff se volvieron casi igual de fríos que los Slytherin.
* * *
Como cualquier otro día desde que empezaron las clases, Hiren se encontraba caminando por los pasillos del castillo de Hogwarts, muy cansado por no haber podido dormir en los días que llevaban de clase ― ya que estaba muy estresado por lo que había pasado durante la última semana ―.
Se estaba dirigiendo a la sala donde estaba su padre, para pedirle que le hiciera una poción para dormir, pero cuando sus ojos comenzaron a cerrarse, soltó un suspiro y se apoyó contra una de las paredes para hacer un descanso. Estaba demasiado cansado como para andar más, estaba seguro de que si seguía andando perdería la fuerza en sus piernas y caería al suelo.
― Potter... ¿estás bien? ― oyó la voz de Draco y abrió los ojos sorprendido.
Dio un paso hacia su antiguo rival y las piernas comenzaron a temblarle. Sintió como sus ojos se cerraban, las piernas perdieron su fuerza y debido a eso casi se cae al suelo, pero Draco fue capaz de reaccionar rápido y sujetarlo entre sus brazos antes de que se cayera. Y estaba seguro de que se habría dado un buen golpe contra el suelo si Draco no hubiera estado ahí.
― Malfoy... ― susurró con los ojos cerrados, a punto de dormirse. Entreabrió sus labios para hablar, pero ningún sonido salió de su boca. Sólo pudo mover sus labios diciendo «Llévame con Severus», antes de que sus ojos se cerraran y cayera inconsciente entre los brazos de Draco.
Draco, preocupado por lo que le había sucedido a su 'compañero' ― que la verdad él consideraba como algo mucho más que eso ―, apretó a Harry contra su pecho y corrió hacia el aula de pociones, donde esperaba que su padrino estuviera. Bueno, la verdad es que siempre estaba ahí, así que dudaba que estuviera en otro sitio.
― ¡Padrino! ― gritó entrando de golpe en el aula.
Allí se encontró con una escena un poco rara e... incómoda de ver para él. Severus se encontraba en los brazos de un hombre que no conocía, recibiendo caricias en su cabeza, cuando de repente al oír su grito se giró de golpe hacia él y una expresión de terror apareció en su cara cuando vio a su hijo inconsciente.
― ¡Draco! ― exclamó Severus acercándose rápidamente a los dos chicos. ― ¡¿Qué le has hecho?!
Severus levantó el cuerpo de su hijo de entre los brazos de Draco y lo sujetó entre los suyos, apretándolo contra él.
― ¡No le he hecho nada! ― exclamó enfadado con Snape por malinterpretar lo que había hecho. ― Estaba caminando tranquilamente por los pasillos cuando le vi apoyado en una pared, y le atacó un mareo por el que casi se cae al suelo, así que lo cogí en brazos y unos segundos después se desmayó. Pero antes de desmayarse me dijo que lo trajera aquí, así que eso hice.
― Tú... podrías haberlo dejado sobre el frío suelo... y en cambio lo has traído aquí...― dijo en voz baja. ― ¿Acaso te has preocupado por él? ― preguntó extrañado y confundido Severus.
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ɱɛɳtiʀɑร 【 ɦɑʀʀy Pѳttɛʀ / ɗʀɑʀʀy 】
Fanfic❝Creí que estaba bien confiar en Dumbledore... Creí que hacía lo correcto al no aceptar la amistad de Draco y ser amigo de Ron... Creía que hacía bien al desconfiar de Snape y odiarle... Creí que tal como dijo la profecía, yo estaba destinado a v...