ᴼᴼᴼ Batalla de Hogwarts ~ Parte 2 ᴼᴼᴼ
― ¡Sí! ¡Soy Voldemort! ― gritó, haciendo que varios alumnos taparan su boca y retrocedieran. ― ¡¿Y adivina qué?! ¡Te voy a matar!
― Quiero verte intentándolo ― pronunció con rabia.
― ¡Oh, lo verás, creéme! ― apuntó su varita hacia él. ― ¡Crucio!
Cornelius intentó esquivarlo, pero finalmente le dio de lleno en el torso. El hombre cayó al suelo con un grito de dolor y se retorció, como si así pudiera acabar ese dolor infernal. Tom incrementó la fuerza del hechizo, y eso provocó que Albus por fin fuera liberado del hechizo.
Dumbledore salió de aquel estado de control y su aspecto cambió por completo, volviéndose más joven, pues Cornelius también había aplicado un Glamour sobre él para que tuviera ese aspecto de "abuelo bonachón".
Parpadeó un par de veces para acostumbrarse a la luz que desprendía el Gran Comedor y una vez lo hizo miró con sorpresa la escena frente a él. Observó fijamente a Tom y abrió los ojos como platos, muy sorprendido por ver allí a su amigo.
― ¿Tom? ¿Eres... Eres tú, amigo?
Tom, al oír a alguien llamándole, giró su vista y cuando vio a Dumbledore, con ese aspecto tan joven, se quedó de piedra.
― ¿Albus? ¿En serio eres tú? ― preguntó confundido, anulando sin querer el Crucio que le estaba lanzando a Cornelius.
El hombre del ministerio sonrió cuando dejó de sentir el hechizo de tortura de Voldemort, y con las pocas fuerzas que le quedaban se levantó del suelo. Apuntó a Tom, y bajo la atenta mirada de todos los alumnos, le lanzó un Sectumsempra que casi le hubiera dado en la espalda, sino hubiera sido por alguien que lo salvó.
Dos personas le protegieron, Albus, que miró detrás de Tom junto antes de que pronunciara ese hechizo y cuando vio que apuntaba a su amigo corrió hacia él rápidamente, y Hiren, quien al ver como Cornelius apuntaba a su padre fue velozmente hacia él y se puso en medio para que le diera a él en vez de a Tom.
Tom se quedó de piedra cuando vio el cuerpo de su hijo y de su amigo caer al suelo por ese peligroso hechizo, y al ver la sangre salir abundante de ellos, se aterró.
Se agachó al lado de su hijo y observó como éste temblaba. No sabía si era por el frío que seguramente era provocado por la pérdida de sangre, por miedo a morir o por otra cosa, pero no le agradaba para nada que su hijo estuviera así.
― Hiren... ¿Qué has hecho..? ¡Eres idiota!
― Papá... ― murmuró débil. ― Te he salvado... ¿Estás orgulloso... De mí? ― cerró levemente sus ojos.
― ¡No me enorgullece que sacrifiques tu vida por la mía! ― exclamó. ― Vulnera Sanentur...
Tom susurró tres veces el contra-hechizo del Sectumsempra, rozando con su varita las heridas de Hiren, y una vez acabó, apretó al ojiverde contra su pecho. Éste se aferró a su padre y cerró los ojos.
― Ni se te ocurra volver a hacer algo tan estúpido como esto... Nunca debes sacrificar tu vida por la mía... ¿Me oyes? Nunca ― suspiró. ― No sé que haría si te perdiera, hijo...
― Y yo tampoco sé lo que haría sin ti, papá... Así que no digas que no te salve... Porque siempre que pueda hacerlo, lo haré... ― murmuró alejándose de su padre, con los ojos cristalizados.
― No importa qué te diga, ¿verdad? Por mucho que te diga que no lo hagas vas a seguir haciéndolo ― acarició su mejilla, limpiándole la lágrima que había salido de su ojo.
― ¿Qué te puedo decir? ― soltó una risa quebrada. ― Soy igual de testarudo que mi padre...
Tom le sonrió con tristeza y estuvo a punto de abrazarle, pero antes de que pudiera hacerlo, Severus se acercó a ellos y paso sus brazos alrededor de los hombros de Hiren, quien cerro los ojos y apoyó su cabeza sobre el hombro de su padre. Se quedaron así durante unos segundos, hasta que el padre de Tom interrumpió aquel momento.
― Ey, ¿se os olvida que hay alguien más herido?
Hiren se separó de Severus y miró a Dumbledore en el suelo, aún sangrando.
― Por si te preguntas por qué aún no lo he curado, es porque él no quiere que lo haga... Está empeñado en que quiere estar en el mismo lugar que Grindelwald... Y que no merece seguir viviendo después de haberte dañado.
― Albus... ― lo llamó, preocupado.
― Hiren... Lo lamento... Yo no quería herirte... No quería alejarte de tus amigos... Y no quería mentirte sobre tus verdaderos padres... ― susurró.
Hiren sabía que Dumbledore estaba muy débil. Sus ojos estaban entrecerrados y parecía que sus fuerzas se iban a agotar en cualquier momento.
― Da igual... ― posó una mano sobre una de sus heridas y sus ojos se aguaron. ― Por favor... Deja que él te cure...
― No... ― musitó antes de cerrar los ojos completamente.
― ¡No! ¡No te mueras! ¡Por favor Albus! ― exclamó apoyando la cara en el pecho de su profesor. ― Por favor... No...
― ¡Bombarda! ― gritó alguien detrás de él.
Unos segundos después sintió como era apartado de Dumbledore y lo apegaban a un pecho muy cálido. Se aferró con fuerza a esa persona y las lágrimas se deslizaron por sus mejillas. No quería perder a Dumbledore, no después de haber descubierto que él no era malo, y que sólo estaba bajo un Imperio.
― Vulnera Sanentur... ― escuchó decir. ― Despierta, Albus... Por favor... Ya estoy contigo... He vuelto...
Hiren abrió los ojos y se separó de Severus. Miró a Albus con los ojos nublados por las lágrimas, y vio como alguien sujetaba al director entre sus brazos. Era un hombre rubio que parecía haber curado sus heridas, pues la sangre había dejado de salir de su cuerpo.
― ¿Quién... Quién eres..? ― preguntó Hiren acercándose al hombre.
― Gellert Grindelwald.
― ¿Gellert..?
Albus abrió lentamente los ojos y cuando vio al hombre que se encontraba allí, rápidamente lo abrazó.
― ¡Gellert! ― exclamó con lágrimas deslizándose por sus mejillas. ― ¡Eres tú! ¡¿Eres real?! ¡¿En serio estás vivo?! ¡¿No es mi imaginación?!
Se separó de Grindelwald y estuvo a punto de poner las manos en sus mejillas para comprobar si era real, pero antes de que pudiera hacer nada Gellert le besó en la frente. Con esa acción, Albus sintió el toque real de sus labios, y entonces supo que no era ninguna ilusión. Él realmente estaba vivo.
El castaño se lanzó a abrazarlo de nuevo y comenzó a llorar entre sus brazos, aunque lloraba de felicidad, pues por fin se había reencontrado con su pareja.
― Te quiero, Al...
― Y yo a ti, Gell...
Cornelius aplaudió detrás de ellos y se secó una lágrima falsa que había salido de su ojo.
― ¡Pero qué bonito reencuentro!
― ¡Tú cállate y deja de fastidiarnos de una vez! ― gritó Tom.
Se levantó del suelo y apuntó a Fudge, junto a Gellert, que también lo apuntaba.
― ¡Avada Kedavra! ― gritaron ambos señores oscuros a la vez.
― ¡Protego! ― exclamó el ministro.
Cornelius estuvo a punto de no recibir su hechizo, pero alguien de los que se encontraban detrás de Gellert y Tom sí logró que le diera.
― ¡Avada Kedavra!
El hechizo le dio de lleno, causándole una muerta instantánea, y cayó al suelo con un ruido sordo. Todos se giraron para ver quien había matado a Cornelius y cuando vieron que había sido Hiren, se quedaron de piedra.
― ¿Qué? ― preguntó éste, mirando a todos confuso. ― Ya me tenía harto.
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ɱɛɳtiʀɑร 【 ɦɑʀʀy Pѳttɛʀ / ɗʀɑʀʀy 】
Fanfiction❝Creí que estaba bien confiar en Dumbledore... Creí que hacía lo correcto al no aceptar la amistad de Draco y ser amigo de Ron... Creía que hacía bien al desconfiar de Snape y odiarle... Creí que tal como dijo la profecía, yo estaba destinado a v...