◤ Cɑpítuʆѳ 20 ◥

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ᴼ Reencuentros (Una gran unión) 

Kendra y Pansy, al igual que Blaise y Everett, se acercaron lentamente cuando acabaron de leer la hoja, y una vez que estuvieron a tan solo unos centímetros de distancia, se abrazaron con fuerza. Una ola de calidez recorrió sus cuerpos y se sintieron a gusto entre los brazos de la otra persona, por primera vez en mucho tiempo, los cuatro se sintieron completos.

― Nunca imaginé que tu serías mi destinada, Malfoy... Bueno, más bien... Kendra... Creo que ahora debo llamarte de una forma más decente...

― Como tú me llames está bien... ― susurró Kendra.

Kendra se aferró con fuerza a Pansy y ésta sonrió.

― Quién iba a decir que ese chico que una vez yo llamé imbécil, en realidad sería mi alma gemela... ― musitó Everett. Sin quererlo, unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas y se apretó contra Blaise. ― Lo siento, Zabini.

― No importa, Malfoy...

Una sonrisa se formó en la cara de Blaise y besó la frente de Everett.

Fenrir Greyback abrió los ojos como platos cuando leyó las palabras que había en la hoja. Dirigió su mirada hacia Remus y vio como éste se había querido paralizado, con la mirada fija en el papel. El mayor pensó que estaba así debido a las palabras que estaban escritas en la hoja, y por eso no se preocupó.

Los ojos de Remus se aguaron tras unos segundos, cuando salió de aquel estado de shock, y parpadeó dos veces para que ninguna lágrima saliera. Respiró hondo y suspiró, antes de morder su labio inferior y mirar a Fenrir con temor, por miedo a su reacción.

― Así que... ― Fenrir comenzó a hablar, y a medida que iba acercándose a Remus, un escalofrío recorría el cuerpo del más licántropo más joven. ― Tú eres mi hijo...

Posó una mano sobre su mejilla y Remus abrió los ojos como platos. Le sorprendió enormemente que Greyback le tocara la cara de esa forma tan leve, tan suave, sólo rozándole el rostro. Era como si tuviera miedo de hacerle daño.

― Supongo que lo soy, ¿no? ― preguntó con una falsa sonrisa.

No le agradaba mucho la idea de sonreír así, tan falsamente, pero sabía que sino mostraba esa expresión de alegría en su cara, empezaría a llorar, y no quería mostrarse débil delante de esas personas.

― Tú... Eres mi hijo... ― susurró de nuevo, como si no pudiera creérselo.

Y era verdad que no se lo creía. ¿Cómo era posible que Remus, aquel niño que mordió hace tantos años, por venganza a Lyall Lupin, fuera en realidad su hijo, y no lo hubiera descubierto hasta ese momento?

― Tras todos estos años... Y nunca supe que tenía un hijo hasta hoy...

― Yo tampoco sabía que mi "padre" en realidad nunca fue mi verdadero padre, así que...

Cerró los ojos, tragando saliva para intentar deshacerse del nudo que había en su garganta. Fenrir se acercó aún más a Remus y lo abrazó suavemente. Los ojos de Remus se aguaron de nuevo y las lágrimas cayeron sobre la camiseta de su padre, que lo apretó contra él con fuerza.

― Remus, lo siento... Siento haberte transmitido mi maldición... Te juro que no lo sabía... No sabía que eras mi hijo... Si lo hubiera sabido nunca te habría convertido en hombre lobo... ― musitó en su oído.

― Eso ya da igual... ― sollozó, de alguna forma aliviado porque Fenrir no lo despreciara. ― Ya me he acostumbrado a ser licántropo, así que no te preocupes...

ɱɛɳtiʀɑร 【 ɦɑʀʀy Pѳttɛʀ / ɗʀɑʀʀy 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora