🎄❄☃ ɛรpɛciɑʆ ɳɑѵiɗɑɗ ☃❄🎄

10.1K 700 117
                                    

Especial Navidad

Tras unos meses después del último año en Hogwarts, finalmente llegaron las vacaciones de Navidad. Hiren, por primera vez en mucho tiempo, estaba feliz porque llegara esa celebración, porque no tendría que pasarla con sus "tíos", sino con su verdadera familia, una que lo quería y sabía que nunca lo heriría.

Tras despedirse de sus alumnos de último año — sobre todo del trío de oro y de algunos Slytherin que habían ganado su corazón — y desearles lo mejor para sus vidas, McGonagall anunció que los alumnos ya podían irse con sus familias, que podían disfrutar de la Navidad, y también podían celebrar — o lamentar, si apreciabas mucho el colegio — haberse graduado de Hogwarts.

Hiren rápidamente salió del Gran Comedor cuando escuchó las palabras de Minerva, y tras darle un fuerte abrazo entre lágrimas a su directora, corrió hacia el patio de Hogwarts, donde se encontró con su padre. Sonrió y lo abrazó con fuerza, aferrándose a él. Lo había echado de menos mientras que estaba en Hogwarts. Tom no tenía mucho tiempo libre para ir a verlo a Hogwarts, porque el cargo de Ministro de Magia requería mucho trabajo y una gran responsabilidad, y necesitaba hacer todos los trabajos que se tenían que hacer allí.

― Hola, papá ― susurró Hiren.

― Hola, hijo ― besó su frente con cariño.

Severus, que corrió detrás de Hiren con una enorme sonrisa de alegría, cuando vio que su hijo y Tom se abrazaban, los miró con ternura y exclamó «¡Tommy!» Se acercó a ellos y besó en los labios a Tom, antes de rodear los hombros de su hijo con uno de sus brazos.

― ¿Vamos a casa? ― preguntó Severus.

― ¡Claro! ― exclamó Hiren.

Los tres usaron la aparición y cuando llegaron a su mansión, Hiren se quedó de piedra. Todo estaba a oscuras, pero las luces de Navidad que había en el techo, daban un ambiente muy acogedor, y las lámparas de lava verdes que había en las mesas también. Había guirnaldas verdes colgadas del techo, dándole un aspecto más Slytherin a la mansión y allí, justo entre las dos escaleras de caracol, había un enorme árbol de Navidad con guirnaldas de los colores de las cuatro casas de Hogwarts, bolas de Navidad con las caras de todos los miembros de la familia, una estrella gigante se alzaba en lo más alto del árbol y bajo él se encontraban varias cajas de regalos. También había una mesa gigante en el centro del comedor, con cubiertos de oro y varios aperitivos que no necesitaban calentarse o enfriarse, y otra mesa con una fuente de chocolate, varias chuches y otros alimentos dulces. La mansión estaba perfectamente decorada.

— Wow.. — pronunció Hiren. — Es... Increíble...

— Lo es — dijo Severus antes de pasar un brazo alrededor de los hombros de Hiren.

— ¿Ves? Te dije que le iba a gustar — afirmó Tom.

— Pero... Una pregunta, ¿para qué habéis puesto tantas sillas y una mesa tan grande? ¿Va a venir más gente? — preguntó confundido.

— Sí — respondió Severus con una sonrisa.

— ¿Y los Malfoy están incluidos entre esa "gente"?

— Obvio — rio Snape. — ¿Por qué lo preguntas? Es más, ¿por qué sólo te preguntas si van a venir los Malfoy?

Hiren se sonrojó y bajó la mirada antes de que sus padres vieran su sonrojo. Fue inútil, pues Tom y Severus ya lo habían visto, y se miraron cómplices. Tenían un presentimiento de que había algo más que amistad entre Draco y su hijo.

— Eh... Porque estoy deseando ver a mi amigo, sí, eso — tartamudeó, riéndose nerviosamente.

— Sí, "amigo". Lo que tú digas, hijo. Ambos sabemos que Draco no es solo tu amigo.

ɱɛɳtiʀɑร 【 ɦɑʀʀy Pѳttɛʀ / ɗʀɑʀʀy 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora