3. Aliados

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Bucky está loco. Pensó Bruce, mientras escuchaba el estúpido plan del súper soldado, avalado por una visita al otro lunático de Stephen Strange. Evitar la muerte de los padres de Tony para que este fuese diferente y todos a su alrededor lo fuesen por igual... sonaba a... no sonaba bien.

—¿Sabes cuán inverosímil se escucha lo que acabas de plantearme? —demandó Bruce, haciéndole mala cara al soldado.

Bucky encogió un hombro, un poco resentido que el tipo verde con lentes de intelectual estuviese rechazando su plan.

—Pero puede funcionar.

—No. Puedes ocasionar un caos, Barnes —zanjó molesto—. No estamos en posición de valorar si puede funcionar o no. Se hizo lo que se hizo para salvar a las personas desvanecidas de la tierra, que si mal no recuerdo tú estabas incluido. Aceptamos las consecuencias, Bucky, sin importar qué tan caras fueran.

Bucky resopló molesto, levantándose de la silla frente al escritorio del hombre. El laboratorio de Banner en la base de los Vengadores, estaba equipado con suficientes materiales para que el soldado se diese su gusto destruyéndolos en medio de su rabieta. Sin embargo, Bucky contuvo el enojo bajo su piel, lo mejor que pudo.

—Sí, bueno... —escupió con desdén— dudo que Tony aceptase darse por vencido si estuviese pidiéndole traerte a ti de vuelta. Y apuesto que yo habría convencido a Tasha en menos tiempo de lo que me está costando convencerte a ti.

—¡No los involucres en esto! —espetó Bruce.

Por un segundo, a Bucky le dejó de interesar su vida, ya que provocar a Hulk le aseguraría una paliza de los mil infiernos. Y sin embargo el errático hombre le sacó el dedo medio de metal, mientras retrocedía de espaldas hacia la salida.

—Si no quieres ayudar, Banner, ¡bien! —le replicó, todavía furioso— Aún tengo una última oportunidad.

Bucky solo tenía que pedirle a Scott Lang que lo ayudase a llegar hasta Hank Pym. El hombre sabía de estas cosas, por supuesto podría con la tarea de enviarlo por medio del reino cuántico al pasado.

—¡Barnes! —ladró Bruce, antes que este dejase su oficina— ¡El doctor Pym no te va a ayudar con esta locura!

El sargento cerró la puerta, y se quedó quieto, mirando al suelo. Se sintió desmotivado, porque Bruce podría tener razón. Se le estaban acabando las ideas, y las personas a las qué recurrir. Esto era demasiado difícil.

—Joder... él tiene razón —aceptó desganado.

Henry Pym también lo consideraría un loco demente. Todo el mundo parecía haber aceptado que las cosas no podían cambiar, incluso teniendo la tecnología para intentar lo contrario. Bucky no quería perder las esperanzas, pero... le estaba costando convencer a su corazón magullado que saldrían bien de esta.

—Tal vez Pym no quiera ayudar, pero yo sí, todavía tengo un frasco de sus partículas para utilizar —le dijo Steve, acercándose a él.

Bucky se giró de inmediato, mirando con sorpresa al capitán. El hombre había estado al lado de la puerta entreabierta todo este tiempo. Steve lo sujetó del brazo, mientras él seguía perplejo y lo acercó hacia los ventanales de la sala abierta del complejo. Si alguien llegase a cruzar cerca, no los molestarían si los observaban juntos en una esquina, demasiado íntimo para que quisieran interrumpir.

—Escuché todo, Buck —confesó Steve, mirándolo con curiosidad—. ¿Qué tan cierto es cambiar este presente y regresar a Tony y Nat?

—Bastante —aceptó el sargento, tragando su tensión—. Hablé con Strange. Si cambio un poco la vida de Tony, estaría alterando el tiempo en el que vive su vida, las cosas ocurrirían diferente de lo planeado, y varios eventos se adelantarían o se atrasarían, de eso no estoy muy seguro...

VIAJERO EN EL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora