17. Besos confusos

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Steve esperaba por Bucky en su habitación.

Hace más de diez minutos que la reunión con T'Challa había llegado a su fin. Incluso habían cenado todos juntos, él más que nadie extrañando la compañía de Tony y Bucky. Sin embargo, todos se quedaron más tranquilos cuando FRIDAY reprodujo un mensaje de voz del millonario, pidiéndoles que comieran sin ellos, que Bucky estaba siendo atendido por Helen y tardarían más de lo debido.

El rubio seguía sentado a orillas de la cama, mirando al suelo con aire pensativo y ansioso. Solo quería asegurarse que Bucky estuviese bien. Steve pensaba ir a buscarlo al ala de enfermería apenas la comitiva de Wakanda se despidió de ellos y partieron de regreso a casa, pero FRIDAY le había informado que Bucky se dirigía a su recamara, así que aquí estaba el capitán, esperando por encontrarse con su mejor amigo.

—Oh, joder —jadeó Bucky, apenas entró a la habitación.

Steve giró la cabeza, sorprendido.

—Vaya, eso es rudo, Buck...

—Lo siento, tú... me asustaste, Stevie —mintió Bucky, tragando el nudo en su garganta.

Steve se puso en pie, un poco sorprendido de ver a su amigo sin su camisa puesta, mostrando su torso definido, y las cicatrices que seguían cruzando su torso y su abdomen.

—Pensé que Tony te había llevado con Helen para reparar esas —el rubio señaló las marcas de su torso.

Bucky cabeceó con suavidad, entrando a la habitación seguía sosteniendo su camisa arruinada en su mano.

—Lo hizo, pero necesitaré más de una sesión.

El capitán rápidamente se fijó en la espalda del hombre, notó cómo la mitad inferior de la espalda estaba sana, la piel completamente tersa sin marcas. Pero todavía quedaban un par en sus hombros y otra cruzando sus omóplatos. Sin embargo, la impresión lo hizo jadear.

—Vaya, luce bien... ¿Te duele? —le preguntó curioso, poniendo su caliente mano en la espalda baja del hombre.

Bucky tragó duro, pero negó lento. Lo que sea que estaba ocurriendo en su interior, era algo tan torcido y extraño que el mismo Barnes no lograba comprenderlo. ¿Cómo era posible que después de probar los deliciosos besos de Tony, sus instintos siguieran sedientos, y sedientos por los labios de Steve?

Él estaba viéndolo fijamente, mientras el rubio seguía paseando sus dedos por su nueva piel, tan sensible y suave que Bucky vibró con la sutil caricia. Steve alzó la mirada fascinado con la forma en que su viejo amante mordía sus labios para callarse los sonidos, o las muecas de deseo.

—¿Estás bien, Buck? —susurró Steve, a centímetros de su rostro.

Bucky abrió sus ojos, algo reticente por tener que enfrentar la mirada azul cielo de Steve. No se sorprendió que el hombre lo observase con deseo, la tensión era obvia. Lo que lo dejó fuera de lugar fue que el capitán tomase la iniciativa y lo besara.

Su estatura relativa permitió que Steve se aprovechase de la situación. Antes del suero, era más difícil, Bucky siempre le llevaba casi dos palmos de ventaja. Pero ahora era tan fácil para el rubio acercar su rostro y probar esos dulces labios que correspondieron con titubeos. De los dos, Steve siempre recordaba que Bucky era el de la iniciativa, pero él podía ayudarlo hasta que el hombre recuperase la confianza. Hasta que su tímida lengua lo deseara tanto como él lo hacía...

Steve rompió el beso, se quedó sin aire. ¡Qué carajo hizo! ¡Él ya tiene un novio!

—Me tengo que ir —soltó de pronto, sin decir más, sin esperar la respuesta de Bucky, solo salió corriendo del lugar, dejando a Barnes perdido y con el corazón en la mano...

VIAJERO EN EL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora