VIAJERO EN EL TIEMPO

8. Nuevas leyes para el Soldado del Invierno

Después de la reprogramación apresurada, el soldado del invierno se encontró perdido en la mitad de la nada. Con su pierna rota, un golpe en la cabeza y nuevas instrucciones que no recordaba cómo llegaron a su cabeza.

Modo auto-conservación. Repetía internamente, tratando de recuperarse.

Justo como su desconocido controlador le dijo, escapó internándose en el bosque. Pasó dos días oculto en una cueva hasta que se vio forzado a salir para buscar alimento. Él estaba preparado para sobrevivir a la intemperie, para cazar y recolectar raíces, pero con su pierna herida le costó el doble. Había encontrado un arbusto con bayas moradas cuando fue interceptado por un escuadrón de Hydra que llevaba días buscándolo.

Regresó a la base por la fuerza, para presentarse a Vasily Karpov. El ruso era un sádico. Cuando notó el estado de Bucky, evitó que sus propios médicos curasen apropiadamente las heridas de su soldado. Solo volvieron a acomodar el hueso salido de su pierna, fue rudo y doloroso. Pero no fue todo.

Preguntarle al soldado por su reporte de misión se volvió inútil. El hombre solo mencionaba "reprogramación, auto-conservación" olvidando el resto de su antigua misión. Ahora ellos debían buscar otra manera de conseguir el suero. Tenían infiltrados en el pentágono, lograrían sacar el oro azul a como diese lugar, pero la tarea les llevaría más tiempo. Y todo por culpa de la ineficiencia del Soldado.

Karpov no fue amable, estaba tan cabreado que ordenó un castigo apropiado para el Activo. Azotó su espalda y su pecho con cables gruesos, hasta romper su piel. Fue congelado, mientras Bucky todavía temblaba por la pérdida de sangre, sin darle oportunidad al suero de reparar la piel apropiadamente.

Antes de seguir adelante, Vasily cambió las instrucciones para el siguiente que activase al soldado del invierno. Lavar su cerebro con electrochoques más de dos veces, para evitar auto-reprogramaciones, y después de terminar la misión el soldado debía ser adiestrado con castigos físicos antes de ser enviado al sueño criogénico, para esperar a su siguiente controlador. Así las misiones de Bucky, no volverían a fallar de nuevo.

Tuvo los mismos controladores que su línea de tiempo anterior, ninguno de ellos se saltó las reglas de Karpov, dejando nuevas marcas en su piel antes de congelarlo. Todos notaron la leve cojera del soldado, pero ninguno le dio demasiada importancia. Si cumplía su trabajo, el Activo se calificaba en buen estado.

La penúltima vez que Bucky fue despertado, Alexander Pierce resultó ser su controlador con una misión para él: deshacerse del capitán América. Steve fue el primero en mucho tiempo en meterse con la frágil mente del soldado, llamándolo "Bucky". Le trajo recuerdos fragmentados que lucían más como un sueño que como su vida pasada. En la pelea final, donde golpeó a Steve hasta el cansancio, el soldado no pudo acabar con su misión.

Cuando Steve cayó al agua desde el helicarrier, debió dejarlo ahogarse. El hombre le había dislocado el hombro, claro que él le disparó a quemarropa. La débil moral del soldado gobernó sus acciones. Saltó al agua y sacó al capitán hacia la orilla. Cuando este empezó a toser, regresando a la vida, Bucky buscó una forma de escapar.

No logró llegar muy lejos, la primera vez había tenido más suerte manteniéndose fuera del radar de Hydra por más de un año. Pero con una línea de tiempo diferente, Bucky fue capturado y llevado a nuevas instalaciones de Hydra, desconocidas incluso para él. Lavaron su cerebro, y fue golpeado incontables veces por la misión fallida y la muerte de su controlador, antes de confinarlo al frío.

Despertó un par de años después, por un nuevo controlador, Helmut Zemo, lo encontró en una base en la fría Siberia, olvidado. Recibió instrucciones específicas de mantenerse oculto, ideando la forma de cumplir la parte dos del plan de Zemo. Mientras él ocasionaba los ataques terroristas, Bucky analizaba la manera de cumplir con su misión, deshacerse de Iron Man a sangre fría y hacérselo saber al capitán América, para que fuese su propio mejor amigo de la infancia y del ejército quien decidiera si lo perdonaba o lo liquidaba.