5. Dos Soldados del Invierno no piensan mejor que uno

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[16 de diciembre, 1991]

Este era el nuevo presente para Bucky. Oculto entre los arbustos de la carretera que conducía al Pentágono. Miró el reloj en su muñeca, faltaba una hora. La noche ya era lo suficiente oscura, pero gracias al traje él parecía perderse en las sombras. Había robado una moto unas horas antes del asalto que él mismo ejecutaría.

El soldado estaba nervioso. Atacarse a sí mismo sonaba peligroso, pero con el casco polarizado, no podría reconocerse. Bucky ya había tramado su plan, en su cabeza todo funcionaba de maravilla y amanecía bebiendo té y galletas, riendo con Tony y Steve de alguna tontería. También había autos voladores y arcoíris de azúcar de sabores, solo porque... ¿era su sueño? ¿no?

Joder, joder, joder. No vayas a matarme. Pensó asustado, tratando de comunicarse con él mismo. Recordaba muy bien al bastardo que lo despertó del hielo, Vasily Karpov, era ese hijo de perra que no necesitaba razones para infligir daño. Ni siquiera quería imaginar las repercusiones de perder esta misión, ya sentía demasiada lástima por su yo anterior.

Ese suero que Howard llevaba al pentágono, era casi oro azul para Hydra. Perderlo, le costaría muy caro, sino es que la vida. Y sin embargo Bucky ya estaba más que decidido.

—Y ahí van... —musitó ansioso, apenas vio las luces del auto cruzar frente a él.

Encendió la moto, y los siguió a una distancia prudente. Mantuvo la calma, aun con su corazón exaltado en su pecho golpeando sus costillas. Pronto sus oídos percibieron el ruido de otro motor, miró sobre su hombro, y en la carretera oscura, notó al súper soldado que se acercaba en su moto, todavía con la luz frontal apagada, marcando su sigilo.

El viejo Bucky reparó en él, sus ojos vacíos de expresión, lo observaban solo a él. Entonces el hombre empezó a buscar su pistola, para deshacerse de su primer testigo. Sin embargo, no pudo llegar muy lejos ya que recibió un disparo en la rueda delantera de su moto, enviándolo por los aires hasta impactar en el duro suelo.

El auto de Howard siguió avanzando, mientras Bucky detenía su moto para buscar al soldado en impedir que encontrase la forma de asesinar a los padres de Tony. El sargento bajó de inmediato de su moto, tirándola sobre el asfalto mientras emprendía una embestida contra él mismo. Derribó al suelo a su contrincante, pero este no se dejó vencer tan fácil.

Su antigua versión, intentó clavarle un cuchillo en el pecho. Después de forcejear, Bucky le arrebató el arma, arrojándola lejos. No podía creer lo jodidamente fuerte y terco que era. El Activo está programado para tener éxito, recordó las palabras con amargura mientras rodaba en el suelo, saliendo de la carretera hacia el bosque.

Ambos soldados cayeron por una pendiente, llena de rocas y pasto silvestre hasta quedar peleando en una planicie. Bucky fue arrojado lejos de un puñetazo dado contra el casco. Por suerte el brazo metálico de su adversario no había logrado romper el vidrio. Bucky intentó ponerse en pie, mientras su otro yo hacía lo mismo.

Con un grito de guerra embistió una vez más, su hombro se hundió en el estómago del otro al tiempo que lo alzaba de sus pies y lo estampaba en el suelo. Se escuchó un fuerte aullido de puro dolor que desgarró la garganta del otro. Cuando Bucky se fijó en lo que había ocurrido, notó que una roca filosa había quebrado la rodilla de su oponente.

Oh mierda, eso va a doler después. Se reprendió a sí mismo.

Pero no le bastó con inmovilizar al hombre, colocando su pierna en el pecho del soldado. Bucky desenfundó el cuchillo que cargaba en su bota, dejando la hoja filosa contra la garganta del soldado. Observó ese rostro serio apenas iluminado con la luz de la luna llena.

Esos ojos fríos lo observaban con infinito odio. No había pánico en su mirada, ni un solo rastro de sentir el miedo en sus venas. Bucky sabía que, si lo dejaba ir ahora, esa pierna rota no impediría que el soldado se deshiciera de Howard y María Stark.

Necesitaba algo más contundente.

Así que Bucky se cercioró que él jamás fuese a herir a otro Stark, se sabía las palabras de memoria. Quiso reprogramarse a sí mismo hace años, pero no funcionaba así. Alguien debía de decirle el código. Y ya que él estaba aquí, tuvo la oportunidad al alcance de su mano...

Anhelo... Oxidado... Diecisiete... Uno... —empezó a decir en claro ruso, sacándole el susto a su antiguo yo, que lo observaba con absoluto desconcierto.

Su oponente empezó a resistirse, quiso que se callase, le gruñó como un animal salvaje que no deseaba morir pero que lucharía hasta el final. Bucky no se movió de su pecho, y terminó la secuencia de palabras, odiándose a sí mismo por hacerse lo que otros le hacían, y tener que verlo con sus propios ojos.

Bienvenida... Vagón de carga —finalizó contrito.

El soldado debajo de su peso dejó de removerse. Su mirada de rabia y furia descontrolada quedó nula.

Listo para obedecer —se escuchó decir en ruso, con esa misma voz estoica de siempre.

Bucky inhaló hondo, quería arrancarse el casco y mirarse a los ojos. Pero contuvo su impulso. Solo se inclinó hacia el frente, quitando el cuchillo de la garganta de su oponente.

Tienes una sola misión para recordar siempre, no importa el acondicionamiento, no puedes herir a nadie llamado Stark, jamás. Está en tu naturaleza ahora, nadie tiene derecho a borrar esa orden de tu sistema —siseó en ruso, conteniendo su rabia—. Antes de ejecutar una orden de herirle, neutralízate. ¿Entendido, Soldado?

Entendido.

Bucky soltó una exhalación temblorosa. Sintió un alivio instantáneo en sí mismo y a la vez un dolor al verse indefenso debajo de él.

Olvida la misión de tu controlador anterior, Vasily Karpov. Busca refugio, intenta no ser capturado. Modo auto-conservación activado.

Su antigua versión cerró sus ojos y al momento de abrirlos vio nueva determinación en ellos. Seguía siendo el soldado del invierno, eso no cambiaría, porque Bucky no sabía cómo despertarse de ese estado. Lo único que pudo hacer por sí mismo, fue darse instrucciones de huir. Tal vez, con mucha suerte, podría escapar y no sería capturado por Hydra. Pero ese era otro sueño demasiado perfecto para ser realidad...

Bucky empezó a correr pendiente arriba. Dejó inutilizada la moto del soldado. Tomó la suya y persiguió el auto de los Stark. Cuando notó a la distancia, que ellos habían llegado a salvo hasta el pentágono, Bucky regresó unos kilómetros atrás. Se detuvo a un lado de la carretera, y apretó el botón que lo llevó de regreso a su nuevo presente...



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[ Honestamente, esto es lo más retorcido que he escrito y eso que he tenido mis momentos :y ]

VIAJERO EN EL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora