VIAJERO EN EL TIEMPO

15. Todo siempre termina en pelea

Bucky se sentó en el banco alto que Tony le señaló.

La versión de su taller en la torre cada vez ocupaba más espacio, el millonario había empezado con un pequeño cuadrante del piso disponible, pero pronto volvió suya toda la planta subterránea. Él mismo había diseñado ese espacio para su uso personal, incluso tenía una habitación al otro extremo del taller que usaba muy poco, solo cuando sus proyectos de verdad le consumían el tiempo y Steve no podía lograr sacarlo para dormir en su cama.

Tony se paró a su lado, observando su ropa con demasiado criterio. El hombre no pensaba sonreír, pero le calentaba por dentro que Bucky tuviese su propio guardarropa.

—Creo que será necesario que te quites la camisa, así FRIDAY podrá escanear el brazo completo, James...

El soldado tragó seco, pero asintió despacio. Si Tony no pensaba mencionar nada de lo ocurrido ayer, sobre cómo salió corriendo de su habitación en cuanto lo reconoció como James, pues Bucky tampoco diría algo al respecto.

Se quitó la prenda y luego estiró en el aire su brazo izquierdo sobre la mesa blanca recubierta con un panel de vidrio. Líneas azules empezaron a trazar el exterior de su brazo en un esquema holográfico, dejándolo desconcertado.

—Santas vacas... —susurró perplejo, cuando una réplica exacta de su brazo se dibujó justo a su par. Tony rió entre dientes, maravillado y orgulloso de deslumbrar a Bucky con tecnología.

—Y eso no es todo, ya puedes bajar el brazo. Mira esto... FRIDAY, remueve la capa externa, muéstrame el interior...

—Seguro, jefe —aceptó la IA.

El brazo holográfico empezó a desarmarse frente a los ojos bien abiertos de Bucky. Por primera vez, conoció el intrincado esqueleto robótico que tenía bajo las placas de metal que revestían su brazo.

—Impresionante, ¿no?

—¡Sí! —jadeó impactado, señalando el holograma— ¿Cómo diablos haces eso?

Tony rió más divertido que nunca. La gente solía impresionarse con su tecnología, pero por alguna razón el asombro de Bucky lo tenía sonriendo como un feliz tonto.

—¿Cómo es que esto te emociona, Terminator? —se carcajeó Tony, llevando sus puños a las caderas— ¿Se te olvida que vienes del pasado de otra realidad alterna? Esa debería ser razón suficiente para que nada nuevo te sorprenda.

Bucky encogió un hombro, no entendió muy bien ese apodo. Tony sacudió su cabeza, no pudo ocultar su sonrisa por más que quiso. Estar cerca del soldado lo ponía de este modo.

—Ah... mi dulce niño de verano —canturreó resignado, dándose el lujo de pasar una mano por los mechones oscuros de la melena del soldado—, tienes tanto por aprender...

Bucky se mantuvo quieto, aceptando con gusto esa suave muestra de afecto. Su corazón palpitaba fuerte en su pecho, mientras su estómago parecía incendiarse con pirotecnia. Ni siquiera notó cuando las comisuras de su boca empezaron a alzarse en una perezosa sonrisa. Pero toda mueca de ternura quedó olvidada cuando Tony se alejó de inmediato, como si recordase guardar la distancia con él.

—Creo que Steve todavía conserva una hoja del programa que Clint hizo para él, para que aprendiese lo básico de la cultura pop de las últimas décadas... —murmuró Tony, mirándolo de reojo con algo de incomodidad— Le diré que la busque, apuesto que Nat y los demás estarán entusiasmados por repetir las maratones de películas...

Bucky cabeceó con severidad.

—Gracias. No sé si soy buena compañía para ver películas.

—Tonterías —se quejó Tony, encogiendo un hombro—. Estarás bien. Steve y yo no vamos a dejarte solo. Incluso Harley está muy emocionado contigo, algo increíble... créeme.