5. Experimento

2.5K 204 113
                                    

Capítulo 5.
Experimento

"Vivir es cambiar, ver cosas nuevas, experimentar nuevas sensaciones."— Amando de Miguel.

.

Pasó una semana desde la junta en Japón. En un parpadeo las cosas habían vuelto a la normalidad y con ello el tratado de noviazgo finalizó. Las cosas comenzaban a tomar su lugar correspondiente, ella como su secretaria y él como el jefe excesivo que era.

Hiccup y Astrid no volvieron a compartir un beso pero seguían manteniendo una relación enemistosa. Aunque por otra parte, Astrid había decidido tratar de conocer al personal con el que trabajaría diariamente.

En las tardes trataba de ayudar en cualquier tarea al castaño y juntos salían a comer a la cafetería de la empresa siendo el llamado de atención de todas las miradas del lugar. Aunque Hiccup se había negado desde un principio a participar en conocer a los demás, Astrid había insistido en que debería tratar de salir más de la oficina y observar quiénes trabajaban para él.

En lo que Astrid llevaba analizando, existía un grupo de mujeres que destacaban en la cafetería por ser las más unidas. Ella nunca había tenido amigas desde que era una niña, aunque sí  tenía una mejor amiga. Sin embargo, a pesar de estar iniciando una amistad con Hiccup, quería conocer más allá del mundo que tenía. Pero, ¿Cómo acercarse a unas personas?, No sabía cómo iniciar una conversación, ni las bases para un buen inicio.

Admiraba a ese grupo por tener tanta unidad, las mujeres parecían divertirse mucho en la plática que tenían.

Deseaba tener un día un grupo de amigos propios.

— ¿No te sientes bien?— Cuestionó Hiccup al verla jugar con su tenedor. Aún no terminaba su comida.

— La verdad es que sí estoy bien pero...— Aceptó.— Quiero conocer al menos a la mayoría de mis compañeros. O compañeras.— Señaló un grupo de mujeres que se encontraban en una esquina.— Me gustaría tener amigos. 

— ¿Qué mi compañía no es suficiente?— Se burló "indignado".

— No es eso, si no que... Nunca había intentado socializar. Y ahora, creo que puede ser necesario. Ya sabes, por si necesito un favor.— Puntualizó.— O solo tener un tiempo para algo.

— Está bien.— Comenzó a levantarse, dejándola confundida.— Te dejaré para que intentes al menos acercarte. Puedes hacerlo. ¡Suerte!— Se despidió con una sonrisa abandonándola. Estaba seguro que si él se encontraba con ella no se le acercarían las demás. Pues tenía cierto prestigio por ser el hijo del jefe.— Por cierto.— Se detuvo antes de dar el primer paso.— Todo será más fácil si tratas de no parecer la bruja pesadilla de los demás.

— ¡Idiota!— Replicó ofendida lanzándole una manzana que fácilmente atrapó con su mano. Tenía buenos reflejos.

Quedó sola.

¿Ahora que hacía?

Sin embargo, muchas mujeres la rodearon al instante tomando asiento en su mesa. Vaya, esto parecía mucho más fácil de lo que hubiera imaginado cuando se trataba de conseguir compañía.

— ¿Y bien?— Cuestionó una de ellas alzando las manos hacia Astrid.

— ...¿Y bien qué?— Preguntó con timidez. No tenía ni la menor idea a lo que se referían.

— ¿Qué relación tienes con el señor Haddock?

— ¿Es cierto que es gay?

— ¿Qué tanto se llevan?, ¿No tienes miedo a ser despedida?

Perfecta(1° Temp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora