7. Pasado

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Capítulo 7.
Pasado

"Lo que sucedió en el pasado que fue doloroso, tiene mucho que ver en lo que somos hoy".— William Glasser.

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La tranquilidad que un lunes podía transmitir era lo mejor para iniciar las mañanas.

Cada trabajador se encontraba en sus respectivas áreas mientras ansiaban nuevamente la llegada de un fin de semana. Claro, las fiestas de los fines de semana siempre los dejaban cansados y agotados, pero con más ganas de esperar una nueva más emocionante para el siguiente fin.

Todo parecía ir a un ritmo lento y con demasiada calma que era imposible creer que algo podría ayudarlos a salir de esa burbuja de comodidad en sus oficinas.

Todo parecía ser así hasta que dos personas abrieron de golpe las puertas.

— ¡Suéltame!— Chilló una voz femenina con algo de histeria tratando de zafarse de sus manos.

— ¡No, estás haciendo trampa!— Una nueva voz la acompañó. Una masculina.

— ¿¡Trampa?!, ¡Soy más atlética que tú!— Debatió.

— ¡Y es por eso mismo que deberías ir a mi paso!— Indicó.

— ¿Para que tengas oportunidad de ganar?, ¡Ni loca Haddock!— Exclamó más fuerte atravesando la puerta con diestría logrando zafarse de él

Se podía decir que siempre existían sorpresas inesperadas en la vida.

Pero nunca creyeron ver al sub jefe de la empresa en esa faceta infantil siendo perseguido por una rubia. Hiccup comenzó a ganar la distancia entre ellos, pero su secretaria comenzó a lanzar objetos que tenía en su bolso para tratar de distraerlo durante el recorrido.

— ¡Astrid!— Se quejó al recibir un espejo pequeño en su espalda. Y un sacapuntas en la cabeza.

— ¿Qué?, No dijimos nada de poner obstáculos.— Se adelantó a prisa aprovechando que el castaño recogía el desorden que había creado. Estaba a punto de entrar en la oficina de él cuando unos brazos rodearon sus piernas para elevarla por los hombros.— ¡Oye!, ¿¡Qué crees que estás haciendo?!, ¡Esto no está permitido!

— No hay reglas sobre atrasar el paso del enemigo.— Respondió victorioso caminando con normalidad mientras cargaba a Astrid como un simple costal de papas. No importaba que eran la atención de todos los presentes.

La rubia comenzó a patalear con fuerza en un intento de detenerlo, pero Hiccup podía llegar a ser muy terco cuando tenía una idea en la cabeza.

— ¡Cuando baje de aquí, vas a pagarla caro!

— Soy tu jefe. Tú eres la que trabaja para mí.— Comentó con triunfo ganando más furia por parte de su secretaria.

— ¡Haddock!, ¡Ya bájame de aquí!— Chilló con las mejillas enrojecidas. No quería perder por nada en el mundo.

— A tus órdenes, M'Lady.— Respondió en su oído de una manera que el apodo solo fuese escuchado por ella. Se acercó a un sillón en una de las esquinas y la dejó caer sin pena alguna.

De allí, la verdadera carrera comenzaba.

— ¡Oh, sí que vas a pagar esto!

— Lo siento mucho. Pero... ¿¡Qué?!— Había olvidado que Astrid era atlética y más veloz que él. Estaba jugando con fuego y ahora podía sentir que se quemaba al sentir un enorme peso encima de él.— ¡Astrid, bajate!— Intentaba difícilmente mantener el equilibrio.

Perfecta(1° Temp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora