22. Reflexión

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Capítulo 22.
Reflexión

"Comprender que hay otros puntos de vista es el principio de la sabiduría".— Thomas Campbell.

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Yacían juntos dentro de una bañera, cada uno con su ropa interior para quitar un poco la posible incomodidad. Aún tenían que bañarse después de un largo día de estar sudados.

Y Astrid tenía que aplicarle la limpieza diaria a sus heridas. Era mucho más cómodo de esta manera y tardarían menos.

Hiccup se encontraba sentado entre sus piernas y el agua estaba nivelada hasta la mitad de sus estómagos.

— ¿Los conoces de verdad?— Preguntó la rubia sin mucha confianza. Aunque debía de admitir que parecían personas normales, había algo que no encajaba con ellos que por alguna razón no les daba la completa confianza.

Aparte de que habían sido personas muy hospitalarias como para recibirlos de aquella manera. Sin embargo, en ese lugar seguía con el papel de secretaria por lo que debería de respetar la decisión de Hiccup.

— No conozco mucho a Stormfly. Pero sí a Toothless. Nos conocimos hace un par de años. Cruzamos unas cuantas palabras relacionadas a nuestro trabajo pero de allí nada más. Debo de admitir que casi no lo reconozco.— Comentó un poco adolorido. Sus heridas parecían arder.— No les tienes mucha confianza, ¿Verdad?

— La verdad no. Pero si dices que los conoces trataré de confiar en ti.— Respondió.— Aunque fue muy noble de parte de ambos ofrecernos una habitación. La verdad no quería seguir batallando con gente tan seca como los habitantes de esta ciudad.— Indicó suspirando agotada.

— ¿Te encuentras bien?— Preguntó deteniendo su trabajo para girarse a verla.

— Avisa que te vas a voltear.— Regañó tomando una toalla de inmediato para cubrirse sus pechos. Tenía un brassier, pero aún no tenía la confianza para que la vieran de esa manera.— Sí, estoy bien. ¿Por qué lo preguntas?

— Porque te noto estresada.— Acarició sus pequeñas bolsas de debajo de sus ojos.

— Es por el cambio inesperado.— Confesó.— Estos últimos 5 meses no han sido los mejores.— Respondió cabizbaja.

— ¿Quieres hablar de ello?— Había volteado los papeles ahora. Astrid se encontraba entre las piernas de Hiccup sentada de espaldas mientras que él deshacía su trenza para comenzar a darle un pequeño masaje con el shampoo incluído.— ¿Qué hacías hace 5 meses?

— Bueno, ahora que recuerdo; era salir una vez a la semana con un chico diferente a una cita programada por mi querida abuela.— Mencionó sarcástica. Odiaba más que nada esas citas.— Me quedaba en casa normalmente viendo películas hasta quedar dormida o tener un poco de actividad en el jardín de mi abuela practicando con el hacha que me había otorgado mi mamá.

— ¿Y qué le sucedió?— Preguntó intrigado. Aún recordaba aquella foto de cuando era niña.

— No lo sé. Simplemente se la tragó la tierra o la perdí en una de mis aventuras.— Respondió extrañada. Jamás se había puesto a pensarlo a fondo.— Mmm... Pues, casi no hacía nada en la mansión. Siempre he estado sola y buscar una travesura era divertido antes de que mi abuela decidiera conseguir sirvientas estrictas que me daban un horario para aprender a tocar instrumentos. Mi abuela quería que aprendiera a tocar varios, así como tú. Pero no, siempre me ha llamado la atención el piano. Ninguno más. Siento que puedo abrir mi alma en este instrumento.

— El piano tiene unas melodías muy buenas si sabes encontrarle el sentido.— Compartió.

— Lo sé.— Limpió su frente ante una gota de jabón resbalando por ella.— Y luego, de un día a otro. "¡Vete a trabajar!, Haz los mandados sola, limpia tu departamento, prepara tu comida, administra el dinero, vive sola".— Repitió las mismas palabras que su abuela le había dirigido la última noche antes de sacarla de la mansión.— Y luego, sí. De un mundo cálido acompañado de personas, me metí a uno donde amanezco sola y me doy cuenta la importancia de tener una compañía. He de decirte que me siento sola. ¿Cómo fue el tuyo al inicio como independiente?

Perfecta(1° Temp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora