ARLETTE:
Ya que había terminado con la mayoría de mis exámenes antes de la muerte de Carlo y el director me ayudó a hacer los que faltaban desde el hotel, la llegada de mi título de preparatoria no se atrasará. Mi nombre será pronunciado durante la graduación, pero nadie irá por él. Cuando lo obtuviera, se suponía que mi padre estaría aplaudiéndome entre los presentes. No estoy lista para alzar la mirada y no verlo en el público. Ni a él, ni a Beatrice. Ni a pequeña Beatrice o a la vieja visión de nuestra familia.
Pero tras unos días de mi última jugada, poner a Constantino Ambrosetti en su sitio, Hether y Verónica me convencen de ir a nuestro baile de graduación. Aunque en un principio me niego, no es precisamente época de bailes, termino aceptando cuando Fósil trae a mi suite un hermoso vestido, aún en su bolsa, que Beatrice hizo que un diseñador de Milán pasara meses fabricando para mí. Está lleno de pedrería puesta artesanalmente. Es rosa suave. Es un vestido de princesa, con escote en forma de corazón y cinturilla alta que se complementa con una falda suelta, de un material suave y ligero, salvo por la abertura en una de mis piernas y la especie de capa transparente, del mismo tono rosado, cubriendo mi espalda. Tiene inspiración griega. También vino con zapatos. Sandalias de tacón y una sola tira con dos más en los laterales que se enredan como serpientes criadas en una mina, de diamantes, en torno a mis pantorrillas. Lo complementé con brazaletes del mismo estilo en mis antebrazos, una gargantilla dorada con una hilera pequeña de diamantes colgando y pendientes en forma de lágrima ocupando mis orejas.
Cuando Gavin, que me hizo un maquillaje dorado y rosa de pestañas largas y abundantes, me ve salir del cuarto del armario con él puesto, su frente se arruga a pesar de la apreciación en sus ojos. No es precisamente mi estilo, no ahora, pero la Arlette de antes, incluso molesta como estaba con Beatrice, habría estado encantada con él. Mi estilista se levanta con las mejillas sonrojadas cuando le ofrezco mi mano. Es gay, también posee una personalidad sumamente varonil y silenciosa, pero se sonroja mucho a mí alrededor. Supongo que lo pongo nervioso.
No voy a fingir que no entiendo por qué.
─Vamos tarde ─suelto cuando, en compañía de Luc y tres guardaespaldas más, ninguno de ellos Fósil, entramos al ascensor─. ¿Estás preparado para morir... de aburrimiento?
Gavin, cuyos ojos azules se habían llenado de terror al inicio de mi pregunta, ajusta la corbata de su traje negro de saco de terciopelo mientras la emoción inunda sus ojos y asiente. Es mi cita esta noche. Fósil no nos acompaña porque, hasta que hayamos obtenido algo de estabilidad, su única misión es proteger a Flavio. Es el único en el que confío para la tarea. No se despega de mi hermano en ningún momento, así que no nos hemos visto mucho últimamente. Tampoco he visto mucho a Flavio. Cada vez que veo su cara, lo único en lo que puedo pensar es en la pequeña Beatrice y en Luciano. En contarle sobre nuestra hermana, lo cual aún no es seguro. Es un chico listo, sabe que no la maté, que ella vive, pero no donde está o con quién. En lamentarme no haber tenido más tiempo o recursos para torturar al tratante por tomarlo.
Odio la ausencia de los rizos dorados en su cabeza.
─Por primera vez en mi vida me siento como la amiga fea ─gruñe Hether mientras coloca sus labios directamente de una botella de whisky─. Verónica, esta perra malvada nos usará toda la noche para verse aún más bonita en comparación con nosotras. Conozco el truco. ─Arruga la frente─. No, yo inventé el truco.
Tanto Verónica como ella lucen bien en sus respectivos vestidos, el de Verónica azul, de falda de gasa y corsé de cuero del mismo tono, el suyo blanco y celestial de una sola manga y figura de sirena. Aún no ha decidido qué hacer con el hijo de Luciano. Aunque ya encontré un médico para ella, no ha tomado la decisión. Sería hipócrita de mi parte animarla a abortar solo por la procedencia de los genes del embrión o feto, no sé cuánto tiempo de embarazo tiene, cuando mi madre era igual de monstruosa.
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Cavalli © (Mafia Cavalli ll)
AcciónUna buena hija. Una buena prometida. Una buena chica. Una buena princesa de la mafia siciliana. Solía ser lo que todos querían que fuera. Ahora, gracias a los asesinos de mi padre, el hombre más rico de la mafia siciliana, soy nada. TODOS LOS DERECH...