Capítulo 31:

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VICENZO:

La nueva vivienda de los Morello no queda muy lejos de dónde crecí. Incluso paso por mi vieja casa antes de detenerme frente a la suya, pero lo hago tan rápido que no obtengo más que un destello del pasado. Al detenerme frente a ella, una construcción moderna con cada una de sus luces encendidas, me extiendo hacia atrás y tomo mi mochila del asiento trasero. Han pasado tres días desde que secuestraron a Pen. Dos desde que estoy en Chicago. Nadie se ha puesto en contacto conmigo aún. El reloj continúa corriendo. En lo absoluto emocionado con el hecho de que mi cabello continúe siendo negro y todos sepan que usé tinte, no importa si están a punto de morir, me bajo del auto. He estacionado unas casas después de la de los Morello. Entro en una de ellas en su lugar, pasando por su entrada delantera y abriendo su acceso a la parte de atrás con demasiada facilidad. Claramente ninguno de estos lugares cuenta con un sofisticado sistema de seguridad. Ninguna alarma suena mientras recorro el jardín trasero de tres casas hasta llegar a la suya. En ellas habitan personas que no tienen ni idea de quienes son sus vecinos.

Bien.

Ellos me pueden agradecer por limpiar su vecindario.

Son las dos de la mañana, pero se trata de una familia de la mafia, por lo que me sorprende solo ver a un par de hombres de constitución promedia custodiando la entrada trasera. El traje que tomé prestado de Francesco me permite desplazarme hacia ellos sin ser notado. Es de cuero oscuro. Antibalas. Cubre cada centímetro de mi piel, exceptuando la cabeza. Al parecer la perra loca Cavalli lanzó una marca de ropa y como no podía ser como cualquier otra chica y diseñar bonitos vestidos, empezó a jugar con atuendos que servirían tanto para cumplir un fetiche sexual como para causar una masacre. Ni siquiera me sorprende. Cuando llego a los hombres custodiando la puerta, ya es demasiado tarde. El primero cae en el suelo con un sonido seco, mis manos partiendo su cuello con un movimiento registrado de manera permanente en mi memoria. El segundo solo se estremece cuando entierro un cuchillo en su frente, llenándome de su sangre, antes incrustárselo más al impactar contra el piso.

Después de eso, tengo libre acceso a la casa.

Había olvidado lo mucho que extrañaba la sensación de la sangre cubriéndome. La humedad pegajosa, cálida y sucia. No puedo evitar deslizar mis dedos por la tela del sofá blanco de la sala, ensuciándolo de un espeso y concentrado rojo, antes de tomar la vara de hierro para las brasas de la chimenea e incrustar su punta en el cuello del siguiente hombre de los Morello que veo. Tengo un arsenal de armas en mi mochila, pero no quiero ser ruidoso. No aún. Cuando el sonido del primer disparo resuene, mi tiempo para escapar será limitado. Me dirijo a la cocina en búsqueda de un par de cuchillos que entierro en los pechos de mis siguientes víctimas, dándole fin a su seguridad, lo que me lleva a deducir que quizás se quedaron sin dinero después de la explosión del contenedor de droga en el que invirtieron. Los he estado observando desde que salí de Fratello's ayer. Daniel duerme en el segundo piso con su esposa. Sus hermanos, los que todavía no se han casado y son lo suficiente jóvenes y estúpidos para seguirle la corriente y no renunciar al negocio, lo hacen en el tercero. Una parte de mí los entiende. Cuando naces en esto no puedes simplemente darte la vuelta y huir, soy el ejemplo viviente de ello, pero Arlette les dio una salida limpia. Les permitió, les pagó quién sabe cuánto por ello, retirarse de su camino antes de que fuera demasiado tarde y hubiera bajas en su familia.

Antes de que alguien como yo apareciera.

Daniel Morello se incorpora bruscamente cuando oye el sonido de la puerta abriéndose, pero le disparo antes de que tenga la oportunidad de ver quién soy, dejando un poco atractivo agujero entre sus cejas. Me limito a golpear la frente de su esposa con la culata de mi arma. Tras tomar otra de mi mochila, me enfrento a los hombres armados del tercer piso. Los únicos que quedan.

Cavalli © (Mafia Cavalli ll)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora