CAPITULO 1: ¡Mi Puesto! ¡Tú Mueres!

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Un avión. Nunca había volado uno.

Esta era mi primera vez y debo decir que nunca, en toda mi vida, me imaginé que mi primer vuelo sería para escapar de un sicario. Un homicida.

Había imaginado, soñado muchas veces con ir a playas paradisiacas, conocer la isla Jeju, tal vez Japón con su deslumbrante tecnología y mi visita obligada a Akihabara para saciar mi hambre de videojuegos...pero no esto.

Con veintisiete años de edad, yo Byun Baekhyun me encontraba volando de incógnito, disfrazado de mujer (no pregunten el porqué, ya lo sabrán, ahora me da migraña recordarlo), como parte del Programa de Protección de Testigos por haber visto un asesinato.

Un jodido asesinato llevado a cabo por un jodido sicario.

Lo mejor de todo, es que no tenía idea a donde iba.

No quisieron decirlo.

"Lo sabrán cuando lleguen"

Eso es lo que nos habían dicho.

Si, "nos".

Para mi buena o mala suerte, no había sido el único testigo de aquel asesinato.

No. Esa noche había alguien más conmigo. Park Chanyeol.

Alto, perfecta dentadura por años de ortodoncia o miles de wons gastados en carillas (no sabría decir cuál de las dos opciones era, todo es tan falso en Corea que ya me es difícil diferenciar lo natural), grandes ojos y piel perfecta, todo teñido por su personalidad. Altanera y desagradable. Uno de esos bichos raros que creen que está por sobre ti solo por tener más dinero y posición social, una estupidez si me preguntan, y que hacían de Park Chanyeol un punto más a agregar a mi lista de "Eventos desafortunados y horribles acontecimientos".

De verdad, hasta ahora me preguntaba porque me levanté esa mañana y no me quedé en mi cama para siempre. Al menos mi vida sería más tranquila y no lo que era ahora.

¡Un maldito dolor de cabeza!

Supongo que en este punto se estarán preguntando qué sucedió, como llegué a esto, pero sobre todo: Cómo me involucré con ese tal Park Chanyeol.

Pues bien, todo comenzó hace unas cuantas hora atrás, para ser más precisos el día de ayer.


***


Eran las nueve de la noche cuando entré a una cafetería cualquiera en busca de un poco de calor y comida. Había pasado todo el día caminando de un lado a otro en busca de trabajo y me encontraba agotado tanto física como psicológicamente. Mi búsqueda había sido en vano, al parecer nadie tenía ánimos de contratarme y para peor de males, no había comido nada en todo el día para ahorrar algo de dinero.

Necesitaba cuidar mi dinero si es que quería llegar a pagar la renta a fin de mes. Aunque como iban las cosas, tal vez mi mejor opción sería terminar mi arriendo e ir a vivir con algún amigo.

Negué con la cabeza ante aquella posibilidad.

Aún era muy pronto para rendirse y era mejor vivir en el presente. Un presente con un estómago rugiendo de hambre, pies cansados y unas ganas enormes de tirarme al piso y no levantarme nunca más.

Superando el cansancio y la necesidad de tirarme en el piso de la cafetería (y arriesgar a que el guardia me echara), me sujeté con fuerza a mi dignidad y compré un muffin de zanahoria y nueces para al menos saciar con eso mi hambre. Bien, no lo saciaría, pero al menos callaría mi ruidoso estómago y el dulce siempre iba bien. ¡Viva el azúcar!

Tú, Yo y el Sicario [ChanBaek/BaekYeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora