CAPITULO 17: La Mañana Siguiente

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Pesado, como de plomo, así sentía mi cuerpo entero. Mi mente en cambio estaba zambullida en una densa neblina gris. Traté de moverme, en un intento de despejarme un poco y saber dónde estaba y que hora era.

Mi cuerpo no respondió.

¿Alguna vez le has pasado que son conscientes de que están despiertos, pero igual no pueden moverse?

Escuché un pitido cerca de mi oído. Mi alarma pensé.

Con pesadez y pereza, logré mover apenas mi mano y apagar aquel ruido. Debía levantarme y salir a correr, ejercitarme...pero no podía, el sueño era demasiado y me tironeaba una y otra vez a quedarme ahí tendido en ese mullido y cálido lugar, durmiendo.

Solo unos cinco minutos más y me levanto, me dije, mi único pensamiento antes de caer nuevamente rendido.

Entre medio de mi sueño tuve la sensación de escuchar unos pasos a lo lejos, el movimiento de una puerta al cerrarse, nada que hiciera realmente necesario abrir mis ojos y despertarme.

Estaba relajado y cansado a la vez.

Cuando volví a despertar, esta vez la luz entraba a raudales por la ventana. Llevé mi brazo hacia mis ojos, la pereza aún del sueño cargada en mis parpados, pero al menos tenía mayor movilidad y control de mi cuerpo.

Suspiré, sintiendo un peso sobre mi pecho.

Abriendo los ojos con lentitud, dejé que la luz me cegara unos segundos antes de poder enfocar correctamente y encontrarme con la increíble visión del muy desnudo cuerpo de Baekhyun encima de mí, durmiendo como si fuera su bendita cama, la sabana cubriendo apenas la curvatura de su grandioso trasero.

Los recuerdos vinieron en oleadas contra mi cabeza, las imágenes, las palabras, su cuerpo sudoroso contra el mío, todo de forma tan sucesiva e impactante que necesité tomar una inhalación profunda para poder asimilarlo todo.

- ¡Maldición!- fue todo lo que logré mascullar en silenciosas palabras, mientras pasaba la mano por mi cara.

Por algo era que había decidido no volver a tomar. ¡Había hecho el ridículo!

Mi resistencia apestaba y con solo un poco de alcohol me desinhibía completamente saliendo ese horrible y fastidioso lado romántico y alocado que tanto odiaba. Cualquier cosa que pasara por mi cabeza salía sin control. Odiaba ese estado, sobre todo porque me dejaba en vergüenza y siempre terminaba siendo la burla de mis amigos porque perdía mi estilo serio y educado y pasaba a ser...un idiota. Un gran gigante estúpido que hacía malabares, actuaba y hablaba las cosas más inimaginables que podían haber.

Lo peor, Baekhyun lo había visto todo.

Por un instante quise golpear a Jongdae. Él y su maldita cerveza eran los causantes de esto.

Él y su paseo en bote con conversaciones...incomodas.

Suspiré recordando nuestra conversación. Nunca pensé que sus palabras me afectarían tanto. Que me sentiría afligido, hasta ansioso ante la sola posibilidad de ser separado de Baekhyun. Si me hubiera dicho lo mismo hace semanas atrás cuando recién llegamos, habría sido el primero en tomar ese avión a donde fuera, pero ahora simplemente me parecía imposible. Había sucumbido ante mi propia debilidad y había terminado bebiendo para borrar ese amargo sentimiento...

Jongdae no tenía la culpa de querer mantenernos a resguardo, ni tampoco de que yo fuera incapaz de contener todo.

Suspiré resignado.

- De verdad has puesto mi mundo de cabeza, Baekhyun- susurré, pasando mis dedos por su cabello, el aroma de su champú llegándome con fuerza. Vainilla y berries...a flor y a frutas.

Tú, Yo y el Sicario [ChanBaek/BaekYeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora