CAPITULO 22: Locura y Fuego

242 42 10
                                    


Esto no podía ser. Esto no podía estar pasando.

Z.Tao no podía estar aquí. ¡No ahora!

Sentí mi corazón pegar un brinco contra mi pecho y luego detenerse, igual que mi cerebro.

Retrocedí un paso instintivamente, pero antes de que pudiera si quiera intentar escapar, Z.Tao me estampó un puñetazo en la cara mandándome directo al piso. El dolor explotó en mi mejilla, igual que los puntitos de colores que comencé a ver, Z.Tao cerrando la puerta, entrando como si nada a nuestra casa.

Nuestro refugio.

- Me lo debías- me dijo, mirándome desde arriba un brillo siniestro en sus ojos- Me lo debías Baekhyun

Abrí los ojos con pánico. Sabía mi nombre.

Esto ya no era simple coincidencia.

Me quejé audiblemente cuando su mano agarró mi cabello levantando mi cabeza, Z.Tao agachándose a hasta quedar a mi altura para tenerme más cerca, sus ojos mirándome letales, fríos. Igual que esa noche. Pasó sus dedos por la comisura de mi labio y luego los miró con atención, moviéndolos mientras veía mi sangre manchar las puntas.

- ¿Sabes cuánto esperé ver esto?- me preguntó, sus ojos en mi sangre, yo sintiendo el sabor metálico de mi labio partido en la boca. Sonrió- ¿Cómo podrías saberlo? Como podrías saber cuántas noches llevo planeando su muerte, imaginando sus gritos, su sangre... ¡Y tú lo arruinas!

Cerré los ojos instintivamente, mi cabeza estrellándose una vez más contra el piso, su mano viajando hasta mi cuello, ahogándome, yo llevando mis manos por inercia hacia el mismo lugar tratando de zafarme de su agarre, el tibio calor de la sangre recorriendo ahora mi frente.

- ¡Tú maldito marica! ¡¿Por qué no pudiste mantener tu traje de puta un día más?!- me gritó, prácticamente me escupió, sus ojos con un brillo desquiciado, yo moviéndome, temblando entre sus asesinas manos como una lagartija.- Sólo unos días y los tendría para mí, quemándose como debieron hacerlo ese día en el departamento, el fuego apagando sus traidoras palabras ¡Porque eso son! ¡Unos putos traidores!- la ira brilló en sus ojos, su mano apretó más dejándome ya sin aire- ¡De nuevo tendré que improvisar porque ahora tu novio decidió ir a comprar!

De un solo movimiento me levantó como si no pesara nada, separándome unos centímetros del piso antes de volver a tirarme contra él, mi cuerpo dando un golpe seco, Z.Tao liberándome finalmente de su agarre. El aire quemó al entrar por mi garganta, tosí incontrolablemente, las lágrimas empañando mis ojos, mientras intentaba recuperar el aliento.

Vi a Z.Tao moverse a mí alrededor, murmurando, yo demasiado mareado para intentar algo como escapar.

- Si, tendré que cambiar algunas cosas, sí.- lo escuché susurrar antes que sus ojos se posaran nuevamente en mí. Temblé, intenté moverme, pero él ya estaba a mi lado una vez más, agarrando mis muñecas con habilidad- Sí y tú me ayudarás en eso, eres la perfecta carnada. Quédate tranquilo y haz bien tu papel de damisela en apuros, ¿de acuerdo?

¿Damisela en apuros?¿En qué estaba pensando?

Quería negarme, quería gritarle, pero mi garganta aún estaba rasposa, el miedo aun turbándome, mi cuerpo temblando en respuesta. No sabía lo que estaba tramando, pero estaba seguro de una sola cosa.

Z.Tao había perdido la cabeza.

Sin cuidado, me tomó de un pie y comenzó arrastrarme hacia la habitación, yo entrando en pánico. Intenté en vano aferrarme al piso de madera con mis uñas, estas sin poder clavarse a la superficie. Desesperado me retorcí lo más que pude para oponer resistencia, para demorarlo, para hacer tiempo hasta que Chanyeol llegara y...

Tú, Yo y el Sicario [ChanBaek/BaekYeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora