—no puedo creer que me hayas privado de conocer a esta criaturita durante tanto tiempo—Debbie decía, exagerando por supuesto ya que apenas se enteró de la existencia de Bella hace cómo dos semanas.Si bien la niña estaba enferma, la había llenado de medicamentos antes de salir. De esa forma me aseguraba que estuviera tranquila durante nuestra estancia en la mansión.
—pero ahora que la conoces no creo poder separarla de ti—contesté regresando a la realidad. Era cierto, mi hija se le pegaba a la mujer cuál garrapata y lo mismo parecía estar ocurriéndole a Deborah.
Perrie no parecía estar en la casa, por lo que no me molestó dejar a la pequeña correteando por todo el lugar. Era una niña agradable, estaba segura de que la mujer mayor ya se había enamorado de ella. También con esas pestañas onduladas y enormes cachetes debías de ser ciego para no perderte en los encantos de mi hija.
—¿qué vas a querer de cenar?—me dirigí a Debbie, pues se había pasando la tarde jugando con mi hija y quería compensarle eso de alguna forma.
—no te preocupes por mi linda, comeré lo mismo que Bella—la mujer contestó, sorprendiéndome ya que no sabía que nuestra invitación se extendía a la cena. Mi plan inicial era entregarle la comida e irnos.
—nuggets de dinosaurio—al instante contestó mi hija, dudaba mucho que tuvieran de esos aquí.
—estás de suerte mini Thirlwall, a mi hija le encantan y estoy casi segura de que quedaron unos cuántos en la nevera—la madre de Perrie contestó. No pude contener la risa con su comentario, la chica dura que aparentaba ser en la escuela se alimentaba a base de comida para niños.
Seriamente, cómo Perrie Edwards, la mujer que atemorizaba a todos en el colegio y vestía cómo si todos los días tuviera un funeral distinto podía ser alguien que disfrutaba de esa tipo de comida y no de sangre humana. Cada día me sorprendía un poco más.
—¡yay! ¡nuggets!—la pequeña niña gritó, haciendo reír a Debbie. Estaba segura de que si a mi hija le ofrecían elegir entre un par de nuggets y yo, lamentablemente perdería. Bella amaba su comida, tal vez demasiado.
Me dirigí a la estantería por un momento, observando que no había pasta. Isabella siempre acompañaba los nuggets con pasta, por lo que tendría que hacer un corto viaje a la tienda. Antes de irme le pedí a Debbie que la vigilara por un par de minutos, así cómo a la niña que se negó a acompañarme le supliqué que se portara bien. De todas formas lo haría, pero no perdía nada con recordárselo.
El lugar de comestibles se encontraba a una calle de distancia, no tardé más de diez minutos en ir y volver con el ingrediente faltante. Para mi desgracia, cuando regresaba a la entrada de la casa me topé con la rubia, quién al parecer también venía llegando. Generalmente no pasaba tiempo en la casa pero ya había anochecido, supuse que era común en ella llegar a esta hora.
—y-yo traje la cena—le mostré la bolsa con comestibles y en un instante se hizo a un lado, no sabía que Edwards era tan caballerosa cómo para dejarme pasar en primer lugar.
—bien—Perrie se limitó a decir.
Ambas entramos a la casa, teníamos un mismo destino y era la cocina. Una pequeña que conocía bastante bien se acercó corriendo a mi apenas me vió cruzar por la puerta, pidiéndome cargarla cuando estuvimos frente a frente. Terminé de hacer mi camino hasta la despensa con Bella apoyada en mis caderas. La Perrie que aparentaba ser una chica ruda miraba intrigada la situación.
—¿se supone que ahora somos una guardería?—casi al instante de soltar ese comentario venenoso ella se tropezó con uno de los juguetes de Isabella, creo que podía definirse cómo un perfecto karma.
—Perrie—Debbie reprochó —si no vas a ser amable entonces no estás invitada a la cena—la señora Edwards concluyó, jamás pensé que se pondría contra su propia hija por mi.
—deberías quedarte, estoy preparando nuggets de dinosaurio, tus favoritos—le dije con un tono sinico , trataba a su vez de ser lo más sería posible. Todavía me causaba gracia la situación.
—¡nuggets!—Isabella dijo, haciendo reír a la mayor de la familia Edwards. Hasta ese momento la pequeña había estado escondiendo su rostro en mi pecho. Al parecer Perrie no le agradaba, y presentía que el sentimiento era mutuo.
Perrie no dijo otra palabra, sino que se dispuso a recoger los bloques que mi hija dejó esparcidos por todo el piso. Estaba de espaldas y me daba una buena vista de su trasero. Seguramente sintió cómo me la estaba comiendo con la mirada, por ello una vez que todos los bloques estuvieron sobre la mesa caminó dando zancadas hacia mi persona.
—¿te gusta lo que ves?—susurró en mi oído derecho antes de disimuladamente morder el lóbulo de mi oreja. La situación era completamente inapropiada, Debbie estaba a unos centímetros y podía descubrirnos en cualquier momento. Además todavía me encontraba cargando a mi hija en el lado izquierdo de mi cuerpo, ¿qué clase de madre y ejemplo sería para ella si sucumbía ante mis deseos?
tuve que soltar una de las manos con las que cargaba a Bella y agarrarme del mostrador, mis piernas flaqueaban pero no pensaba demostrarle lo mucho que sus palabras me habían afectado.
—¿te gustan los nuggets en forma de dinosaurio? eso si que es caliente—susurré frente a sus labios, en lugar de besarla continué hablando—para una niña de tres años—entonces me alejé.
Minutos más tarde la cena estuvo servida, me tomó un poco más de lo que esperaba ya que solo contaba con un brazo disponible para hacer todas las tareas. No me molestaba cargar a Bella mientras cocinaba, me encantaba pasar tiempo con ella tan cerca de mi cuerpo y si el precio era un brazo adormecido entonces no me importaba.
El primer plato que serví iba dirigido a la señora Edwards, la mesa en dónde acostumbraban comer era redonda, por lo que la tenía a mi costado. El segundo plato le fue entregado a Perrie por mí, ella se sentó al frente. Supuse que quería tenerme observada por alguna razón. Finalmente me senté enfrentada a la rubia, con Isabella asentada sobre mi regazo. Sin perder ni un minuto comencé a cortar toda la comida de mi plato en pequeños trozos, a la niña que estaba criando no le gustaba comer cosas frías.
Bella nunca terminaba su plato, usualmente yo era quién comía sus sobras. Excepto cuando se trataba de sus preciados nuggets en forma de dinosaurios, ella podía comer un paquete entero sin cansarse. No quise lucir cómo una aprovechada, cenaría en casa si es que no volvía muy agotada.
—Mira lo preciosa que es Bella—Debbie se dirigía a su hija—Tú y Jonnie son un par de egoístas por no darme nietos—la mujer sentenció.
Perrie obedeció a sus palabras y admiró a mi hija durante un rato, mis mejillas se enrojecieron al pensar que su mirada estaba fija en mi, bueno tecnicamente en mi hija. Me preocupaba eso mismo, ya que con un simple vistazo se podía observar que era una copia mía.
—¿quiénes son sus padres?—me preguntó, aunque en el fondo creo que ya tenía una idea de cuál iba a ser la respuesta.
—yo..—era el momento, supongo que tenía que decirle toda la verdad—ella es mi...—
—sobrina—Debbie me interrumpió, salvando por completo la situación.—Isabella es la sobrina de Jade—mi empleadora explicó.
No entendía por qué la mayor del clan Edwards me habían ayudado, sin embargo no bastó más que una sonrisa de mi parte para agradecerle. No quería que Perrie supiera la verdadera identidad de la niña y había encontrado a alguien que estaba dispuesta a cubrirme.
ESTÁS LEYENDO
Inevitable. | Jerrie
ФанфикInevitable era el momento en el que estos dos polos opuestos no fueran a chocar. La pregunta es si lograrían sobrevivir al desastre que juntas ocasionaran