—te voy a extrañar demasiado—le hablé a Leigh-Anne—¿no hay forma de hacer que te quedes?—incluso le hice un puchero.—prometo venir a verlas todos los días —mi amiga me dedicó una media sonrisa, en realidad actuaba cómo si ella se fuese a vivir a Alaska cuando sólo se mudaba a la calle de en frente—no vas a extrañarme mucho porque nos veremos en el colegio, y unas horas más tarde en la fiesta de Jed—sus palabras eran ciertas, aún así me dolía que ella se mudara.
Lamentablemente el viernes había llegado, lo que significaba que era la última mañana en la que viviría con Leigh. Si, ella había prometido cientos de veces que vendría a vernos. Sin embargo yo sabía la verdad, sus padres me odiaban porque y cito "alguien con un bebé a esa edad no puede ser una buena influencia", y ahora que todos se reconciliaron dudaba mucho que la dejaran seguir continuando esas visitas.
Dejé que la chica del afro llevara a Bella a la guardería por una última vez, supuse que la "tía" quería tener una despedida apropiada. Hoy tenía práctica con las porristas, por lo que debía llevar el uniforme de las mismas. Cómo era la capitana, al contrario del resto de las chicas yo si podía usar el cabello suelto.
Antes de abandonar el edificio decidí pasarme por el departamento de Sonia, quién después de una larga charla resultó ser Sandra en realidad. La ya canosa mujer aceptó gustosa el cuidar a mi niña, empezando hoy mismo. Lo que significaba que yo podía asistir a la fiesta al menos por un par de horas.
Alegre, me dispuse a caminar hasta el instituto. Tenía auto, pero siempre había preferido usar mis piernas. A medida que me aproximaba a los pasillos no dejaba de recibir comentarios cómo "lindas piernas" o "te ves bien Thirlwall" que para nada me molestaban.
De camino me encontré a Jed, quién deambulaba por los pasillos. El de los ojos claros se puso más que feliz al escuchar que yo asistiría a su fiesta. Le pedí que me enviara su dirección por teléfono, ya que seguramente no iba a cruzarmelo en el resto del día.
Las clases se pasaron volando, las materias que me tocaban ese día por suerte no eran aburridas. Seguramente se pregunten por una de mis compañeras en específico. Perrie había entrado a la clase, sin embargo durante toda la mañana se había reservado sus comentarios acerca de lo que pensaba sobre mi. Quizás mi beso la había afectado mucho más de lo que yo creía.
Sabía que ella era una antisocial, por lo que no tenía muchas esperanzas de que la rubia asistiera a la fiesta. También era de mi conocimiento que era una muy buena amiga de Jed, lo que nuevamente activaba mis esperanzas de poder burlarme un poco de ella en un par de horas.
El timbre sonó indicando que era el fin de las clases al menos por ese día, para mi desgracia este no era el fin de mi jornada. Tomé una gran bocanada de aire antes de dirigirme a las canchas que era dónde se realizaban las prácticas.
El equipo completo se encontraba allí esperando por mi llegada. Ariana que era la segunda al mando y podría decirse que mi mano derecha, no tardó en informarme que durante mi ausencia una chica nueva se había sumado al equipo. Debo admitir que me sorprendió un poco que se tratara de la supuesta novia de Leigh Anne.
No iba a darle preferencias sólo por ser la novia de mi mejor amiga, si pensaba ser una animadora entonces tendría que ganarse su puesto como todas. Por eso la mandé a la base de la pirámide, si sus movimientos eran lo suficientemente buenos quizás podría tomar el lugar de Ariana en el centro, mientras tanto tendría que conformarse con ser invisible cómo el resto.
Le mostré a las chicas mi propuesta para las regionales, que consistía en una rutina bien elaborada de gimnasia. Todas, a excepción de Jesy, me alabaron por ella. Era desafiante al no estar de mi lado, sin embargo se lo dejé pasar porque era su primera vez. Esperaba que con el tiempo aprendiera que, al menos dentro del campo, se hacía lo que yo decía.
Unas dos horas más tarde ya había logrado que las animadoras se aprendieran la coreografía al derecho y al revés. Dando así por terminada la práctica. Eran al rededor de las tres de la tarde cuando me dí cuenta de que estaba llegando tarde para retirar a Bella de la guardería.
Le mandé cientos de mensajes de texto a Leigh para preguntarle dónde rayos andaba, quizás tenía algo de suerte y ella seguía en el instituto. Ni siquiera me di cuenta el que momento choqué con una persona, el impacto fue tan fuerte que mi teléfono fue a parar en el suelo.
—¡fíjate por dónde mierda vas!—En el mismo instante reconoci aquella gruñona voz.
—¿y tú para qué te metes en mi camino?—no iba a dejar que me hablara de esa forma, mucho menos después de lo de ayer.
la rubia ignoró por completo mi comentario y luego vió el artefacto que desgraciadamente había aterrizado en sus pies—¿a la princesita se le cayó su teléfono?—pensar que ella sería generosa y recogería mi teléfono sonaba más bien a un sueño.
La conocía lo suficiente para saber que no era ningún caballero, sin embargo ella tomó mi teléfono entre sus manos. Cuando pensé que iba a entregármelo, su brazo cambió de dirección y terminó arrojándolo contra los casilleros. Un "oops" salió de sus labios con ironía. No me quedó de otra más que correr hacia él, no pudiendo hacer más que maldecirla al darme cuenta de que mi teléfono estaba hecho pedazos.
—Esta me la pagas, Edwards—le grité particularmenge a nadie mientras corría lo más rápido que mis piernas me lo permitían, nuevamente el altercado había causado que me olvide por completo de Isabella.
Para mi fortuna me encontré con Jed en el estacionamiento, quién no dudó en llevarme a la dirección que le había indicado. El viaje fue rápido, ya que así se lo había pedido a mi amigo.
Al llegar prácticamente sali a tropezones del auto, una de las maestras me esperaba en la puerta con Isabella de las manos. Me disculpé cientos de veces con la mujer, prometiéndole que la situación no se repetiría.
Bella se prendió a mi cuerpo en el instante en que me vió, no le importó ni un poco dejar su mochila tirada en el suelo, la cuál luego tuve que recoger. Ver la cara de mi preciosa niña había bastado cómo para alegrar nuevamente mi día.
Segundos más tarde me percaté de que Jed se encontraba viendo toda la situación, ahora debía dar bastantes explicaciones. En especial desde que la pequeña me había llamado mami como cincuenta veces en menos de un minuto.
—se que tienes miles de preguntas—me dirigí a Jed—pero hace un rato Perrie rompió mi teléfono y la verdad no estoy de humor—le expliqué—por lo que sólo te la voy a presentar—
Bajé a la niña de mi regazo y ella no tardó en correr para abrazarse justo en las piernas del castaño. El la recibió con todo gusto, cosa que me alegró.
—Isabella Thirlwall—la niña me miró —te presento a mi amigo Jed—estaba convencida de que ella no entendía lo que le estaba diciendo, sin embargo me sonreía —Jed—nuevamente hablaba con mi amigo—te presento a Bella, mi hija—
—ahora que conozco la situación, todavía quiero pasar a recogerte para la fiesta—me guiño un ojo—¿qué tal a las ocho?—mi amigo no se pensaba dar por vencido.
—no me lo perdería por nada en el mundo—le regalé una sonrisa.
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Inevitable. | Jerrie
FanficInevitable era el momento en el que estos dos polos opuestos no fueran a chocar. La pregunta es si lograrían sobrevivir al desastre que juntas ocasionaran