14. Perdoname por preocuparme por ti

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Era lunes por la mañana y cómo siempre tenía que hacer mi rutina diaria, el mes ya casi concluía lo que significaba que los profesores de repente se pondrían más estrictos porque se terminaba el período que consideraban de adaptación.

Me sentía algo paranoica por la amenaza de Jed, sin embargo no tenía tiempo para esas cosas. En lo único en lo que debía concentrarme ahora era en sacar las mejores calificaciones posibles, educar sola a una niña y cuidar a Debbie. Nada ¿cierto?. No sé cómo pero estaba segura de que podría con todo, siempre lo hacía.

Hoy no entrenaba con las porristas, sin embargo me puse el uniforme sólo para recordarles a todos quién era, prácticamente la persona que mandaba en aquel instituto.

Los niños me querían cómo su novia, las niñas querían ser yo, a los profesores les encantaba, todo el mundo me amaba y planeaba que las cosas siguieran de ese modo. Aún si eso significaba perderme a mi misma.

Isabella no me dió muchos problemas ese día, a excepción del pequeño berrinche que hizo antes de salir porque extrañaba a su tía Leigh. Me rompió el corazón, sin embargo si la chica del afro no nos visitaba era por algo. Ese algo claramente eran sus padres y yo no pensaba interferir entre ellos. Después de todo ya le había causado suficientes problemas como para toda una vida.

En la primera hora tenía clases de filosofía y aunque la materia me parecía de lo más interesante, la profesora era de lo más insoportable. Pensé en molestar a Leigh-Anne ya que compartíamos la clase, sin embargo mi idea se vió descartada cuando noté lo concentrada que mi amiga estaba en su teléfono.

Estaba demasiado aburrida y por eso decidí levantar la mano, al instante la figura de autoridad me concedió el permiso para ir al baño. Por supuesto que lo usé para deambular por todos los pasillos del colegio, dos veces.

Iba de regreso cuando noté que habían personas en el patio, me llamó la atención quienes eran los arriesgados que buscaban una sanción. Generalmente si te saltabas una clase tenías que irte del establecimiento ya que si te encontraban en el mismo ellos podían suspenderte.

Decidi acercarme un poco para ver de quiénes se trataba, después de todo los libros y la anciana mujer que dictaba clase no iban a extrañarme.

Caminé lentamente por las afueras del patio, de ese modo mantenía una distancia prudente entre la pareja que se devoraba la boca el uno al otro.

De repente tuve que detener mi pequeña caminata, porque no podía creer lo que estaba viendo. Por suerte no llevaba ningun objeto ya que estaba segura de que lo habría volteado de la sorpresa. Era ella, Jessica Luise Nelson le estaba devorando la cara a Jed. Pero ¿cómo? se supone que Leigh-Anne y ella estaban saliendo.

A menos que Jessica la estuviera engañando, oh esto no iba a quedarse así. Tenía que contarle ya mismo a mi mejor amiga, se me ocurrían cientos de formas en las que podíamos vengarnos y hacerle pasar un mal rato a la reciente porrista. Es más, si teníamos suerte se cambiaría de colegio cuanto antes y podríamos fingir que esto nunca pasó.

Admito que en este momento me hubiese encantado tener un teléfono para poder documentar lo que mis ojos acababan de ver. De haber sabido todo lo que se aproximaba, en definitiva le habría pedido sus cámaras a los miembros del club de fotografía. Por desgracia no lo hice.

Regresé prácticamente corriendo al aula, en dónde la maestra me regañó por demorar. Tomé asiento en mi lugar habitual, que quedaba a dos pupitres de distancia de los de mi mejor amiga.

Estaba lista para hablarle cuando el timbre sonó, indicando el inicio de nuestro primer receso. Por ello no perdí tiempo y sujeté fuerte la mano de Lee-Lee, arrastrándola conmigo hacía el baño lo más rápido que mis pies me lo permitían.

La chica del afro me miró con curiosidad, sin embargo su expresión se borró en cuanto nos quedamos a solas en el tocador. Fue entonces que decidí hablar, ya que después no creía atreverme.

vi a jesy y jed besarse en el patio—le dije demasiado rápido, cerrando los ojos y esperando que mi mejor amiga no se enojara conmigo por lo que acababa de revelar.

—¿qué?—Leigh preguntó como si no hubiera entendido ninguna de mis palabras.

tu novia y jed, se devoraban cómo si de ello dependiera sus vidas—repetí, con menos nervios en esta oportunidad.

eso es imposible—su rostro se frunció—Jesy es lesbiana, Jade—pareció intentar razonar conmigo—además no es capaz de hacer algo así—en este punto no se si trataba de convencerme a mi o se lo decía a si misma.

pero yo los vi—traté de hacerla razonar, sabía que la tal jessica le gustaba mucho, sin embargo no iba a dejar que ella ni nadie jugara de esta forma con mi amiga.

lo dices porque estas celosa—se negó a escucharme—jess me lo advirtió, estás celosa porque ya no eres la única prioridad en mi vida—escupió

—¿sabes qué? olvídalo —tomé mi bolso— y perdoname por preocuparme por ti—me fui corriendo.

A medida que avanzaba me di cuenta de que ella no me perseguía, lo que eventualmente termino por enfadarme aún más. Pero supongo que estaba bien, si quería tirar años de amistad a la basura por una cualquiera entonces era su problema.

La realidad es que no necesitaba a Leigh-Anne, no necesitaba a nadie. La única persona a la que requería en mi vida era a mi hija, el resto podían irse a la mierda. Después de todo tarde o temprano terminarían por pagarme con la misma moneda con la que lo hizo Leigh.

Yo sólo quise ser buena amiga y avisarle lo que había visto y miren cómo me paga. Supongo que eso es lo que gano por encariñarme con alguien, sufrimiento.

Inevitable. | JerrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora