23. Un verdadero dueto

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Jueves por la mañana, el día empezó tranquilo como cualquier otro. Hoy era la presentación de nuestro proyecto a dúo con la rubia, por un lado me alegraba saber que nos desocuparíamos de la materia pero por el otro, encontraba particularmente deprimente el hecho de no tener otra excusa para pasar tiempo con Perrie.

Terminé de rizarme las pestañas y sonreí al espejo con aprobación, quizás hoy era mi último día sobre la tierra gracias a las amenazas de Jed pero de alguna forma no parecía importarme, lo único que rondaba mi cabeza de momento era aquella rubia de ojos azules que ayer había cenado nuggets de dinosaurio junto a mi hija.

Yo no quería a las personas, las utilizaba. Y sin embargo creo que ella había sido capaz de romper todas mis armaduras, quería a Perrie, aún si no era capaz de admitirlo.

Tener sentimientos por la rubia no era tan malo. el verdadero problema es lo que esos sentimientos traían consigo; el miedo. No sabía cómo Perrie reaccionaría ahora que sabía la verdad sobre lo que su mejor amigo hacía, tenía miedo. Mucho miedo de perderla. Apenas habíamos logrado acercarnos y ya sentía que en cualquier momento me la podían arrebatar. Es por esto que no dejaba que las personas se acercaran demasiado a mi, me aferro demasiado a ellas y siempre termino lastimada.

Dejé de lado mis pensamientos y continué con mi rutina habitual, volviendo a divagar una vez que había dejado a Bella en su instituto. Sin darme cuenta ya estaba en la puerta del salón de música, en dónde tendríamos nuestra primera clase.

Me senté al final del salón para seguir pérdida en mis pensamientos, en momentos cómo este extrañaba tener un celular.

Perrie entró corriendo al aula minutos más tarde, su ceño estaba fruncido pero se relajó un poco al verme.

—¿Estás bien?— me preguntó, asentí como respuesta sin entender a lo que se refería. No estaba nerviosa por nuestra presentación, ya había cantado frente a otras personas antes.

—¿Tú estás bien?— pregunte, tenía una ceja levantada con curiosidad respecto a este interés de repente que mostraba la rubia.

Supongo que no te detuviste a ver los pasillos— La ojiazul respondió, ignorando totalmente lo que le había preguntado.

Siendo honesta no sabía de lo que hablaba, sin embargo tampoco pude preguntarle más al respecto ya que la maestra ingresó al salón y rápidamente comenzó con los anuncios previos a cada presentación.

No pasó mucho tiempo para que la docente dijera nuestros nombres, era la hora. Hasta hace cinco minutos este proyecto era todo lo que ocupaba mi mente, eso claro hasta la llegada de la rubia. No entendía a qué se refería y la curiosidad me mataba. Para entrar así de preocupada al salón la cosa debía ser seria, sólo esperaba que esto termine rápido para así poder preguntarle a ella.

El sonido que emitía la guitarra de Perrie rápidamente comenzó a llenar cada rincón de la habitación y mi voz no tardó en acompañarla. Había algo en esta canción que simplemente hacía que en mi estómago crecieran mariposas, quizás y sólo quizás se debía a la persona que me acompañaba a cantar cada estrofa.

El momento fue mágico pero corto, hubiese dado mi vida para quedarme unos instantes más junto a la rubia y su voz tan divina. Verla cantar con tanta pasión aquellos versos mientras me miraba a los ojos me resultaba totalmente letal, estaba rendida a sus pies y creo que ya no había forma alguna de poder negarlo.

"Un verdadero dúo, eso es lo que parecen. Si me dijeran que son profesionales dedicadas a esto lo hubiese creído totalmente " fueron las palabras que la docente utilizó para comenzar a elogiar nuestra presentación, la realidad es que era cierto. Nuestra canción le sacaba cabezas a todos los proyectos que habían sido presentados con anterioridad, además, nuestras voces sonaban excelente juntas.

Finalmente teníamos la materia aprobada y pude sentir como perdía un peso de encima, además, como eramos el último grupo no pasó mucho tiempo para que el timbre que indicaba el final de la clase sonara.

Salí corriendo del salón para ver qué es lo que Perrie había visto en los pasillos que la conflictuaba tanto. Cuando llegué no pude creer lo que mis ojos veían, el lugar estaba repleto de posters y fotografías mías junto a Isabella.

"¿De verdad quieren a una perra mentirosa como presidenta? y MILF Jade" eran algunos de los emblemas que caracterizaban a estos carteles.

No tuve que unir muchos cabos para saber que Jed y Jesy estaban detrás de esto, probablemente la última había robado las fotografías de mi casa aquel día que se le apareció de sorpresa a Leigh-Anne.

Lamento que veas esto—Perrie se me apareció por detrás, su expresión facial era triste.

—¿Por qué lo lamentas? Tú no fuiste quien pegó estos estupidos carteles— le digo, intento sonreír pero parece más una mueca.

Mi mayor miedo se volvió realidad en un abrir y cerrar de ojos, todo el mundo sabía de Isabella y mi pequeño secreto ahora era el chisme del momento.

De repente, Jed se presentó en los pasillos, tenía una sonrisa burlona y no pudo contenerse al notar que el resto de los alumnos me hacían comentarios al respecto. Mi popularidad definitivamente estaba por los suelos y el reinado de Jade había llegado a su final.

Perrie no se aguantó y le lanzó un puñetazo luego de un par de burlas, Jed le devolvió el golpe sin importarle que estuviesen en medio del pasillo de la escuela. La pelea no duró mucho ya que uno de los directivos vino rápido a separarlos, lo que les costó a ambos un tiempo en la oficina del nuevo director.

Estaba apenada, de verdad apreciaba mucho que Perrie me defendiera pero eso le costó una suspensión ya que ella fue quién lanzó el primer golpe. Era injusto, claramente Jed la había provocado pero al director no pareció importarle y eligió lavarse las manos del asunto.

¿Que haría el resto de la semana sin la rubia?

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⏰ Última actualización: Feb 15, 2022 ⏰

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Inevitable. | JerrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora