15. Que quede claro que te detesto

512 48 5
                                    


La amante de las artes oscuras, también conocida cómo Perrie decidió voltearme el juego. Yo la había citado hoy a la tarde, ya que tendría quién cuide de Bella. Sin embargo la rubia encontró la forma de hacerme acceder a ir temprano por la mañana. Seguramente me tomó desprevenida en el momento en el que estaba vulnerable por lo de Jed, si eso fue. Para nada se trataba del hecho de que no podía negarle nada a ella.

Leigh tuvo que venir y salvarme, ya que Sandra tenía una cita con el médico por la mañana y no podía cuidar a mi pequeña. La chica del afro podría dejar a Bella con la mujer después del mediodía y así lo haría. Me sentía culpable por seguir pidiéndole favores a la chica, ella me tranquilizó diciendo que amaba pasar tiempo con su sobrina.

Le dejé todas las instrucciones a mi amiga, aunque estaba más que convencida de que ya se las sabía al derecho y al revés, y finalmente me tocó abandonar el lugar. No sin antes besar la frente de mi hija y prometerle que estaría en casa justo a tiempo para nuestro maratón de dibujos animados.

Isabella estaba creciendo muy rápido y no quería perderme ningún momento de su niñez, aún si eso significaba no tener una vida fuera de ella.

Tenía puesto un conjunto de top y falda rosados con puntos blancos, mi cabello se encontraba suelto con sus ondas comunes y el maquillaje que llevaba se veía bastante natural. Estaba acostumbrada a la misma rutina todas las mañanas.

antes de que empecemos, que quede claro que te detesto—la rubia me recibió, haciéndose a un lado para que pudiera llevar mi trasero a la sala.

yo más—no pensaba ser gentil si ella no lo era.

Saqué un pequeño cuaderno que guardaba en mi bolso, jamás había escrito una canción. Sin embargo pensé que podía escribir un poema ya que estaba acostumbrada a ellos y creí que si le ponía el tono adecuado a mi voz entonces sería lo mismo que leer mi poesía.

Tenía un par de ideas en mi cabeza y sólo las dejé salir. Al cabo de unos minutos ya tenía una idea sobre a dónde quería que se centrara la letra de la canción. Finalmente levanté mi vista, Perrie se encontraba observándome. No logré descifrar el motivo, su mirada me ponía realmente nerviosa y sabía que si continuaba de esa manera terminaría por sonrojarme. Se me ocurrió mostrarle mi cuaderno a la rubia, de esa manera ella tendría otra cosa en la cuál concentrar su atención además de mis rosadas mejillas.

entonces...¿si sabes escribir?—la mirada en su rostro era incredula, aún cuando le había probado cientos de veces que no era sólo una cara bonita.

pensé que si te gusta yo puedo hacer la letra y tú la música —ignoré completamente su comentario, no estaba aquí para discutir. Lo que menos quería era reprobar la materia a causa de ella.

Perrie yo quería saber si...—una mujer de cabellos rojos entró a la habitación, haciendo silencio al momento de verme. La conocía de vista, asistía también al colegio.

—¿si?—Perrie habló, esperando que la pelirroja terminara aquella oración.

si querías algo de la tienda—me miró descaradamente —o tú amiga—terminó.

Soy Jade—me levanté del sofá para saludarla

Scarlett—me saludó—encantada de conocerte—le regalé una sonrisa

ya vete—Perrie bufó, supuse que en dirección a la que supuse era su amiga. Aún si lo negaba ella parecía estar celosa de la atención que yo recibía por parte de la tal Scarlett.

Cuando la de los cabellos cobrizos abandonó la habitación finalmente me acerqué a la rubia, estaba curiosa de saber un poco más de su vida y se me ocurrió que la pondría a hablar. Le ofrecí jugar a preguntas y respuestas, se negó. No me importó y le hice preguntas de todos modos. Al principio me costó hacerla hablar, de todas formas con el correr de los minutos se hartó de la situación y no le quedó de otra más que responder.

Comencé haciéndole preguntas básicas, cómo su edad. Ella era un año mayor que yo. Sus padres sabían de su homosexualidad y la apoyaban completamente. No tenía novia porque claramente todos se asustaban al verla. Tocaba la guitarra, ese era un punto a nuestro favor ya que todavía teníamos la misión de terminar el proyecto. También se me ocurrió preguntarle sobre Scarlett, resultó que si eran amigas y que ella le ayudaba a cuidar a Debbie mientras hacíamos el proyecto.

No me importó que las preguntas no fueran recíprocas, ella no tenía por qué interesarse en mi. Tampoco me interesó que ella pensara que mis preguntas podían ser un poco molestas, simplemente estaba aburrida y quería molestarla un poco.

Después de lo que parecieron horas, teníamos un par de estrofas listas. Literalmente, sólo eran dos. Esto gracias a que la rubia siempre encontraba la forma de desprestigiar mis estrofas, nada la convencía y ella tampoco aportaba mucho que digamos.

Una vez que estuvieron listas comencé a cantar, pensaba que así a Perrie podía llegarle la inspiración para componer la melodía. Generalmente cuando se compone una canción se hace al revés pero con esta mujer estaba convencida de que no sería capaz de siquiera respirar hasta demostrarle que yo valía la pena. Necesitaba probarle que mis escritos eran mejores que los de cualquiera.

He might got the biggest car
Don't mean he can drive me wild or he can go for miles
Said he got a lot of cash
Darling he can't buy my love, it's you I'm dreaming of—no presumía de ser una buena cantante, sin embargo estaba convencida de que era capaz de impresionar a un par de personas con mi voz.

—They try to romance me
But you got that nasty
And that's what I want
So baby, baby
Come and save me
Don't need those other numbers
When I got my number one—continue cantando, para esta estrofa la ojiazul ya se me había unido con una preciosa melodía.

En la letra no me había inspirado en experiencia propia, por más que Perrie insistía en que si y en que tenía que contarle a quién le dedicaba esa canción. Me recordaba más bien a la historia de amor que tenían mis padres, aún cuando los primeros versos podían estar inspirados en mi propia vida.
Sin embargo, todavía estaba en mis planes burlarme un poco de la rubia. Por eso después de mucha insistencia le dije que todo era pensado en ella, que por más que toda la escuela estuviera a mis pies yo sólo la quería a ella.

Scarlett atravesó la puerta justo en ese momento, traía consigo helado y otras cosas que al parecer Debbie quería. Decidí que saludaría a la mujer antes de irme, comenzaba a extrañar sus divertidos comentarios.

La pelirroja llamó a Perrie para hablar algo en privado, no les presté mucha atención. Sin embargo comencé a oír lo que decían cuando se mencionó mi nombre en la conversación. Parece que Scarlett le pedía a la rubia permiso para salir conmigo, cosa que me causó demasiada gracia. Ella no era mi tipo, para nada. Eso no quitaba que podía fingir un poco si eso ponía celosa a la rubia.

Finalmente la de los ojos azules se instaló en la cocina, haciendo oídos sordos a las veces que la llamé para terminar nuestro proyecto. Fue Scarlett la que se me acercó y me pidió salir, le dediqué una rápida mirada a la rubia antes de asentir. Normalmente no asistía a citas, estaba segura de que Perrie había oído al respecto, por eso mismo es que no pude negarme a la petición de la chica.

Tenía una cita el próximo viernes y todo gracias a la vampiresa gótica.

Inevitable. | JerrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora