Cap 17

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Era lo último que podría encontrarme en las estancias de la directora. Es cierto que la ver a la pequeña de los Weasley impidiendo que pasara intuí que tramaban algo pero no que estuvieran usando la Red Flu del despacho de Umbridge. Es estúpido, Pero si se arriesgan tanto el asunto que tratan debe de ser de vida o muerte. Hermione tartamudeo un poco emitiendo sonidos aleatorios. Parece que no podía explicar su presencia allí. A mí no era que me importase mucho pero me sorprendía y desde luego no me iba a chivar a la cara de sapo si ese era su temor.

-No diré nada-hice saber- Pero debe de estar viniendo- informe. Inesperadamente la puerta se abrió bruscamente entrando Dolores Umbridge y apartándome de un empujón. La directora agarro a Harry del pelo y lo saco de la chimenea. Volteo su cuello en mi dirección.

- Quítale la varita- grito. Obedecí con cierto reparo-  No te olvides de ella- se refería a Hermione, la cual me miro con desaprobación. Que esperaba que hiciera? Que le dijera que no a esa mujer? Ya me tiene bastante manía como para empeorar la situación. Cojo su varita y pongo ambas encima de la mesa. En ese momento entraron Millicent Bulstrode que agarro a Granger y la inmovilizo contra la pared y Draco Malfoy que me miro estupefacto e hiso ademan de acercarse pero no lo hiso. Umbridge  le ordeno a Potter que le explicara que estaba haciendo y él le daba escusas baratas que no engañarían ni a un bebe. La mujer dejo escapar su cólera empujándolo contra su mesa. Malfoy se reía de la situación de Potter. Se oyó un alborota al otra lado de la puerta y la atravesaron mis compañeros forcejeando con amigos de Harry. Not  intentaba dominar a Ronald; Crabbe sujetaba a Longbottom por el cuello; Pansy a esa chica rara de Ravenclaw y Salazar a Ginny. Este último sonreía bastante era obvio que no le incomodaba tener a la pelirroja sujetada. Desvió su mirada hacia mí guiñándome un ojo. La risa de Draco desapareció, avanzo hacia mí y me tiro del pelo.

-Qué hacemos con ella?- pregunto. Este chico me supera por momentos, todo lo que hace carece de sentido, porque demonios la toma conmigo ahora.

-Soy de tu Casa maldito imbécil- farfulle. La directora se sentó en una pequeña silla

-Es cierto por que estabas tú aquí?-

-Usted dijo que viniera lo antes posible. Llegue segundos antes que usted, no se que pasa.- explique. No estaba mintiendo. Se aclaró la garganta.

-Es verdad la pequeña alborotadora.-hiso una pausa- Veo que el señor Potter no va  a soltar prenda así que porque no va a buscar al profesor Snape de mi parte, jovencita.Ah! y vuelva no me he olvidado de ti- agregó. Aunque no lo sabía con certeza me imaginaba la razón por la cual quería ver al profesor de pociones. Veritaserum. Una gota y confiesas hasta quien mato al Papa. Baje a toda prisa a las mazmorras. Afortunadamente no tuve que llegar hasta su oficina pues estaba subiendo las escaleras, bueno, no tan afortunada, choque con el cayéndome al suelo. Me tendió la mano mirándome con frialdad

- Es admirable su equilibrio, digno de un trapecista- dijo irónicamente. Arrugué la frente. Es la única persona que conozco capaz de regañar y burlarse al mismo tiempo. Tomé su mano poniéndome en pie.  

-La excelentísima directora solicita su presencia lo antes posible- informe parafraseando las notas que solía enviar Umbridge .Levantó una ceja. Debí parecerle patética. Sin darme una respuesta continúo  subiendo las escaleras. Le seguí.

-Donde va?- pregunto con asombro

-Debo volver con ella.-iba a decir algo- No sé por qué no hice nada malo-me apresuré a decir. Aparto  su vista de mí y seguimos nuestro trayecto. Al llegar a nuestro destino todo seguía igual, la cara de sapo más cabreada pero bueno. Ambos profesores se pusieron a hablar. Yo tenía razón, estaban discutiendo sobre el Veritaserum. Harry no apartaba la vista de Snape, cosa perturbadora la verdad, daba la sensación de estar haciendo un gran esfuerzo. Escucha en su mente. Escucha en su mente…….tiene a Sirius. Esto último lo oí normal, con la voz de…Potter. Quién demonios es Sirius. Por Merlín, Sirius Black. Potter se intentaba comunicar con un asesino a través de la Red Flu.

-Tiene a Canuto!-grito el susodicho- Tiene a Canuto en el sitio donde la guardan!- Canuto?  Se refería a Black acaso. Donde la guardan?. El hombre torturado  en la Sala de profecías del Departamento de Misterios es ese tal Sirius. Es una conclusión lógica pero a la vez disparatada. Snape continúo hablando.

- Puede venir conmigo la señorita Prince, no veo que tiene que ver en todo esto- pidió

-No!- grito ella- Estaba aquí cuando llegue y la mande a llamar por sus acciones poco decorosas. Malfoy sujétala y quítale su varita- El rubito avanzo hacia mi y me aparte

- Yo no tengo nada que ver con esto. Soy de Slytherin porque iba a ayudarlos a hacer algo- me queje

-Cállate. Malfoy sujétala. Snape marchase inmediatamente de mi despacho- ordeno y el profesor obedeció dedicándome una mirada de decepción. Draco también hiso lo que le ordenaron. Pude ver como Pansy daba un respingo cuando se puso detrás mía. Lo que paso a continuación superaba los límites de la desfachatez y la crueldad. La directora, subsecretaria del ministro estaba punto de usar una maldición imperdonable con un alumno. Hermione lloraba y rogaba porque Harry le dijera la verdad. Hasta que al fin ella misma la reveló. Había algo de absurdo e inverosímil en esas “verdad”. Algo tramaba por una buena causa. Los tres: Harry, Umbridge y Granger salieron dejándonos al resto solos. Los Gryffindor se revolvía sin parar.

-Debería darte vergüenza haber ayudado a nuestros rivales-  denunció Parkinson.  La mire con asco

-Cierra la boca no opines de lo que no sabes- espeté

-Tienes razón mejor opino de algo que yo y todo el mundo sabe. Por ejemplo de que juegas a dos bandas- dijo

-Pansy cállate- ordeno Draco

- Draco los cuadros de ese pasillo se aburren mucho y lo cuentan todo. –informo. Así que por eso se había enterado la loca delos gatos de lo que había pasado.

-A Malfoy deben de gustarle las sobras de los demás- agregó entre risas Not. Fruncí el ceño. Iba a contestarle a este flacucho

-Sera mejor que cuides tu lenguaje. No se te puede contar nada, todo lo largas.- amonestó Salazar- Además Malfoy no tiene el nivel suficiente ni para mis sobras- se burló. Draco tiro de mi cabello con fuerza y me zarandeó.

-Si para ti tener nivel es enrollarte con una sangre sucia, estas muy equivocado. Por mi te la puedes quedar- repuso el rubio furioso

-No mientas, tú y la indigna tenéis un rollo raro desde el primer trimestre- índico Pansy

-Os besáis en los invernaderos, los pasillos. Te vi saliendo el otro día de su habitación incluso- intervino Millicent por primera vez

- No debes de rendir mucho si tiene que mandarme notitas y visitarme por la noche- inquirió Salazar. Por Merlín eran unas porteras todos. Sabía que Sabinci lo hacía solo para molestar a Malfoy pero me preocupa que los demás se lo tomen en serio  y lo añadan a su lista de rumores y mentiras sobre mí. Nadie en mi Casa tiene cerebro. Siento  vergüenza ajena. Estaban tan inmersos en sus barrabasadas que no se percataron de que a los que tenían oprimidos se preparaban para rebelarse con gran destreza. Así lo hicieron. En cuanto la primera varita destello me arroje al suelo. La pelea no va conmigo y no estoy de parte de ninguno de los 2 bandos. Machacaron a la Brigada. Menudos son. Ron, Ginny y los otros dos salieron de  allí dispuestos a alcanzar a Harry supongo.  Cogí mi varita que reposaba en la mesa y me escabullí antes de que se recuperaran las serpientes.

 Al salir me dirigí inconscientemente a las afueras del castillo y pude ver  a lo lejos  al cuarteto introducirse en el Bosque Prohibido. Por qué los había seguido? Una bombilla se encendió dentro de mí. Potter.  No estoy loca, Harry también lo ve, puede que incluso  oiga esa voz impertinente. Sea cual sea la respuesta, está en el bosque. No, tengo que volver a la Sala Común, no puedo ir yo sola al bosque. Si me doy prisa los alcanzare. Tengo mi varita es más que suficiente.” Por  las barbas de Merlín puede que si este loca.” Pensé a la vez que corriendo me adentre en las profundidades del Bosque.

ser unica no es ser especialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora